Jiménez dice en Siria que en cada país árabe "el ritmo de las reformas es diferente"
La ministra coincide en Damasco con una manifestación en demanda de libertad
- ¿Por qué no hay aquí manifestaciones? ¿Tan controlada tenéis a la población?
- Más controlada la tenían [Zine el Abidine] Ben Ali y [Hosni] Mubarak.
Pese a esta conversación entre un alto cargo español y un responsable sirio ayer en Damasco, de momento el control que ejerce el régimen del presidente sirio, Bachar el Asad, parece más eficaz que el de los exgobernantes tunecino y egipcio, derrocados hace semanas por revueltas populares.
Apenas unas decenas de manifestantes se reunieron ayer ante la Gran Mezquita de los Omeyas, atendiendo al llamamiento a un día de la ira realizado a través de redes sociales. "¡Siria libre!", gritaban varios jóvenes, agitando banderas sirias. Un equipo de TVE, que se topó casualmente con la protesta, rodó unas imágenes insólitas en este país, el más hermético de Oriente Próximo, antes de que policías de paisano le invitaran a marcharse con una contundencia que no admitía réplica. A rastras y con empujones, la plaza quedó despejada en pocos minutos. Cuando la ministra española de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, concluyó su visita turística a la mezquita, ya no quedaba ni rastro de la protesta.
Procedente de El Cairo, donde predicó el modelo de transición española y aplaudió los cambios democráticos en Egipto, Jiménez se entrevistó ayer con los máximos responsables de una república hereditaria a la que, eufemísticamente, documentos oficiales españoles califican de "hiperpresidencialista".
Tras ser recibida durante hora y media por el presidente sirio, compareció en rueda de prensa con su responsable de Asuntos Exteriores, Walid el Muallen. "El proceso de cambio en el mundo árabe es enormemente estimulante y abre grandes oportunidades", dijo Jiménez. Aunque España apoya estas reformas, la ministra es consciente de que "en cada país los ritmos son diferentes, teniendo en cuenta sus circunstancias".
En Siria, el ritmo del cambio es casi imperceptible, si lo hay. El régimen anunció hace poco un plan de empleo juvenil, y liberó a presos políticos. "Desde 1991 estamos aplicando un plan de reforma y apertura económica, y a lo largo de este año se conocerán pasos para el cambio político", dijo El Muallen.
Pero cuando se le preguntó por Tal el Mallohi, una bloguera detenida cuando aún era menor de edad y condenada a cinco años de cárcel, insistió en relacionar el arresto con un supuesto caso de espionaje.
Y cuando se le planteó el caso de Ali el Abdula, un periodista condenado el domingo a 18 meses de prisión por criticar al régimen iraní, pretextó ignorancia.
Jiménez aseguró ayer que siempre que tiene la oportunidad conversa de todos los temas "sin excepción" con las autoridades sirias, dando por hecho que entre esos asuntos se cuenta el déficit de derechos humanos. "Lo hemos hecho con anterioridad y lo haremos en el futuro", insistió.
La ministra se mostró más escéptica que nunca sobre la zona de exclusión aérea que el día anterior había urgido a la ONU para impedir que el mandatario libio, Muamar el Gadafi, siga usando aviones y helicópteros contra los rebeldes. "Muchos tienen miedo de las consecuencias que esta medida pueda tener para el futuro e incluso ponen en cuestión su eficacia para parar la violencia", reconoció. Y no se refería a Siria, que apenas disimula su oposición, sino a socios de la Unión Europea, como Alemania, a la que evitó mencionar.
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