El acusado de vigilar mientras mataban a Leónidas Vargas fue al hospital a ver a un amigo
Un médico asegura que el 'narco' colombiano padecía una enfermedad incurable
Dos personas entraron en el hospital Doce de Octubre el 8 de enero de 2009 por la tarde y presuntamente asesinaron al narcotraficante colombiano Leónidas Vargas, de 59 años. Uno de ellos era Jonathan Montoya, de 25 años, a quien la Fiscalía acusa de vigilar en el hospital mientras el presunto autor material de los disparos, Jonathan Andrés Ortiz, mataba al narco. En la séptima sesión del juicio, un amigo de Montoya asegura que había sufrido un accidente y que por eso recibió una visita de este acusado.Un vídeo de las cámaras de seguridad del centro médico muestra cómo los dos acusados entraban, y después salían, con prisa en el Doce de Octubre.
El testigo no recuerda qué días recibió las visitas de Montoya porque "estaba bajo los efectos de la medicación". Se conocían porque habían sido compañeros de trabajo en el sector de la construcción. Montoya ya declaró en juicio que había confesado porque la Policía le había presionado.
En la vista oral celebrada hoy también ante la Audiencia Provincial de Madrid, ha testificado uno de los médicos del hospital que atendía al narco y la jefa de personal del hotel en el que trabajaba el presunto asesino. El facultativo ha confirmado que Leónidas Vargas recibía muchas visitas desde que ingresó el 26 de diciembre de 2008. Ha explicado que el colombiano padecía una insuficiencia cardiaca avanzada con una esperazanza de vida de menos de tres años. Ha precisado que la hipertensión arterial pulmonar que afectaba al fallecido "no tiene cura" porque estaba en un grado muy avanzado y solo podía tratarse con "cuidados paliativos".
La jefa de recursos humanos del hotel en el que trabajaba el presunto asesino material ha confirmado que Ortiz, de 25 años, pidió dos días libres: el 8 y el 9 de enero. Hasta el día 13 no volvió a su puesto de trabajo, en Fuerteventura, en el que se encargaba de lavar platos. Leónidas Vargas murió mientras dormía de cinco disparos realizados con una pistola con silenciador de calibre 9. Ortiz declaró el pasado miércoles en la primera sesión del juicio en el que hay siete imputados para los que el fiscal pide 156 años de prisión. Explicó que la tarde en la que murió Vargas él había ido a visitar a su novia, también imputada en el caso.
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