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Blogs / Cultura
Del tirador a la ciudad
Coordinado por Anatxu Zabalbeascoa

Ban y Aravena, dos arquitectos tras el terremoto

Anatxu Zabalbeascoa

En países habituados a los terremotos, como Japón o Chile, la arquitectura viene marcada por una normativa preventiva muy estricta que reta el diseño de los arquitectos. Tras terremotos como el del pasado viernes, son muchos los proyectistas que se ponen en marcha. Shigeru Ban (1957) hizo del ingenio para tratar los materiales con los que reconstruir tras las emergencias su propio sello arquitectónico. Tras levantar viviendas con tubos de cartón en Kobe (Japón, 1995), después del seísmo que asoló la ciudad dejando 5.000 muertos y gran parte de la población sin hogar, Ban llevó su sistema de tubos de cartón a Kaynasli (Turquía, 2000), donde los muertos habían sido 20.000 y los que perdieron su vivienda, 200.000. Menos de un año después, el mismo sistema sirvió para alojar a algunas de las 600.000 personas que se quedaron sin techo en Bhuj (India, 2001).

Se trata de un sistema estructural que, tras preparar el cartón para resistir a la intemperie, sirve para levantar construcciones que pueden llegar a durar décadas. El propio arquitecto empleó una estructura de tubos de cartón para erigir una cúpula-hangar en Gifu, Japón, en1998, e incluso para construir la estructura del pabellón de su país en la Expo 2000 de Hannover. La clave, en el caso de las emergencias, está en enseñar a la población cómo hacerlo. Cómo preparar el material y cómo construir con él. Se trata de trabajar con lo que hay, de sustituir cimientos de palets por cajas de cerveza o lo que esté disponible en cada lugar. En todos estos casos, Ban renunció a sus derechos de autor como diseñador-inventor.

Ha habido más desastres naturales y, por lo tanto, han sido muchas las ocasiones en las que este arquitecto ha tratado de ayudar. Pero hace un año regresó decepcionado de Haití. Había combinado tubo de cartón y viviendas temporales con palets, pero algo no acabó de funcionar. “Normalmente trabajo con estudiantes de arquitectura del lugar. En Haití no había. Trabajé con estudiantes de Santo Domingo –procedentes de República Dominicana, el país vecino- y de allí llevaron los materiales. Por desgracia no todo fue bien. Preparamos el material para hacer 50 viviendas, pero cuando volví a comprobar cómo lo habían hecho no habían preparado el cartón bien y no era impermeable”.

Ban les pidió que deshicieran las viviendas y les hizo volver a empezar. Aquello no les gustó. Por eso decidió cambiar de estrategia. “Quise enseñar a la gente del lugar a construir con lo que tenían. Fue complicado porque los estudiantes que habían participado en una primera fase no regresaron luego para continuar. Cada vez tenía que empezar de nuevo y… empezar continuamente de nuevo no es una manera de avanzar”, me contó hace unos meses, de paso por Madrid.

También el chileno Alejandro Aravena (1967) pensó en pocas horas un programa en tres pasos para reaccionar tras el terremoto-tsunami que devastó el sur de Chile hace ahora un año. La empresa forestal Arauco le encargó a su estudio, Elemental, un plan de reconstrucción para Constitución, una de las ciudades más afectadas por el terremoto. 60 personas trabajaron en 10 alternativas.

La idea del equipo de arquitectos e ingenieros fue sembrar un “parque de bosques” en el límite costero de la ciudad. Son los árboles los que minimizarán el nuevo tsunami cuando se produzca. Pero hay más: el parque permitirá hacer frente a las inundaciones que cada año sufre la ciudad y “viene a paliar esta deuda histórica de Chile con su gente al aumentar el porcentaje de zona verde por habitante”, cuenta Aravena. La previsión podría hacer de Constitución una ciudad más verde. El proceso no es fácil. La expropiación de unos 100 vecinos puso al 90% de la población de acuerdo.

En Chile, la lección que sacaron del terremoto es que el país estaba preparado para un movimiento sísmico, pero no para un tsunami. Aravena cree que es fundamental sembrar bosques en las costas.

¿Por qué bosques y no un rompeolas? 

En Japón, donde había dinero para construir, se hicieron durante años obras de contención, pero cuando llegó un tsunami de cierta magnitud los pedazos de hormigón del tamaño de un container terminaron siendo arrojados como proyectiles contra la ciudad. Es mejor disminuir la energía de la ola por medio de fricción. Generar suficiente cantidad de rugosidad en el suelo y bosques que disipen la energía del agua. Tratar de resistir las olas no es una alternativa. Hay que dejarlas pasar y estar preparado para recibirlas y absorberlas”.

Comentarios

Ahí está el futuro del oficio de aquitecto. Diseñar y construir mecanismos económicos, rápidos y fáciles para satisfacer las necesidades de la inmensa mayoría de la población.En África hay muchísimos ejemplos similares al de Ban; viviendas autoconstruibles en horas, con elementos del lugar y perfectamente adaptadas y resistentes.Less is more
Shigeru Ban es uno de los grandes, un ejemplo. Excelente post.
Muy inapropiado me parece de parte de estos "prodigios" estos planteamientos.1. Una vivienda hecha a base de cartón, en Haití es una estrategia absolutamente inadecuada, por más impermeabilizados que puedan estar estos tubos. No hay que olvidar que Haití es un país que además de sismos, sufre durante una temporada del año, y todos los años, el paso de tormentas tropicales y huracanes, que es la suma potencial de agua y viento, sumado a esto las altas temperaturas y la humedad relativa, que satura y deteriora los materiales convencionales de construcción.2. Si observamos las imágenes del Tsunami recién ocurrido en Japón, me parece que los sotobosques, que es una idea muy bonita para el litoral de las costas de Chile, serian igualmente inútiles, con las magnitudes de ola que hemos podido ver, teniendo en cuenta que Chile es un país igual o con más actividad sísmica que Japón.Me parece muy bien que existan estos inventos aislados, oque pueden llegar a dar soluciones puntuales. Aquí lo que falta es planificación urbana y estrategias serias, que permitan disminuir la vulnerabilidad ante estos acontecimientos.
El 27 de febrero del 2010, 03:34:14... 8,8º Richter.. duración 110 segundos...sismo enorme...maremoto colosal..y en Santiago a 500 km un edificio en construcción (muy avanzada) de 52 pisos y 190 metros de altura, era un desafío saber cómo resistiría el edificio TITANIUM, Más aún cuando se sabe que el recién construido edificio, de 150 mil toneladas, cuenta con una moderna tecnología antisísmica, fruto de varios proyectos Fondef.No se rompió NI UN SOLO VIDRIO...por la novedosa tecnología desarrollada por Juan Carlos de la Llera y su equipo.... .los disipadores de energíaDetalles en :http://www.ingevision.org/index.php?option=com_content&view=article&id=390:el-ingenio-de-un-proyecto-que-el-terremoto-no-destruyo&catid=54:art-para-ingenieros&Itemid=114
Valorizar los propios recursos existentes en la zona...brillante la idea de Ban
Mis felicitaciones al pueblo de Chile a sus arquitectos e ingenieros y a todo el pueblo en general, gente inteligente que comparte con Japon lamentablemente la misma realidad sismica.Fuerza Japon!
En el Terremoto del año 1985 . en Chile. y que fue bastante desvastador.. yo vivia en una casa prefabricada, toda de madera. de pino.. montada en simientos de hormigon, bueno el resultado fue que se movia al compas de la tierra.. y a mi hijo y yo nada nos paso.. pero uvieron edificios caidos y casas de ladrillo en el suelo,,
Ahora mismo en Madrid, en la sala de exposiciones de la Arquería de Nuevos Ministerios, se puede ver un prototipo a escala real de las casas de Shigeru Ban.Es parte de la exposición Efímeras, alternativas habitables.www.efimeras.com
El problema de todo esto es la imagen fuera de tu país, me explico, un gran rompeolas de hormigón, y grandes estructuras con diseños futuristas impresiona mucho más que un simple bosque, fabricarían antes sustitutos de acero y hormigón que plantar arboles. La gran desventaja que tienen estos es el tiempo que tardan en crecer y el espacio que ocupan. En culturas tan vanguardistas como la japonesa prima a veces el prestigio de grandes obras que acudir a remedios tradicionales para resolver temas que "tradicionalmente" les atañe, sin olvidar claro, que la mayoría de las construcciones las hacen por necesidad y a conciencia, y no por imagen. Mucho ánimo para el pueblo nipón.
Nada mejor que una solución natural a un problema que nos presenta la naturaleza, todo aquello artificial no es mas que otra muestra absurda de omnipotencia, el planeta tiene sus modos de actuar de antes que existiesemos como especie y si seguimos negandonos a aceptarlos las tendra cuando ya no estemos. Pensa en verde, plantar un arbol nunca puede ser peor que poner cemento y acero, un saludo a todos.
Excelente blog. Mi enhorabuena señorita Anatxu.
En la region del Bio Bio, en Chile, desde hace decadas, a un agricultor de una localidad llamada Hualqui, le ocurrio plantar arboles a la orilla del rio del mismo nombre, Bio Bio, ya que todos los años su predio se le inundaba cuando subia de nivel el rio, en la actualidad, ya no se inunda, tiene un manejo sustentable del bosque, cortando aletoria mente los arboles, y de paso es un lugar de camping y paseo de los habitantes. Al plantar estos arboles, con sus raices, afirmo el suelo y lo elevo impidiendo que las aguas se apoderaran de el en las avenidas del invierno, como refran solo me queda decir, "si no puedes con la naturaleza unete a ella y esta te protegera"
Respecto a lo que comenta Lucho Álvarez: Ban plantea el uso de sus estructuras de cartón en situaciones de emergencia. En estos casos no se trata de proporcionar a los damnificados nuevas viviendas permanentes, sino de aportar soluciones de rápida y sencilla construcción y suficientemente eficaces para ofrecer refugio temporal. De hecho, plantear soluciones cuyo uso pueda prolongarse en el tiempo puede ser contraproducente (por ejemplo, haciendo que un campo de refugiados se transforme en un núcleo urbano de infraviviendas). Por eso creo que una reflexión sobre la procedencia del uso de ese material no es procedente en este caso.Saludos.
Para mis hermanos Chilenos, Japoneses,Mexicanos,Turcos y Chinos que han sufrido permanentemente estas contingencias lo mejor es hacer edificios formales con tecnogías de origen mexicano sobre pilotes de control (con normatividad del 2000 a la fecha)que oscilen hasta 15 grados perimetralmente y para viviendas provisionales para alojamientos temporales , despues de los terremotos: materiales como el Bambú (donde lo haya), arena encostalada encimada ,haciendo muros elipticos o circulares y con cemento portland integrado en seco y ya colocados mojarlos (un resultado genial inclusive para las réplicas subsecuentes, la otra muy buena es con poliuretano espumoso haciendo cerros de tierra o arena y colocando la espuma ,una vez seca (es muy rapida) de extrae la arena y esta lista la vivienda, Suerte y saludos entrañables amigos que por amor a la tierra ,las tradiciones y la cultura ahí siguen, pero tomen en cuenta que desde hace muchos años hay en Brasil mas de 300,000 japoneses nacidos en japon nacionalizados ,(los que son refractarios al seismo cotidiano ,al sunami de consecuencia y al alto riesgo de el estallido de cualquier nucleoelectrica proxima::Saludos desde Xalapa,Veracruz México
Sin duda es importante preocuparse de como tratar de mitigar los efectos de los fenómenos naturales que nosotros propiciamos, ya sea en la forma de nuevas construcciones o tratando de imitar las protecciones naturales que antes existían y que en muchos casos fueron destruídas para construir viviendas de veraneo. Un ejemplo de esto puede encontrarse a todo lo largo del litoral central de Chile, donde los murallones de granito que antes existían entre el mar y la población fueron literalmente demolidos para construir casas y paseos peatonales. Sin duda si estuvieran ahora no tendríamos que preocuparnos tanto. Desgraciadamente ya es tarde para contar con ellos, pero, hay otras partes de la costa de Chile donde todavía existen y debieran ser protegidos de los particulares a quienes les importa más tener una casa bonita que tener protección contra los tsunamis. Lo malo es que ese pensamiento les dura hasta que ven sus casas destruídas y sus familias muertas. Sin embargo, para ellos la culpa es del gobierno de turno y no de ellos.
Me pregunto que incidencia han tenido este tipo de soluciones en paliar los efectos negativos para las poblaciones en situaciones anteriores. Cuantas de estas casas se han construido realmente? Aunque temporalmente la gente hizo suyas las propuestas, sirvieron de verdad o sólo son prototipos para obtener publicidad gratuita y proyectos en bienales y exposiciones? Son propuestas serias y útiles o frivolidades del jetset arquitectónico? La verdad es que no se consigue mucha información... alguien sabe más de eso?
Las edificaciones tanto en Chile como en Japón resisten más que razonablemente los terremotos. Los Tsunamis son más complejos porque son menos frecuentes y su actuación más impredecible. La forma de la costa, la profundidad de la plataforma continental, el origen, frecuencia, velocidad de las olas afecta mucho al alcance del Tsunami. La construcción de grandes barreras para contenerlos es inasumible para un país como Chile, con una costa de miles de Kilómetros y una renta per cápita más bien baja, y mucho menos para dar resultados inciertos con un gran impacto medioambiental y paisajístico. Muchas ciudades , con graves problemas económicos, prefieren evitar la prevención y los planes de evacuación para no dar una imagen de lugar peligroso y ahuyentar las inversiones. A mi me parece muy buena la idea de plantar árboles en Constitución. Si miramos las estadísticas de terremotos y el tiempo que tarda en crecer cualquier árbol en el lluvioso Sur de Chile, podemos asegurar que para el próximo, el bosque va a detener las olas.
Yo formé parte de los estudiantes de arquitectura de Santo Domingo que asistieron a Ban en su visita a Haití. Es lamentable que el mismo se refiera de esa manera al operativo de ayuda. Por lo menos estamos conectados con el arquitecto en el hecho de que todos nos sentimos sumamente decepcionados. En primer punto la ayuda de Ban llega en un momento ya muy tarde. El pueblo haitiano no necesita viviendas de emergencia, sino viviendas permanentes. Necesitan trabajar de lleno en la reconstrucción de su país, crear estructuras no efímeras. Sí es cierto que los tubos de cartón no estaban impermeabilizados de la manera correcta, esto debido a que todos los arreglos fueron hechos con muy poco tiempo de anticipación, inclusive un grupo de estudiantes tuvimos que intervenir en los mismos para que la actividad pudiese ser llevada a cabo. Existen una serie de razones más por la que no fue un éxito. Las viviendas de emergencia diseñadas por el arquitecto no resultaron funcionales para el clima de Puerto Príncipe, complicadas de armar, entre otros factores. Debido al corto tiempo que teníamos para armar las casas y a la fatiga tanto física como mental de nosotros los estudiantes, tuvimos que rápidamente entrenar a los habitantes de la zona para que construyeran viviendas en nuestra ausencia. La comunidad del lugar cooperó y sobre todo estuvieron abiertos a ser participes en la reconstrucción de su entorno. A pesar de todos los contratiempos fue una buena experiencia, porque de todo en la vida se aprende. Apoyo la iniciativa de cooperación que tuvo el arquitecto Ban. Pero, lo que nos llevamos como mejor recuerdo fue haber compartido y trabajado mano a mano con un conjunto de personas, que a pesar de no hablar el mismo idioma y de tener culturas distintas, lograron unirse por un mismo fin.

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