Todo lo que un ‘smartwatch’ puede hacer por ti
Aunque el último grito de la tecnología portátil está en constante renovación y asombro, aún existen personas que no saben que su vida puede ser mejor con el dispositivo correcto
Detrás de las metas, objetivos y propósitos trazados para cumplirse en 2025 existe una esencia general: tener una mejor versión de nosotros mismos. Ese ahorro, viaje, intento de mejora profesional, plan de alimentación o aprovechamiento del tiempo intenta aprovechar el tiempo y ser más felices. Y en este esfuerzo no hay que perder de vista la forma en la que la tecnología y la innovación “vestible”, o usable, especialmente los smartwatches o relojes inteligentes, nos han ayudado a lograrlo.
Estos dispositivos han estado entre nosotros desde hace más de 100 años, aunque no de la forma en la que los conocemos hoy (pensemos en el reloj-calculadora, el cronómetro de pulso, la brújula de broche colgante, e incluso extravagancias como el anillo-cámara, o los ordenadores vestibles usados en las guerras). Los relojes inteligentes de hoy abrevian más de una de estas soluciones desde una banda inteligente, sensores y circuitos integrados que lucen hacia afuera cada vez más casuales, cómodos y fáciles de portar.
La historia del smartwatch se remonta a 1998 con el lanzamiento del Seiko Ruputer, el primer reloj inteligente. Este reloj tenía un atractivo control tipo joystick de ocho direcciones que podía conectarse a una computadora mediante una estación de acoplamiento. Sin embargo, no era capaz de hacer las mismas cosas que los relojes inteligentes de hoy.
Se estima que antes del año 2030, los relojes inteligentes terminen por integrarse al mundo como un indiscutible tecnológico. Para cuando termine este 2024, el tamaño del mercado de la tecnología portátil rondará los 186,48 mil millones de dólares y se prevé llegue a 493,26 mil millones en 2029.
Aunque esta adopción masiva nos habla del gran valor y atractivo de los relojes inteligentes, en un inicio la industria no creció tan rápido como se esperaba, en buena medida porque algunos usuarios veían en los wearables un dispositivo a veces limitado y redundante frente al smartphone de toda la vida. Pero esta supuesta reducción de tamaño y funciones solo es un reenfoque de lo que un smartwatch puede hacer por nosotros, especialmente al liberar nuestras manos, traduciéndose en menor tiempo en pantalla con funciones dirigidas al monitoreo, seguimiento, la salud, el ejercicio y las notificaciones estratégicas.
Pasando por el ya icónico Apple Watch, el altamente funcional Samsung Galaxy o el efectivo Google Pixel, los teléfonos inteligentes —gracias a su integración cada vez más sorprendente y minuciosa entre microprocesadores, baterías y conectividad a internet— hace de la recopilación y sincronización con otros dispositivos una especie afortunada de “control remoto” a distancia de las áreas más importantes y recurrentes de nuestro día a día, además de ser un complemento ideal de nuestra salud, finanzas y productividad sin depender de nuestra computadora, tablet o teléfono móvil.
Por su parte modelos como el Orbic SmartWrist o el recurrente Verizon Gizmo hoy son una de las mejores opciones para iniciar a los más pequeños en el mundo de la tecnología previo a tener su primer smartphone. Los teléfonos inteligentes más abreviados y sencillos incluso han ayudado a personas mayores a llevar una vida más tranquila e independiente, a través de conexiones básicas, recordatorios puntuales y el monitoreo de su estado de salud de forma práctica, sencilla y segura.
Además de tener diseños personalizados y con funcionalidades a nuestra medida, el mundo de los relojes inteligentes hoy nos permiten cambiar correas, accesorios, cargadores y más, potenciando su uso y aspecto, en consonancia con planes de datos y opciones múltiples de accesibilidad. Acercarnos a nuestro proveedor tecnológico de confianza puede brindarnos la mejor opción para estrenar hoy mismo.
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