Mas: "No siento que vuelvo sino que llego"
El líder de CiU toma posesión como presidente de la Generalitat
Artur Mas se ha convertido este mediodía en el octavo presidente de la Generalitat desde la restauración democrática de esta institución. En un solemne acto en el salón Sant Jordi del palacio de la Generalitat, José Montilla ha impuesto a Artur Mas la medalla que le convierte en presidente y ambos se han abrazado. En su primer discurso, Mas ha recordado que hace 10 años, cuando era conseller en cap, tenía el despacho muy cerca del Salón Sant Jordi. "Pero no siento que vuelvo, siento que llego. Reconozco que cuando en 2003 lo intenté, no tenía el bagaje que tengo ahora", ha dicho.
En su discurso, Mas ha agradecido a Montilla el "impecable traspaso" del Gobierno que ha realizado y ha reconocido que se siente "un privilegiado". "De vez en cuando, las personas hacen realidad sus sueños y ese es mi caso. He hecho dos cosas en mi vida con impronta: casarme con Helena y tener tres hijos y ser presidente". Mas ha instado a la ciudadanía a "no tener miedo" y ha avisado que "la construcción nacional" no es para "impacientes". "No soy un insurgente ni un liberador. Solo un constructor, un eslabón más de la cadena de este país de más de mil años".
En la mesa presidencial se ha sentado Montilla, Mas, Manuel Chaves, vicepresidente de Política Territorial del Gobierno, y Núria de Gispert, presidenta del Parlamento catalán. Entre el público, se encontraba en primera fila la mujer, los tres hijos y la madre de Mas; el actual gobierno tripartito y el resto de autoridades.
Último discurso de Montilla como presidente
Antes de que Mas tomara la palabra, Montilla ha hecho su último discurso como presidente lanzando una petición a los catalanes, que afronten el futuro con optimismo y dejen a un lado los recelos propios del nacionalismo. "Que la sociedad catalana viva más preocupada por el hacer que por el ser", ha dicho. "Que viva más preocupada por la consistencia que por la esencia, que deje de tener miedos y recelos atávicos y los convierta en esperanza y energía positiva", ha concluido. Montilla todavía no ha aclarado a qué se dedicará a partir de ahora, pero ha prometido dedicar sus esfuerzos "humildemente" en el lugar "que me corresponda".
Unos cientos de personas se han concentrado en la plaza de Sant Jaume desde donde han visto pasar a las autoridades por la alfombra roja desplegada. El acto ha concluido con la despedida de Mas en el coche oficial de Montilla a las puertas del Palau de la Generalitat. Acompañado de su esposa, el líder Josep Antoni Duran i Lleida y el ex presidente Jordi Pujol, Mas ha salido al balcón del palacio presidencial Palaudonde ha dicho: "Estoy muy agradecido. Que tengáis un muy buen año y mucha suerte. Espero ser un buen servidor".
El improvisado acto ha acabado cantando Els Segadors. Varias decenas de personas han coreado gritos a favor de la independencia y Mas y su séquito, casi simultáneamente, han abandonado el balcón. Seguidamentey se ha dirigido a la Casa dels Canonges donde con su mujer, sus tres hijos y otros allegados han almorzado.
Dos horas de espera para un apretón de manos
Artur Mas ha salido al balcón visiblemente emocionado. Luciendo la medalla que lo acredita como 129º presidente de la Generalitat a los fieles que lo esperaban desde hacía una hora con un breve y protocolario discurso, en el que ha agradecido el apoyo y ha felicitado el año a sus simpatizantes. Lo acompañaban su mujer, Helena Rakosnik, Jordi Pujol y Josep Antoni Duran i Lleida y también Xavier Trias, candidato municipal por Barcelona de CiU. Mas ha tenido un momento para Trias, lo ha abrazado y le ha señalado el Ayuntamiento de Barcelona, invitándole a tomar el relevo como triunfador electoral, tal como vaticinan los sondeos.
Banderas catalanas e independentistas han acompañado a Mas en su discurso, que ha acabado con la interpretación de Els Segadors entonado a capella en la plaza. El presidente ha abandonado el balcón justo cuando unos fieles han cambiado de cántico, del "President, president" a "Independencia". Tras esta píldora, la plaza ha aguardado casi hora y media para volver a ver al flamante presidente, en la que ha habido tiempo para debatir sobre el nuevo Gobierno y a abuchear a algunos de los invitados, como la cúpula militar catalana, o los líderes de Ciutadans, Albert Rivera, y el PP, Alicia Sánchez-Camacho.
Los consejeros del tripartito se han ido entre la indiferencia. Rodeado de cámaras, Mas ha tardado 10 minutos en cruzar la alfombra roja y subirse al coche oficial. Saludos, sonrisas y un breve apretón de manos para fieles que llevaban horas esperando ver al presidente.
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