El fiscal del caso Hacienda exige dureza contra los acusados por su 'codicia y suciedad'

El fiscal ha solicitado esta mañana una rotunda condena para los empresarios y los inspectores de Hacienda acusados de estar implicados en una supuesta trama de corrupción. Al inicio de su informe ante el tribunal que juzga el caso, el fiscal ha asegurado que se trata de un caso de corrupción "en mayúscula, en negrita y subrayado" y se ha referido "a la codicia y la suciedad de aquellos que se pusieron en venta para que los compraran", en referencia a los inspectores de Hacienda que supuestamente amañaron las inspecciones de conocidos empresarios de Barcelona, como el grupo de empresas Núñez i Navarro, la inmobiliaria Ibusa o el grupo de empresas del financiero Javier de la Rosa. "Es una cuestión de supervivencia de un sistema que algunos pretendemos que sea justo", ha argumentado el fiscal, al tiempo que volvía a "exigir contundencia y severidad en las condenas".

Según el fiscal Emilio Sánchez Ulled se trata de "limpiar las instituciones de aquellos que no merecen estar en ellas", ya que en su opinión la inspección de hacienda "estuvo secuestrada por la prepotencia y la arbitrariedad de algunos".

En otro momento de su informe el fiscal ha asegurado que "probablemente falta gente en el banquillo" y se ha preguntado "qué tipo de especímenes han declarado como testigos", refiriéndose a "defraudadores, asesores de fraude y extorsionadores".

El fiscal también ha asegurado que mucha gente que ha declarado aquí tenía "una colección de cadáveres en el armario" y no quería que salieran los suyos.

Refiriéndose al Grupo Torras, liderado por Javier de la Rosa, el fiscal ha asegurado que el temor del financiero no era tener que pagar más a Hacienda sino que no se revelaran "los chanchullos de altos vuelos cometidos". También ha citado a los asesores fiscales y acusados Juan José Folchi y Joan Antón Sánchez Carreté, de los que ha dicho que tenían negocios compartidos e intereses comunes relacionados con el poder político.

El fiscal ha sido durísimo cuando se ha referido a los inspectores de hacienda que se sientan en el banquillo, de los que ha dicho que "se pusieron en el mercado y se vendieron a quien les quiso comprar".