Merkel: 36 horas intentando llegar a Berlín desde San Francisco
La canciller alemana vive una auténtica odisea en un viaje interminable debido a las cenizas del volcán islandés.- Ni Obama ni los Reyes irán a los funerales del presidente polaco
Nadie escapa a las cenizas del volcán de Eyjafjalla, que ha puesto en jaque a prácticamente toda Europa. Ni la mismísima canciller alemana Angela Merkel, que seguramente nunca imaginó que su vuelo de vuelta a casa desde la ciudad estadounidense de San Francisco iba a ser una aventura de la que a media tarde de este sábado aún no había escapado, y que la ha obligado a recorrer varias ciudades europeas. 36 horas y un destino inalcanzado: Berlín. Algunos miembros de su delegación bromearon sobre la aventura, que decían, les recordaba a un viaje escolar.
La última etapa de su viaje fue la ciudad italiana de Bolzano, en el noreste del país. Allí se dirigía en una limusina blindada, escoltada por un autobús con 60 personas, entre periodistas y funcionarios de su comitiva. Fuentes de su delegación han asegurado que aún no está claro lo que iba a hacer en Bolzano, que está en la principal autopista entre Italia, Austria y Alemania.
El avión de Merkel fue desviado a Lisboa el viernes, donde fue recibida por la tarde por el ministro del país, José Sócrates. En la capital lusa pasó la noche, a la espera de ver cuál era la evolución de la nube de cenizas. Por la mañana tomó un vuelo con el que sólo pudo llegar a la capital italiana, donde apareció relajada a pesar de la odisea que estaba viviendo para llegar a su país. Ante los medios de comunicación aseguró que las cosas "hay que tomarlas como vienen".
Su prioridad era ir acercándose gradualmente a Berlín y, según señalaron las fuentes de su entorno, no había ninguna intención de correr ningún riesgo, especialmente después del accidente aéreo en el que perdió la vida el presidente polaco, Lech Kaczynski, su mujer y más de 90 personas.
Los Reyes y Obama no asistirán al entierro de Kaczynski
Por su parte, don Juan Carlos y doña Sofía han decidido suspender su viaje a Cracovia para asistir este domingo al funeral del presidente de Polonia Lech Kaczynski y su esposa, fallecidos la semana pasada en un accidente de avión en Rusia. Los Reyes tenían previsto despegar a las dos de la tarde de este sábado, pero la nube de cenizas provocadas por el volcán islandés, que ha obligado a cerrar el espacio aéreo de ese país, ha llevado a suspender su asistencia. El presidente de EE UU, Barack Obama, ha decidido también no asistir al funeral, así como el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Según ha informado la Casa del Rey, don Juan Carlos y doña Sofía han suspendido el vuelo "a la vista de la evaluación de las autoridades españolas sobre las condiciones meteorológicas". Otros dirigentes internacionales han anunciado también su ausencia en los funerales de mañana, entre ellos el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Las autoridades polacas decidieron cerrar su espacio aéreo hoy, pero mantienen operativo el de Balice para los aviones oficiales que puedan aterrizar sólo manualmente prescindiendo del sistema instrumental.
Por otra parte, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, ha anunciado que Obama no viajará finalmente a Polonia para asistir al funeral del presidente polaco. La representación de Estados Unidos correrá a cargo del embajador norteameicano en Varsovia, ha aclarado Gibbs. "He hablado con el presidente en funciones Komorowski y le he dicho que no voy a poder ir a Polonia debido a la ceniza volcánica que está impidiendo el tráfico aéreo en Europa", ha afirmado Obama en el último comunicado oficial de la Presidencia estadounidense. "Michelle y yo seguimos teniendo presente al pueblo polaco en nuestros pensamientos y oraciones y les apoyaré en lo que pueda mientras se recuperan de esta terrible tragedia", añade.
Cavaco Silva, 2.700 kilómetros en coche
La de Merkel no ha sido la única historia rocambolesca de un dirigente en los últimos días. El jefe de Estado luso, que no pudo regresar el viernes de la República Checa, donde realizaba una visita oficial, decidió volver a su país en coche -distan 2.700 kilómetros entre Praga y Lisboa- y pasar la noche del sábado en Estrasburgo (Francia).
Fuentes de la Presidencia de la República añadieron que el presidente portugués tiene programado salir de esta ciudad francesa en la mañana de este domingo con destino a Barcelona, noreste de España, donde le esperará una aeronave de las Fuerzas Armadas lusas. No obstante, en caso de que el aeropuerto de Barcelona no funcione con normalidad, se prevé que el jefe de Estado se desplace hasta Lisboa en automóvil.
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