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El Ayuntamiento derriba dos chabolas en la Cañada Real

Los vecinos logran impedir que las máquinas tiraran abajo dos chabolas contiguas

La oposición de una veintena de vecinos de la Cañada Real Galiana, en el distrito de Vicálvaro, ha impedido que el Ayuntamiento de Madrid tirara abajo esta mañana cuatro chabolas, como pretendía, pese a tener tan solo el permiso para hacerlo en dos. Un fuerte dispositivo policial, formado por agentes antidisturbios de la Policía Municipal, han impedido cualquier intento de frenar el derribo de las dos infraviviendas.

El primer derribo se ha producido en la parcela 20 del sector III, cerca de la carretera que une Coslada y Vicálvaro. Allí había una nave en la que había varios caballos. Al ser tirada abajo el inmueble, estos han quedado dispersos por el campo.

La otra vivienda demolida era la parcela 128 del sector IV, en Vicálvaro, pero muy cerca de la zona de Rivas Urbanizaciones. En este punto es en el que se han encerrado los vecinos para impedir que el Ayuntamiento de Madrid derribara los números 130 y 132 que son colindantes al inmueble para el que tenían permiso de derribo. "No nos van a pillar de nuevas como ha pasado otras veces. Si dejamos que hagan lo que les dé la gana, como las naves tienen la misma estructura, tiran todo el bloque, aunque no tienen permiso para ello", comentó la presidenta de la asociación Aldea Social, Lidia Resano.

El que no pudo contener las lágrimas fue el dueño de la nave 130. Se trata de Alejandro Román Herreda, un mecánico que por culpa de una enfermedad perdió un taller que tenía en Vallecas y se instaló hace 15 años en la Cañada Real Galiana. Afirma que vendió la nave contigua (la derribada ayer) hace seis años a unos señores que sólo le pagaron la señal de entrada. "Si no me llega a ayudar el barrio entero, me habría quedado sin vivienda. ¿A dónde podría haber ido yo a mis 59 años?", decía entre lágrimas este vecino de Vicálvaro, que tiene una diminuta casa en su nave industrial. "Me enteré de milagro anoche cuando fui a entregar una furgoneta a un cliente. Lo han hecho sin avisar a nadie. Así no teníamos tiempo ni de recurrir", concluyó.

Un momento del derribo de las chabolas de la Cañada Real
Un momento del derribo de las chabolas de la Cañada RealCARLOS ROSILLO

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