El director financiero del Guggenheim cargaba de más en las operaciones de la entidad

La "operativa diaria" de los Departamentos de Finanzas de la Fundación del Museo Guggenheim integra ya el trabajo de las dos entidades que gestionan patrimonio de la entidad que se vieron afectadas por un presunto desfalco: la sociedad Tenedora, encargada de la adquisición de fondos, y la sociedad Inmobiliaria. Así lo han confirmado esta mañana los consejos de administración de ambas sociedades, según ha informado esta mañana la diputada vizcaína de Cultura, Josune Ariztondo.

Ariztondo ha comparecido a petición propia ante la Comisión de Cultura de las Juntas Generales de Bizkaia para dar más detalles acerca del despido y denuncia del del ex director de Administración y Finanzas del Museo Guggenheim, Roberto Cearsolo. La diputada ha anunciado que espera disponer, "en un plazo no superior a dos meses", de las conclusiones del Informe Especial de Investigación encargado tras detectar las irregularices fiscales que el propio Cearsolo confesó haber cometido. La entidad lleva a cabo "una revisión exhaustiva" de la actividad completa de ambas sociedades entre 1998 y 2006, período en el que sus cuentas no fueron objeto de auditoría financiera.

Este informe, junto al que además se está efectuando desde principios de mes un proceso interno de investigación de las activiades financieras y contables de las sociedades Inmobiliaria y Tenedora durante todos sus años de actividad, incluye tareas como la identificación y localización de las cuentas bancarias y posiciones financieras en todas las entidades, así como de extractos bancarios, y el análisis y revisión de salidas de efectivo. Ariztondo ha anunciado también que las cuentas de la Inmobiliaria y la Tenedora serán auditadas "todos los años" por una entidad externa.

El hecho de que el trabajo de gestión financiera se lleve a cabo de forma conjunta por ambas sociedades permitirá la adopción de salvaguardas que ya eran práctica habitual en la Fundación respecto a las operaciones de compra y venta, como la necesidad de que varias personas autoricen las operaciones a partir de cierta cuantía. Otra medida que adoptarán las sociedades será la realización de conciliaciones bancarias periódicas llevadas a cabo por personas distintas.

El desfalco

La diputada también ha detallado las estrategias de que se valió Cearsolo, para hacerse con 486.979 euros del patrimonio de la Fundación en la sociedad Tenedora en los años 2004 y 2005, hechos en los que se centra la denuncia, aunque la investigación sigue abierta.

En el ejercicio de 2005, se detectaron 10 movimientos bancarios que no corresponden a obligaciones de pago asumidas por la sociedad y carecen de justifcación, ordenados por Cearsolo desde la cuenta de la Tenedora en favor de dos cuentas bancarias ajenas a la sociedad, por un importe de 193.805 euros. Una de las cuentas (a la que se transfirieron 55.951 euros) tiene como titular a Cearsolo y la segunda (que recibió transferencias por 137.853 euros) es de titularidad desconocida. En esta última cuenta, el ex director financiero del museo indica como beneficiario de la operación una razón social que no coincide con ningún proveedor.

Estas operaciones se realizaban vía telemática. Para ello, Cearsolo "cumplimentó personalmente", en marzo de 2004, en nombre de Inmobiliaria y Tenedora y "a pesar de carecer de cualquier tipo de poder de actuación" una solicitud para ampliar los límites de disponibilidad de fondos, hasta 100.000 y 600.000 euros, respectivamente, según los datos aportados por Ariztondo.

Al parecer, esas trasferencias se registraban "artificiosamente", incrementando el importe de operaciones de inversión en activos financieros. Además, se detectaron otros casos de contabilizaciones irregulares en la Tenedora como el hecho de que el saldo inicial de la 'ficha del mayor' obrante en los libros legalizados por el Registro Mercantil no coincide con el extracto de la cuenta bancaria.

Asimismo, se comprobó que los extractos bancarios correspondientes al año 2005 emitidos por una entidad bancaria que se conservan en el archivo de la Tenedora fueron manipulados a posteriori, "eliminando cualquier rastro o referencia a las transferencias de dinero". En el año 2004, se emitieron cinco cheques de la Tenedora por importe de 25.585 euros, dos a su nombre y otros dos al portador (uno de ellos cobrado por él mismo), suplantando la firma autorizada.

También se detectó una transferencia por vía telemática por un importe de 28.489,77 euros a una de las cuentas detectadas en relación a las operaciones de 2005, indicándose como beneficiaria una razón social diferente a la usada en aquella ocasión.