Detenido en Madrid un ex oficial argentino acusado de 161 secuestros y torturas

Ricardo Taddei, uno de los fugitivos más buscados de Argentina por su papel represor durante la dictadura militar del país (1976-1983), fue detenido ayer en Madrid por efectivos del Grupo de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional. Las autoridades de Buenos Aires habían dictado una orden de detención contra él, a quien acusan, entre otras atrocidades, de 161 casos de secuestro y torturas.

Taddei, de 63 años, fue oficial de la Policía Federal Argentina (PFA) en los denominados Centros Clandestinos de Detención conocidos con los sobrenombres de El Banco y Olimpo entre los años 1976 y 1979, donde supuestamente ejerció tareas de guardia, secuestró, torturó e interrogó a los arrestados.

El ex oficial ha sido detenido por efectivos de la policía en colaboración con Interpol España. Este grupo trabaja en coordinación con organismos policiales internacionales y con las fuerzas de seguridad de varios países y participa en las operaciones de los delincuentes fugitivos o establecidos en España.

Instalaciones secretas

Las Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad argentinos emplearon los mencionados centros para ejecutar, durante la dictadura militar de 1976 a 1983, el plan sistemático de desaparición de personas que formaba parte de la contrainsurgencia iniciada pocos años antes para eliminar la disidencia política. Estas instalaciones, de las que se cree que hubo 340 en todo el país, se caracterizaban por situarse en lugares secretos, bajo el directo control de la autoridad militar responsable de dicha zona.

Allí se sometía a los detenidos a prácticas degradantes, como pasar vendados día y noche y aislados del resto de la población allí recluida, prohibirles hablar o escribir, tratarles por una letra o un número, nunca por su nombre, alojarles en celdas pequeñas y alimentarles poco, entre otro tipo de torturas.

Taddei ingresó en la PFA en 1961 y alcanzó el cargo de Principal, similar a un capitán del Ejército o al de Inspector Jefe de Policía en España. Siempre estuvo ligado a los servicios de inteligencia, con especialidades en la lucha antisubversiva dedicada principalmente a grupos de extrema izquierda, como la llamada Guardia Nacional, Montoneros o el Partido Comunista Revolucionario.

En 1976 pasó a ejercer sus funciones en el Comando del Primer Cuerpo del Ejército, ubicado en Buenos Aire y tres años después abandonó la Policía Federal Argentina para incorporarse al Ejército, con el grado de coronel. En el Ejército desempeñó también funciones en los servicios de inteligencia militar, concretamente en el IN-7, el grupo de más categoría.