La Guardia Civil detiene en Girona al presunto asesino de las dos agentes de L'Hospitalet
El preso Pedro Jiménez García iba acompañado de un hombre de nacionalidad turca, detenido también por encubrimiento
Agentes de la Guardia Civil han detenido esta tarde en Girona al preso Pedro Jiménez García, de 35 años, como principal sospechoso del asesinato de las dos jóvenes agentes en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona). El supuesto autor de los crímenes, que no iba armado, ha ofrecido resistencia y ha intentado huir, por lo que ha sido arrestado tras una persecución. Junto a él, ha sido arrestado otro hombre, identificado como Mustafá Kamel Dogan, de nacionalidad turca, acusado de encubrimiento, según han informado a este periódico fuentes de la investigación.
La detención se ha producido a primera hora de la tarde, en una operación conjunta con los Mossos d'Esquadra, en el barrio marginal de Vilarroja, en el domicilio de Kamel Dogan, con el que Jiménez García había coincidido en la prisión. Los dos arrestados han sido trasladados a la casa cuartel de la Guardia Civil de Girona, donde están siendo interrogados. Como la detención se ha efectuado en Girona, la Guardia Civil pondrá a disposición del juez de guardia de esta ciudad al detenido y será éste el que probablemente ordene su traslado al juzgado de instrucción número 4 de L'Hospitalet, que tramita las diligencias del crimen. Por otra parte, la policía sospecha que Pedro Jiménez puede ser también responsable de otra violación que se produjo en Barcelona el 27 de marzo de 2003 y que el sospechoso habría cometido durante otro permiso carcelario.
Jiménez García, peluquero de profesión, es el principal sospechoso de las violaciones, torturas y acuchillamiento que sufrieron las agentes en prácticas de la Policía Nacional María Aurora Rodríguez, de 23 años, y Silvia Nogaledo, de 28, cuyos cadáveres fueron hallados el pasado martes en el piso 7-2 del número 48 de la Rambla de la Marina de L'Hospitalet, donde residían. El presunto asesino, que cumple condena en la cárcel de Can Brians por varios delitos, entre ellos uno de violación, era buscado intensamente desde que se halló en el domicilio de las víctimas el resguardo de un cajero automático de una recarga de teléfono móvil. El sospechoso, vecino de El Prat de Llobregat (Barcelona), estaba de permiso penitenciario desde el lunes y tenía que haber regresado a la prisión a las 18.00 horas de ayer pero, al conocer por los medios que era el sospechoso del doble crimen, decidió no personarse.
La reconstrucción del crimen
De confirmarse la autoría del crimen, Jiménez, que ha pasado 19 años en prisión y en 2005 hubiera obtenido la libertad, sería reincidente, ya que en abril de 1992, mientras disfrutaba de seis días de permiso, fue detenido por otra violación. No obstante, el juez de vigilancia penitenciaria le otorgó un nuevo permiso que, según las primeras hipótesis, habría aprovechado para cometer los crímenes. En contra de lo que se había informado, la policía baraja ahora otra reconstrucción de los hechos. En un primer momento, se dijo que Aurora conocía al agresor y le permitió la entrada al piso, donde fue violada y asesinada. Su compañera corrió la misma suerte al llegar a casa por la mañana, tras pasar toda la noche de guardia.
Sin embargo, según han explicado a este diario fuentes de la investigación, los indicios apuntan a que el presunto asesino abordabó en el portal a Silvia a las 8.00 horas, cuando regresaba de su trabajo. A punta de navaja, la montó en el ascensor y la obligó a abrir la puerta de la vivienda. Una vez dentro, la ató a su cama y le rompió la ropa con la navaja. Tras violarla brutalmente y asesinarla a cuchilladas, el presunto agresor escuchó un ruido, registró la casa y halló a la otra joven en la cama, durmiendo. Con su propio cinturón, Jiménez la ató también a la cama, la violó y la mató. Para borrar las huellas de sus salvajes actos, prendió fuego a la casa y salió corriendo. Sin embargo, las ventanas estaban cerradas, por lo que el fuego se ahogó rápidamente.
Las mismas fuentes han aportado detalles sobre los pasos que dio Jiménez el día del crimen. Sin levantar sospechas, el presunto asesino acudió a una entrevista de trabajo y visitó al párroco que tiene asignado tan sólo unas horas después de los asesinatos. Así, Jiménez García tenía programadas el 7 de octubre por la tarde varias entrevistas laborales con vistas a su reinserción laboral. Se presentó a una de ellas a las 17.00 horas y una hora después visitó al sacerdote, cuya cita también había pactado aprovechando su permiso.
Ante las críticas de las asociaciones de víctimas de agresiones sexuales por el permiso otorgado a Jiménez, el conseller de Justicia de la Generalitat, Josep Maria Vallés, ha defendido su legalidad y ha rechazado iniciar una revisión de la legislación penitenciaria. Vallés, tras "deplorar" y "condenar" el doble crimen, se ha limitado a "confirmar que hay un interno que no ha vuelto de un permiso" y añadir que "se están llevando a cabo las diligencias corresponsientes", que se encuentran "bajo secreto del sumario". La consellera de Interior, Montserrat Tura, ha asegurado que el debate sobre los permisos no se puede hacer "en caliente". Sin embargo, el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, considera que hay que abrir un reflexión sobre los permisos a violadores por la amenaza que supone para la ciudadanía.
El entierro de las víctimas
Amigos y compañeros de las dos policías han oficiado a las 11.00 horas una misa en el tanatorio de L'Hospitalet para dar el último adiós a las víctimas. Tras el homenaje, los cuerpos de María Aurora y de Silvia Nogaledo han sido trasladados a sus localidades natales en la provincia de León -Toral de los Guzmanes y Noceda del Bierzo-, donde serán enterradas mañana.
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