Familiares de las víctimas de Noelia de Mingo celebran un homenaje en el aniversario del crimen

Familiares y amigos de las víctimas que fallecieron o resultaron heridas el 3 de abril de 2003 en los pasillos de la Fundación Jiménez Díaz tras ser apuñalados por la médico residente Noelia de Mingo han celebrado hoy un acto de homenaje para recordar a sus seres queridos, al cumplirse un año del trágico suceso. Ocho personas fueron atacadas por la doctora, tres de las cuales perdieron la vida.

Según han informado los familiares, los afectados se han concentrado junto a un olivo que médicos residentes del hospital, compañeros de una médico MIR que fue asesinada, Leilah El Oumaari, han plantado en un jardín situado dentro del recinto de La Clínica de La Concepción como recordatorio a las víctimas de aquel fatídico día. Los organizadores del acto han convocado a los trabajadores de la Fundación, a personas que presenciaron el crimen, y a todos los ciudadanos que deseen sumarse a su dolor, para que acudieran a las 11.30 horas al lugar para guardar un minuto de silencio en memoria de las tres personas que perdieron la vida, así como de las otras cinco que resultaron heridas.

Posteriormente, se han depositado ramos de flores junto al árbol. Además, un portavoz de los afectados ha leído un comunicado para recordar a los que perecieron en los pasillos del centro sanitario víctimas del ataque homicida, así como a los que lograron sobrevivir, según las mismas fuentes. Según se desprende de las investigaciones, el 3 de abril del pasado año, hacia las 14.30 horas, Noelia de Mingo, una médico residente de tercer año de Reumatología de La Concha, cogió un cuchillo y comenzó a apuñalar indiscriminadamente a todo aquél que se ponía por delante, sin distinguir entre facultativos, enfermeras, pacientes o visitantes del centro sanitario.

La responsabilidad del centro

Ocho personas fueron atacadas por la doctora, tres de las cuales perdieron la vida. Se trataba de Leilah El Oumaari, también residente, de 27 años y nacionalidad francesa; Félix Vallés, esposo de una paciente del hospital, de 77 años; y Jacinta Gómez, una enferma de 77 que ese día estaba ingresada en el centro. Además, otras cinco personas resultaron heridas. El titular del Juzgado de Instrucción número 33 de Madrid, Tomás Martín, abrió una investigación para esclarecer las causas que llevaron a De Mingo a actuar de ese modo.

Le imputa tres homicidios consumados y cinco en grado de tentativa, aunque los informes psiquiátricos y psicológicos revelaron que la MIR padece una esquizofrenia y que en el momento de ocurrir los hechos estaba sufriendo un brote. Durante casi un año de instrucción del caso, y a través de las declaraciones de diversos testigos -entre ellos algunos compañeros de De Mingo- se puso de manifiesto que la dirección médica de la Fundación conocía el estado mental de la médico y que, a pesar de ello, no se adoptó ninguna medida de control sobre ella.

Por eso, las acusaciones particulares personadas en el proceso en representación de los parientes de los afectados y de los heridos se afanan en tratar de imputar la responsabilidad de la actuación de la doctora. En su opinión, si el centro hubiese adoptado alguna medida no habría ocurrido el suceso.