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Los partidos de izquierda apremian al Gobierno para que corte la descontrolada apertura de universidades privadas

Se aprueba en comisión parlamentaria una iniciativa de Sumar que propone que sea obligatorio contar con el informe técnico favorable del ministerio para que se inaugure un nuevo campus

Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense
Ambiente en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense, el pasado diciembre.Jaime Villanueva
Elisa Silió

En pocos meses habrá más universidades privadas en España que públicas y la calidad de estas es más que discutible en muchos casos. El ministerio se comprometió hace casi un año a endurecer las condiciones, pero no hay noticias de esos cambios y este miércoles, por iniciativa de Sumar, uno de los socios de Gobierno, los partidos de izquierdas (PSOE, Sumar, ERC, Bildu, Podemos) han aprobado en la comisión de Ciencia y Universidades una Proposición No de Ley para que se modifique la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), de forma que el informe que hacen los técnicos del ministerio para la Conferencia General de Política Universitaria ―integrada por el Gobierno y las comunidades autónomas― pase a ser vinculante. El PNV se abstuvo por motivos competenciales y votaron en contra el PP, gran auspiciador del avance de la privada, y Vox.

“Yo ya le he dicho a la ministra [Diana Morant] en comparecencia que hay que darse prisa porque se están aprobando universidades garaje a mansalva que son una tomadura de pelo”, sostiene Francisco Sierra, el diputado de Sumar ponente de la PNL. “El informe de las agencias de acreditación deben ser obligatorio, pero también el de la conferencia, porque si no, los gobiernos autonómicos ponen evaluadores afines. Han demostrado que les da igual en Andalucía (cinco privadas), Extremadura (cuatro proyectos), Madrid (13)”.

Desde 2018 que llegaron los socialistas al poder los técnicos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades han emitido 21 informes desfavorables, cinco positivos y otros dos condicionados a cambios, pero los ejecutivos regionales los obvian porque son preceptivos pero no vinculantes. Estas evaluaciones también se realizaban anteriormente. El Congreso, a través de la PNL, insta asimismo a ajustar los presupuestos para universidades al 1% del Producto Interior Bruto (PIB) como dice la LOSU y a que las administraciones autonómicas elaboren planes plurianuales de financiación.

La PNL emplaza también a que se establezcan mecanismos para fiscalizar y, en su caso, sancionar el incumplimiento de los requisitos de calidad previstos en el decreto de creación y reconocimiento de universidades. Esta resolución, aprobada en 2021 con Manuel Castells al frente del ministerio, fuerza a los campus a demostrar en cinco años que tienen cierta calidad: plantilla (50% doctor), el número de alumnos (masa crítica razonable para actuar como una universidad, no un colegio), titulaciones (un mínimo de 10 carreras, seis posgrados y dos programas de doctorado) o presupuesto para investigación (al menos un 5% del total). El año que viene se verá quien cumple y supuestamente tendrá que cerrar la universidad que no lo haga, pero cuesta creer que los gobiernos autónomos que las aprobaron lo hagan. La Universidad Europea del Atlántico (Uneatlántico) trató de saltarse el decreto, pero el Tribunal Supremo se lo impidió en 2022.

La iniciativa también insta a que se haga un mapa de titulaciones en España, para que “las plazas estén alineadas con las necesidades sociales y garantice la igualdad de oportunidades”. En una entrevista en este diario, la presidenta de los rectores, Eva Alcón, afirmó en septiembre: “Nos encantaría ofrecer muchas más plazas en titulaciones que tienen demanda, pero ¿sabes por qué no podemos? Porque necesitamos recursos en personal e instalaciones. ¡Qué más quisiéramos las universidades públicas que ofrecer donde vemos que hay demanda!”.

La PNL exhorta asimismo a “seguir incrementando las dotaciones económicas para el sistema de becas y ayudas al estudio”. El ministerio estudia con el de Educación un cambio en el sistema, consciente de que muchos estudiantes se quedan sin la ayuda por unos requisitos demasiado exigentes.

Se ha probado una enmienda transaccional del PP; en el documento original de Sumar se pedía alcanzar el 2% del PP en financiación de las universidades, no el 1%. Este primer texto fue votado en contra por Junts en otoño, por temas competenciales, pero el diputado Sierra cree que en el Pleno puede llegarse a un acuerdo. Cataluña, donde hace dos décadas que no se abre una universidad, cuenta con un sistema muy sólido para que exista un equilibro entre públicas y privadas, presentes en el Consejo Interuniversitario de Cataluña.


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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.
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