El plan de refuerzo en lectura y matemáticas empezará en septiembre en los centros más rezagados
El Consejo de Ministros aprueba una primera partida de 95 millones para desdoblar los alumnos por aula, formar en metodologías a los profesores, comprar material e impartir lecciones extraescolares
El pasado enero el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció un plan de refuerzo en matemáticas y lectura de 500 millones de euros, pero este septiembre arrancará con 95 millones porque, con los Presupuestos Generales del Estado prorrogados en 2024, no se ha podido crear una nueva partida específica. Los fondos provienen del remanente sin ejecutar del Ministerio de Educación y su idea es ampliar la cuantía a comienzos de 2025 si hay presupuestos. Arrancará en los centros públicos y concertados (los sufragados con los impuestos) con mayores tasas de alumnos con malos resultados académicos, que suelen ser los más vulnerables socioeconómicamente.
El plan de comprensión lectora, que abarca todos los niveles educativos básicos ―desde el último curso de educación infantil, primaria, ESO y grado básico de Formación Profesional―, es menos costoso y se destinarán inicialmente 30 millones; mientras que el de matemáticas tendrá una primera dotación de 64,8 millones y va a dirigido a alumnos de primaria (desde el tercer curso), secundaria y grado básico de FP.
El plan se divide en cuatro partes: se va a reducir el número de estudiantes por profesor en Matemáticas para que los alumnos reciban un trato más personalizado, se impartirán clases de refuerzo en horario extraescolar para los que vayan más rezagados en la materia, se dotará de recursos materiales a los centros para que disfruten de una mayor autonomía y se formará en nuevas metodologías y conocimientos matemáticos a los profesores.
“Con el programa de matemáticas queremos llagar al mayor número de alumnos y profesores posibles y para ello se van a nombrar asesores en las comunidades autónomas que van a ser los responsables de coordinar el plan”, explica Carmen Tovar, directora del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE). “Estos asesores van a recibir una formación en didáctica de las matemáticas, en cómo atajar la brecha de género... [ellas sacan peores resultados y temen más la materia]”, prosigue. A su vez, estos, cuando estén preparados, formarán al coordinador de centro. Con el apoyo de los asesores, estos coordinadores formarán a los profesores de su colegio o instituto. “Por eso le llamamos formación en cascada”, apunta Tovar. El contenido va a ser diseñado entre el Ministerio de Educación y el comité científico de expertos que le asesora. “Así se va a ir trasladando el conocimiento hasta llegar a todo el profesorado”.
Los gobiernos autonómicos, que tienen las competencias educativas transferidas y tendrán que coordinar el programa, fueron informados la semana pasada y la próxima semana volverán a reunirse con el ministerio para entrar en el detalle. Andalucía es la comunidad que más fondos recibirá: 14,1 millones para matemáticas y 5,8 para comprensión lectora.
Ansiedad matemática
El foco especial en las matemáticas ―se lleva más de dos tercios de la dotación― no es casual. En España hay un problema grande de ansiedad matemática. Muchos docentes (sobre todo mujeres) reconocen su temor de enseñar, por ejemplo, cálculo o geometría en 5° o 6° de primaria y el 37% de los escolares españoles en PISA dijo padecerla, frente al 17% de media en la OCDE. No beneficia el que solo uno de cada cuatro alumnos (25,34%) de los grados de Magisterio ―según una muestra de 5.782 inscritos durante cuatro años ― haya cursado anteriormente un bachillerato científico.
El ministerio no cuantifica cuántos centros se verán beneficiados, se irán seleccionando los de peores resultados académicos hasta agotar el presupuesto. La vara de medir serán las pruebas de diagnóstico celebradas la pasada primavera en todas las comunidades autónomas. Estas pruebas ―cuyo objetivo censal es conocer el nivel educativo del conjunto para tomar medidas de mejora, no es una reválida personal― han empezado a convocarse en el curso que acaba de terminar (en aplicación de la ley Celaá) y se han examinado los alumnos de cuarto de primaria (nueve años) y segundo de ESO (13 años) para evaluar sus competencias lingüísticas y matemáticas.
Los malos resultados el pasado diciembre de los alumnos españoles examinados en las pruebas de calidad educativa PISA, que han caído ―como en el resto de la OCDE en el contexto de la pandemia― respecto a la edición anterior, que a su vez también habían empeorado, han sido determinantes para que el Gobierno anunciase el plan de refuerzo. Los alumnos españoles del último curso de la ESO (15 años) menguaron su calificación ocho puntos en matemáticas respecto a 2018, hasta quedarse en 473; y retrocedieron tres en comprensión lectora, hasta los 474. El presidente Sánchez no lo tapó en el anuncio del plan: “Es relevante que seamos conscientes a la luz de los informes de la OCDE que, pese a los esfuerzos de los alumnos y profesores, hay asignaturas difíciles de roer”.
Las clases de refuerzo fuera del horario escolar se van a vertebrar a través del programa de apoyo a estudiantes vulnerables PROA+, que hasta este curso se ha venido financiando con una partida de los fondos de recuperación económica tras la pandemia Next Generation. Bruselas seguirá sufragando el programa hasta 2028, en este caso con 105 millones, canalizados a través del Fondo Social Europeo. Se benefician más de un millón de alumnos de 3.700 centros. A la UE le preocupa mucho la tasa de abandono temprano de las aulas en España ―—el porcentaje de jóvenes de 18 a 24 años que deja los estudios sin haber conseguido al menos un título de Bachillerato o de FP—, una de las más altas de Europa: 13,6% el pasado año, frente al 9,6% de media en la UE.
Además, las autonomías van a recibir 58 millones para el programa Código Escuela 4.0, que forma a docentes de primaria en programación, robótica y pensamiento computacional y a 3,7 millones de alumnos. Y otros 28,7 millones irán a parar al plan de Educación inclusiva, con el que se atiende a alumnado con necesidad específica de apoyo educativo.
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