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La nueva selectividad se retrasa un año, y la prueba de madurez valdrá menos

El examen de 2024, que pretendía ser de transición, será muy parecido al actual. La versión definitiva de la prueba se traslada de 2027 a 2028 para buscar consenso

Nueva selectividad
Pruebas de selectividad en la facultad de Ciencias Físicas de la Universidad Complutense de Madrid, en 2022.Olmo Calvo
Elisa Silió

El examen nuevo de selectividad ―menos memorístico y más basado en la aplicación de lo aprendido― se aplaza un año y tendrá lugar en 2028 en su versión definitiva. En 2023 la prueba, como estaba planteado, seguirá siendo igual que la actual. La de 2024, que pretendía ser una evaluación de transición hacia un tipo de prueba basada en las competencias, sufrirá algún cambio, pero no de calado. Esta decisión, adelantada por el diario ABC, se ha tomado este viernes en el seno de una reunión técnica de los gobiernos autonómicos. Un portavoz del Ministerio de Educación explica que con el retraso se busca “tener más tiempo para lograr el consenso y más tiempo de aplicación de la Lomloe y las pruebas competenciales”. La prueba, conocida ahora como EVAU (Evaluación de Acceso a la Universidad), ha sido criticada por profesores universitarios, la Real Academia Española (RAE) y la Red Española de Filosofía.

Además, se ha acordado que la prueba de madurez no cuente un 75% del resultado final, sino un 60%. Ahora habrá que estudiar cómo se diseña. La propuesta del ministerio estaba en fase de borrador y se pretendía presentar antes de Navidades. Pero la polémica suscitada ha hecho que el departamento de Pilar Alegría dé un paso atrás y siga reformulando el proyecto. Quince de las 17 comunidades autónomas están de acuerdo con que se retrase la prueba ―incluidas las populares Andalucía, Galicia y Murcia―, pero se muestran en contra los gobiernos regionales de Madrid (PP) y Castilla y León (PP y Vox) que insisten en una selectividad única, inviable hoy con las competencias educativas transferidas. Este acuerdo de los técnicos, que llevan reuniéndose desde septiembre para hablar de la selectividad, se votará en la reunión sectorial de educación que se va a celebrar el 13 de diciembre, pero cuenta ya con el apoyo suficiente. Madrid ha enterrado la idea de una doble selectividad para aquellos que quieren estudiar en otra comunidad.

Tras este acuerdo de las comunidades, el PP ha anunciado en un comunicado que no participará en más reuniones con el ministerio para tratar de la EVAU y reclama que se “garantice la igualdad de oportunidades”, que interpretan se lograría con una prueba única. Dentro del PSOE, un sector era partidario desde hace meses de retrasar la fecha con el fin de que la ley tuviese más rodaje y los alumnos se habituasen a los exámenes competenciales. En especial los de bachillerato, que se juegan acceder o no a la carrera deseada.

La prueba de madurez planteada en julio por el ministerio pretendía evaluar “las destrezas del ámbito lingüístico”. Este examen, que se parece a las pruebas del Informe PISA, además del castellano y en su caso la lengua cooficial de la autonomía, abarcaba preguntas en la lengua extranjera que hubiese elegido el estudiante, normalmente el inglés. La RAE considera que la nueva selectividad “reduce considerablemente los contenidos de lengua y literatura que los estudiantes deben dominar”.

Los dos años de Bachillerato están concebidos para aprobar la EVAU, por lo que este aplazamiento inquieta a los profesores que han tenido que buscar un nuevo enfoque curricular competencial para esa etapa. En 2024 se examinarán de la EVAU quienes ahora cursan primero de bachillerato. En su caso iba a ser una prueba de transición, pero finalmente será casi idéntica a la de ahora.

“Contenidos simplificados”

La prueba originaria iba a tener como base “un dosier formado por una serie de documentos ―textos (literarios, de opinión, informativos, ensayos, etcétera), imágenes, infografías, gráficos, tablas…―” a partir de los cuales los aspirantes iban a tener que contestar a 28 preguntas, cerradas y semicerradas. Además, en el examen de 2027, tras completarse el cambio, se iban a incluir además cuestiones de las asignaturas de Historia de España y Filosofía. Este viernes la Asociación de Escritores con la Historia ha pedido la retirada de la nueva selectividad, pues considera que conllevará “contenidos simplificados y esto, a la larga, supondrá una merma irrecuperable en la formación de nuestros estudiantes”.

Lola Pons Rodríguez, catedrática de Lengua Española en la Universidad de Sevilla, expresó en una tribuna en este periódico una idea muy extendida en el ámbito académico: “Esta evaluación por preguntas cortas es lo más parecido a una EVAU modelo Twitter, que sobre el papel trata de medir la madurez, pero que en la práctica fomenta la distancia corta y la rebaja del volumen de conocimiento”.

Hace una semana, la Red Española de Filosofía (REF) reprochó al ministerio su falta de comunicación y criticó el contenido de la prueba de madurez en un comunicado. Esta considera que hay riesgo de que se diluyan “los contenidos y competencias específicas de la Filosofía en una prueba indiferenciada de madurez en la que las preguntas van a ser, en su mayor parte, de respuesta cerrada (tipo test) o semiconstruida (completar frases y similares), y las cuestiones de desarrollo y las cuestiones de desarrollo de una extensión prevista menor de 150 palabras, claramente inapropiada e insuficiente para demostrar el dominio efectivo de las competencias específicas de la materia”.

“Con el test los matices y las apreciaciones se pierden, se convierte más en una prueba de cultura general”, se lamenta Esperanza Rodríguez, vicepresidenta de la REF y profesora de esta materia. “La prueba de Filosofía tendría que ser acorde a las competencias que se van a estudiar —habilidades argumentativas, de pensamiento crítico…— y para eso es necesario que tenga más calado. Aún la REF no hemos propuesto nada, entre otras cosas porque no nos han preguntado, pero en la comisión de educación estamos pensando en una opción para esa prueba”, adelanta.

El Institut d’Estudis Catalans (IEC) también pidió en una carta abierta a la ministra Pilar Alegría reconsiderar la prueba de madurez, pues a su juicio “para comprobar la madurez de los conocimientos lingüísticos no es suficiente el inventario de preguntas propuesto (de respuesta cerrada, semiconstruida y abierta de hasta ciento cincuenta palabras)”. La institución apuesta porque exista una prueba específica para cada lengua ―como ocurre ahora― para evaluar la competencia comunicativa (incluyendo la gramática) y metalingüística.

Tras este aplazamiento de la EVAU, los primeros alumnos que se enfrentarán por primera vez a un examen transformado en su totalidad son los que en este momento cursan primero de secundaria.

La ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, ha publicado un tuit este sábado en el que ha comunicado que “el consenso y el acuerdo son importantes en todo, pero en #educación son fundamentales”. Alegría ha aclarado que con la nueva EVAU “siempre” han trabajado con “ese planteamiento” y ha explicado que desde que se presentó el documento a las comunidades y a las universidades el pasado julio, desde el ministerio han mantenido 20 reuniones y han recogido las sugerencias y mejoras que les han trasladado. “Ayer mantuvimos una reunión con las comunidades, 15 de ellas nos pedían posponer un año la aplicación de la nueva prueba”, ha expuesto, tras lo que ha asegurado que “mejorar, modular, flexibilizar planteamientos iniciales” nunca le ha parecido negativo. “Creo que escuchar a los demás es clave para gestionar”.

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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