Escaso seguimiento de la huelga convocada por el Sindicato de Estudiantes contra las condiciones del inicio de curso
La organización ha llamado a realizar paros durante tres días seguidos a 1,8 millones de escolares
El Sindicato de Estudiantes ha convocado este miércoles huelga en los institutos de secundaria contra lo que la organización considera un “desastre mayúsculo” en el inicio del curso. El paro ha tenido, sin embargo, un eco escaso, por lo que ha podido comprobar este periódico en algunos institutos de Andalucía, Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana y el País Vasco, cuatro territorios que suman el 65% del alumnado de España.
“Creo que no va a hacer huelga nadie”, decía una joven de un grupo de alumnos de segundo de Bachillerato (los que les tocaba entrar a las 8.20) en la puerta del instituto Lope de Vega, en el centro de Madrid. Veinte minutos más tarde, cuando les tocaba entrar a los de primero de Bachillerato, dos alumnas ponían cara de sorpresa: “No sabía que hoy había huelga”. En la Comunidad de Madrid, las clases de FP todavía no han comenzado. En el instituto Calderón de la Barca, en el barrio de Carabanchel, Begoña Rodríguez, jefa de estudios y profesora de Física y Química, añadía: “No hemos notado incidencia de huelga. He dado dos clases hoy y estaban todos los alumnos previstos. De todas formas, si falta alguno no sabemos si es por huelga, cuarentena o incluso miedo”. Lo mismo sucedía en los institutos Salvador Dalí y La Estrella de la misma cuidad.
A las nueve de la mañana, el análisis se repetía en el IES El Carme de Valencia. “Creo que los chavales ni se han enterado de que había huelga, porque han entrado como un día normal. Con la normalidad que hay ahora, claro”, comentaba en la puerta del centro el jefe de estudios. La misma impresión trasladaban estudiantes y miembros del personal en el instituto Lluís Vives, uno de los mayores de la misma ciudad, así como en el Miguel de Unamuno y el Martín de Bertendona, que son dos de los más grandes de Bilbao.
A las puertas del instituto Miquel Tarradell, en el barrio del Raval de Barcelona, un grupo de alumnos se sorprendía al ser preguntados por el paro. “No nos habían dicho nada, con tanta información los primeros días no habrá llegado. No creo que haga huelga nadie”, explicaba una alumna. Y en el instituto La Sedeta de Gràcia, uno de los profesores de secundaria destacaba que la asistencia a clase era la habitual.
El seguimiento también está resultando mínimo en Andalucía, donde además se ha visto dificultado porque la vuelta a clase está siendo escalonada para la mayoría de los estudiantes: apenas tienen tres horas de clase a modo de presentación esta semana y ya no vuelven hasta el lunes. “Así es imposible que se note nada”, afirman desde un instituto de Marbella. María Gracia, directora del IES Los Alcores en Mairena del Alcor (Sevilla), con casi 900 alumnos, confirma por su parte que el impacto de la huelga ha sido nulo.
La convocatoria del Sindicato de Estudiantes se sumaba a la que han realizado los profesores vascos y madrileños por falta de medios, la que está prevista que realicen los docentes en Galicia el próximo día 23 de septiembre y la que también barajan llevar a cabo en Cataluña. Pero a diferencia de los docentes, que se están movilizando a escala autonómica, dado que la organización del curso es competencia de los Ejecutivos regionales y las condiciones en que han arrancado las clases difieren de unas comunidades a otras, el paro del Sindicato de Estudiantes se ha convocado simultáneamente en toda España y con una duración de tres días ―desde este miércoles al viernes―.
El sindicato llama a no ir a clase a los alumnos de tercero y cuarto de secundaria (primero y segundo no pueden hacer huelga), FP medio y superior y Bachillerato. Es decir, los mayores de 14 años, el tramo de edad que el Ministerio de Educación considera más idóneo para seguir la docencia telemática. En total 1,8 millones de alumnos de la escuela pública de esas etapas. Sobre el papel también están llamados los estudiantes de la concertada, pero la huelga en ellos era todavía menos probable, ya que entre las reivindicaciones de la protesta figura el fin de los conciertos educativos. Las comunidades no suelen proporcionar datos en los paros de estudiantes, al no ser de plantilla. Este año, además, buena parte de los alumnos convocados a la huelga realizan el curso de forma semipresencial, de modo que solo asisten a los centros el 50% de tiempo.
“Como esto es un desastre mayúsculo el comienzo de las clases es de una manera distinta en cada sitio. En Galicia y Asturias se ha retrasado la apertura de centros una semana; la Comunidad Valenciana y Madrid empezaron la semana pasada; Andalucía, Cataluña y País Vasco hoy [por el martes]... Estamos en una situación muy extraordinaria porque unos tienen clases presenciales, otros telemáticas... Unos estarán aún con las presentaciones...”, decía el martes Marina Mata, del Sindicato de Estudiantes.
“La ministra Isabel Celaá ha tenido meses para preparar una vuelta a las aulas en condiciones dignas pero no ha hecho nada. Y no lo ha hecho porque no quieren aumentar los presupuestos para la educación pública, lo que contrasta con los miles de millones que reciben las grandes empresas y bancos del Ibex 35 o la educación privada concertada”, sostiene en su manifiesto el Sindicato de Estudiantes.
El Gobierno ha aprobado un fondo extraordinario de 1.600 millones para gastos extra en las escuelas derivados por la pandemia que las comunidades prevén distribuir entre los centros públicos y subvencionados según sus necesidades.
Con información de J. A. Aunión, Marta Pinedo, Jakub Olesiuk, Cristina Saldaña, Nacho Sánchez, Eva Saiz, Javier Arroyo Juan Navarro, Josep Catà e Ignacio Zafra.
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