Fernando Campos (DKV): “A lo largo de mi vida he votado a casi todos los partidos”
El consejero delegado de una de las grandes aseguradoras de salud hace equilibrios para compaginar el trabajo con sus cuatro hijos


Fernando Campos (Madrid, 49 años) es el máximo ejecutivo de la compañía de seguros DKV, filial del gigante alemán Munich Re. El directivo, que accedió al cargo hace un año y medio, lleva toda su vida laboral trabajando para multinacionales (Aon, Cigna, BUPA-Sanitas, Principal Financial Group, PwC...). Desde su despacho en la Avenida de Concha Espina de Madrid, dirige un equipo de 900 personas, al tiempo que trata de compatibilizar su trabajo con atender a sus cuatro hijos, de entre nueve y 14 años.
Pregunta. ¿Cómo compagina sus responsabilidades directivas con estar pendiente de la familia?
Respuesta. Haciendo funambulismo. Buscando siempre el equilibrio. Sobre todo, con la gestión de mi agenda, de los equipos y la autogestión. Tienes que decidir constantemente qué priorizas. Y aprender a decire que no.
P. ¿Cuándo ve a sus cuatro hijos?
R. Intento verlos al menos una vez al día. Casi siempre por la noche, para la cena. Si un día no he podido, procuro verlos por la mañana.
P. Algún ejemplo de esos equilibrismos...
R. Mi hija mayor estudia en Londres y va a venir a Madrid a pasar unos días. El jueves tengo que irme a un evento con directivos en Zaragoza. Así que me he buscado un hueco en la agenda para comer con ella y una amiga el jueves. Hay que compensar.
P. ¿Y los fines de semana?
R. Intento tenerlos siempre depejados, para la familia. Pero a veces tengo viajes. A Dusseldorf, a Tailandia, a San Francisco... y me toca viajar el domingo. O me ponen una cena con directivos del grupo un viernes en Munich.
P. ¿A qué más ha tenido que renunciar?
R. Hace años que no me tomo unas cañas con amigos entre semana. De lunes a viernes, o estoy trabajando o con mi familia.
P. Tendrá algún hobby...
R. Soy muy deportista. Mi padre falleció joven, de un infarto al corazón, y tengo muy presente la importancia de cuidar la salud.
P. ¿Cuándo saca tiempo?
R. Me levanto a las seis de la mañana, o incluso antes. Y a las siete estoy en el gimnasio haciendo entrenamiento funcional. Procuro hacerlo entre cuatro y cinco días por semana. También me gusta jugar al tenis.
P. ¿Saca tiempo para leer o ver series?
R. Siempre ando leyendo varios libros sobre gestión empresarial. También veo alguna serie, pero sobre todo cuando estoy de viaje. A diario casi nunca, porque son muy adictivas. Como las redes sociales.
P. ¿Un consejero delegado puede opinar sobre política?
R. No debería. Dentro de una multinacional es algo impensable. Yo tengo mi ideología y mi criterio, lógicamente. Pero, como directivo, me debo a mi empresa. No puedo ser ni de izquierdas ni de derechas.
P. Un directivo también es un ciudadano...
R. En este aspecto, creo que es mejor no destacar, para evitar malentendidos. Yo he votado prácticamente a todos los partidos a lo largo de mi vida. Estoy seguro que muchos se equivocarían al intentar acertar a quién he votado la última vez. Es fácil tener prejuicios. En general, soy muy crítico con los políticos. Creo que la mayoría no está a la altura.
P. Las aseguradoras de salud a menudo están en el centro de la refriega política. Como con el caso de Muface.
R. Yo lo que defiendo es que tenemos un sistema sanitario fantástico en su conjunto y que la sanidad privada complementa perfectamente a la sanidad pública. Cuando se dice que los dos modelos son incompatibles, es para provocar y enfrentar.
P. ¿Por qué decidió cambiarse de Aon a DKV?
R. Una de las cosas que más me atrajo es que buscaran a alguien de menos de 50 años. Por un lado, es señal de que quieren a una persona para muchos años. Además, indica que apuestan por el relevo generacional.
P. ¿Echa de menos ese relevo en otras empresas?
R. Sí. En España hay una tendencia clara a perpetuarse en el poder. Eso bloquea la llegada de nuevas generaciones a puestos de mando. Yo quiero contribuir a que cambie esta dinámica. Hay que aprender a dar oportunidades a los jóvenes y también hay que aprender a irse de los sitios a tiempo.
P. Algunos se quejarán de edadismo...
R. El talento senior es muy valioso y no lo podemos desperdiciar. Hay mucho por hacer en el desarrollo de programas de tutorización por parte de directivos mayores. Pero no es razonable que algunos ámbitos estén copados por directivos de 65, 70 años. O incluso de mayor edad. En mi grupo [Munich Re] acaban de nombrar a un CEO de solo 52 años.
P. ¿Cómo ven a España los directivos de otras filiales de grupo?
R. Les encanta el país. Por el clima, la gastronomía, la calidad de vida... Además, se valora mucho el nivel de los directivos españoles. Somos un país exportador de talento. Eso sí, les extraña que aquí se le dé tan poca importancia a la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
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