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El medicamento como activo estratégico

EL PAÍS y Farmaindustria abordan las tareas pendientes para lograr autonomía en la fabricación de fármacos

Farmaindustria
Desde la izquierda, Lidia Martín. Vicepresidenta de Farmaindustria y directora general de Almirall, Manuel Arellano, vicepresidente de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, y Eva Sánchez Morla, psiquiatra en el Hospital Universitario Gregorio Marañón y profesora asociada de la Universidad Complutense de Madrid.JUAN BARBOSA

España destaca por su sólida industria farmacéutica. Tiene 174 plantas productivas, de las cuales 106 están dedicadas a medicamentos de uso humano y 13 a productos biológicos. Este ecosistema genera 51.000 empleos directos e indirectos, siendo los productos farmacéuticos el tercer bien más exportado, con inversiones en innovación que ascienden a casi 1.400 millones de euros. “La industria farmacéutica española tiene un gran peso específico en Europa”, destacó Rebeca Mariola Torró, secretaria de Estado de Industria en un encuentro organizado por EL PAÍS y Farmaindustria. “Hay que destacar además tres vertientes que hacen del sector estratégico: la sanitaria, la económica y la social”, añadió.

Esta ventaja competitiva es fundamental en un mundo cada vez más conectado, en el cual la autonomía en la producción de medicamentos es fundamental. “Cuando hablemos de autonomía estratégica, lo primero que tenemos que preguntarnos es a cuál de las dos almas de esta queremos responder”, expuso Javier Padilla, secretario de Estado de Sanidad. “Hay una vertiente autárquica y de seguridad que, en un contexto bélico, apela a la necesidad de rearmarse. Pero también hay otra parte estratégica que nos habla de la necesidad de cooperar en un contexto global de interdependencia”, añadió.

España apuesta por esta última vertiente. “Un ejemplo del trabajo que estamos realizando es el compromiso alcanzado para constituir la Alianza Europea de Medicamentos Críticos, un mecanismo consultivo que reúne a diferentes actores del sector y a las administraciones públicas para identificar prioridades de acción y proponer soluciones que refuercen el suministro de medicamentos críticos en toda la región”, resaltó Mariola Torró durante el encuentro titulado Autonomía estratégica de medicamentos: el valor de producir medicamentos innovadores en España. Con esta nueva herramienta, un ejemplo de colaboración público-privada, se está dando un paso esencial para revitalizar las capacidades de producción de fármacos críticos en Europa y asegurar su suministro mediante la diversificación de proveedores, declaró la secretaria de Estado. “Esta alianza, establecida inicialmente por un periodo de cinco años, ha seleccionado a 17 empresas sanitarias españolas como garantes del suministro de fármacos esenciales”.

Rebeca Mariola Torró, Secretaría de Estado de Industria.
Rebeca Mariola Torró, Secretaría de Estado de Industria. JUAN BARBOSA

Calidad de vida

“Cuando hablamos de disponibilidad de medicamentos, debemos considerar dos aspectos distintos: el acceso a las innovaciones y la disponibilidad física, es decir, la fabricación. Todos coincidimos en que las innovaciones farmacéuticas mejoran la calidad de vida y la supervivencia de los pacientes, siendo responsables del 73% del incremento de la esperanza de vida en los países desarrollados. Por tanto, el acceso a fármacos innovadores es crucial”, recalcó Lidia Martín, vicepresidenta de Farmaindustria y directora general de Almirall. La industria farmacéutica muestra un compromiso tangible con la innovación y su accesibilidad. Actualmente, uno de cada cinco euros invertidos en I+D en España proviene del sector, afirmó la representante de la industria. Además, casi la mitad de los proyectos de I+D se realizan en colaboración con instituciones, universidades y entidades público-privadas.

“España es líder en la Unión Europea en ensayos clínicos, con 50 nuevas moléculas aprobadas cada año en Europa”, subrayó Martín. Sin embargo, solo el 58% de las nuevas innovaciones se autoriza en España, y el proceso lleva más de 600 días. “Cuando se trata de fármacos hospitalarios, los tiempos de acceso regional y hospitalario pueden superar los dos años”, aseveró Martín. El plan estratégico de la industria farmacéutica, en colaboración con el Gobierno, busca resolver estos problemas mediante una reforma del sistema de financiación y fijación de precios. Esto implica establecer criterios objetivos y predecibles, programas de acceso temprano y agilizar los procesos de compra pública en el ámbito hospitalario.

Javier Padilla, Secretario de estado de Sanidad.
Javier Padilla, Secretario de estado de Sanidad. JUAN BARBOSA

En cuanto a la fabricación, España se encuentra en una posición privilegiada. Por ello, es esencial asegurar incentivos, medios y una regulación adecuada para fomentar la producción nacional de fármacos. “Esto no solo tiene un impacto económico positivo, sino que es crucial para nuestra autonomía estratégica”, añadió la directora general de Almirall. En España es necesario garantizar que nadie se quede atrás, asegurando el acceso a medicamentos en función de la realidad de cada persona, priorizando siempre la necesidad del paciente y no solo la enfermedad, agregó Manuel Arellano, vicepresidente de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes. De igual forma, un punto clave es la personalización. “En hematología, por ejemplo, cada problema requiere tratamientos distintos”, comentó el experto. Ante esta realidad, Arellano dijo que la participación del paciente desde el principio de los ensayos clínicos es vital, ya que puede aportar valiosos conocimientos a lo largo del proceso.

Eva Sánchez Morla, psiquiatra del Hospital Universitario Gregorio Marañón y profesora asociada de la Universidad Complutense de Madrid, reconoció que existe una dificultad significativa en el acceso y disponibilidad de medicamentos, sobre todo en aquellos fármacos antiguos y baratos que no tienen equivalentes terapéuticos. Esta situación es muy común en la práctica clínica y suele descubrirse solo después de que los pacientes no puedan acceder a su medicación. “Este problema es especialmente crítico en áreas como la psiquiatría, donde algunos son insustituibles”, mencionó. La falta de estos puede llevar a que los pacientes recorran varias farmacias en vano, provocando recaídas que son costosas para el paciente, la familia y la sociedad.

Además del problema de disponibilidad, también se enfrenta a desafíos en el acceso a nuevas innovaciones terapéuticas. “Estas nuevas terapias son cruciales para el tratamiento de patologías complejas y heterogéneas, que requieren un enfoque personalizado. Desde un punto de vista clínico, nos preocupa que estas lagunas en la disponibilidad de medicamentos esenciales puedan y deban ser resueltas. Las administraciones deben facilitar soluciones para que los profesionales de la salud puedan colaborar de manera efectiva en este proceso”, recalcó Sánchez Morla.

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