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La salud mental de los portugueses mejora con la semana laboral de cuatro días

El estudio preliminar sobre el proyecto piloto que ensaya la reducción del tiempo de trabajo muestra descensos en los niveles de ansiedad, insomnio y depresión

Semana laboral 4 dias Portugal
Tras el proyecto piloto portugués, la ansiedad de los trabajadores participantes ha descendido un 21%.Jorge Mantilla ( NurPhoto / ContactoPhoto)
Tereixa Constenla

Las utopías solo dejan de serlo cuando se superan. Hace más de dos siglos Robert Owen, fundador del movimiento obrero británico y teórico de un socialismo previo a Marx, reivindicó la fórmula 888 (ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso y ocho horas de ocio). Consideraba que la calidad de la producción de un obrero estaba vinculada a su calidad de vida. Su fórmula se consolidó entre los países occidentales, donde ahora el debate consiste entre la desregulación laboral que presiona desde finales del siglo XX y las nuevas utopías del XXI que quieren superar el 888, aunque su principio fundacional sea el que ya defendió Owen hace más de dos siglos.

La semana laboral de cuatro días es la nueva utopía que han ensayado varios países (Islandia, Reino Unido, España o Portugal) y que provoca la misma hostilidad y la misma hilaridad que en su día causaron las iniciativas para limitar la semana laboral a los cinco días y que en España fue instaurada de forma pionera en 1919 (solo después de Rusia). En Bélgica, la semana de cuatro días laborables es ya una opción al alcance de los trabajadores, aunque no implique una reducción de las horas sino la concentración de las mismas.

El estudio preliminar sobre el proyecto piloto portugués, que comenzó en septiembre de 2022 en su fase teórica y abarca a un millar de empleados, constata de nuevo la relación beneficiosa entre trabajadores contentos y su desempeño profesional. El 95% de las empresas que participan en el ensayo consideró que los cambios observados eran positivos. Para las plantillas, lo más destacable son las mejoras que percibieron en su salud mental, una de las grandes fragilidades de la sociedad actual.

Tres meses después del inicio del proyecto piloto, todos los síntomas que alertan sobre el deterioro psíquico disminuyeron en los participantes: la ansiedad (un 21% menos), la fatiga (el 23%), el insomnio (el 19%), los estados depresivos (el 21%), la tensión (el 21%) y la soledad (el 14%). Más del 85% de los trabajadores mejoraron en al menos uno de estos indicadores, según el informe elaborado por la profesora de Gestión Estratégica de Recursos Humanos de la Universidad de Reading, Rita Fontinhas, y el profesor de Economía de la Universidad de Londres, Pedro Gomes, que coordinan el proyecto impulsado por el Ministerio de Trabajo, Solidaridad y Seguridad Social.

Tener más tiempo permitió a los trabajadores invertir horas en ejercicio físico (los que nunca lo hacían disminuyeron del 27% al 14,5%) y mostrar más satisfacción con sus relaciones personales. Los empleados que se quejaban antes de la dificultad de conciliar la vida familiar y la laboral descendieron al mínimo. Si antes eran casi la mitad lo que consideraban complejo compaginar ambas tareas, después la cifra se redujo al 8%. La satisfacción de los trabajadores con la reducción de horas de trabajo se midió también salarialmente. Para cambiar a una empresa donde tuviesen que volver a la semana laboral de cinco días, exigirían al menos una subida salarial del 20%.

El estudio definitivo sobre este proyecto, en el que participan 41 empresas que no reciben ninguna subvención pública por ello, será presentado en abril. “Las empresas dispondrán de un par de meses para decidir si van a mantener la reducción, regresar a la semana de cinco días o ajustar el formato”, explica Pedro Gomes. La reducción de la semana laboral no significó un descenso del salario aunque sí un descenso medio del 13,7% de las horas de trabajo. La mayoría de las empresas optó por ofrecer un día libre a la semana. Para mantener los ritmos de producción en menos tiempo, se adoptaron diferentes estrategias organizativas como “la reducción de reuniones, la creación de bloques de trabajo o la adopción de nuevo software”.

La mayoría de las empresas se implicó, según el estudio, para mejorar su gestión de recursos humanos. “La razón apuntada con más frecuencia es la disminución del nivel de estrés entre los trabajadores. Además, podemos ver que la medida ayuda a resolver problemas concretos, como aumentar la capacidad de reclutamiento y retención de trabajadores. Muchas empresas lo consideran una alternativa a los aumentos salariales”.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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