Carmen Lence (Grupo Lence): “Los precios de la leche van a seguir subiendo”
La consejera delegada del grupo lácteo lleva las riendas desde 2019. La empresa familiar que fundó su padre en 1975 suma unas ventas de 230 millones de euros
En un sector muy masculinizado, Carmen Lence, apenas superados los 50 años, es la primera y única mujer al frente de una empresa láctea, la gallega Leche Río. La sociedad integrada en el Grupo Lence, constituida por su padre, Jesús Lence, en 1975, acumula una recogida actual de 280.000 toneladas, todas ellas en Galicia, y unas ventas de 230 millones de euros. Río es hoy la primera empresa gallega en el sector de la leche —tras incorporar al grupo en 2006 la firma Leyma— y la tercera más importante en esa comunidad autónoma, donde el liderazgo lo ostenta la multinacional Lactalis, seguida de Central Lechera Asturiana.
Tras sus estudios de Administración de Empresas por la Universidad de Santiago, Carmen Lence cursó másteres en dirección de empresas en diferentes universidades en el Reino Unido, Estados Unidos y en el Instituto de Empresa en Madrid.
Como empresaria, desarrolló su primera actividad profesional en el mundo de la leche a la sombra de su padre, un ganadero e industrial de raza, hecho a sí mismo, que tenía su propio “librillo” sobre la gestión de la empresa y el mundo de la leche, no muy en línea con la idea de gestión de la hija. Y así abandonó la empresa familiar para apostar profesionalmente por el mundo de la consultoría y la formación de ejecutivos en el ámbito internacional viviendo en media docena de países. Comenzó a trabajar en ese campo en 2001 en DoubleClick TechSolutions como gerente de cuentas en España, Portugal, Italia y países de Oriente Próximo. Desde 2011 hasta 2019 pasó a formar parte del Next Gen Leadership como executive coach, tutora y consultora especializada en la empresa familiar, actividad que compaginó con el trabajo de profesora en algunas de las escuelas de negocios más importantes del mundo como la Universidad de California Berkeley.
Nacida y criada en el seno de la pequeña empresa familiar láctea, su dilatada trayectoria profesional ha estado siempre marcada por su relación con este tipo de sociedades, tanto desde la tutoría como desde la formación de dirigentes o apoyo a emprendedores. Durante su estancia como profesora en San Francisco (EE UU), trabajó con la organización Iniciativa de Mujeres para ayudar a las emigrantes a que pudieran crear sus propias empresas. En Grecia lideró la creación de la Asociación de la Empresa Familiar. Y en Galicia fundó el Fórum de la Asociación de la Empresa Familiar. Esta filosofía la mantiene actualmente en el Grupo Lence, donde ha puesto en marcha varias iniciativas para fomentar el desarrollo de la mujer en el mundo rural como Ganaderas con Actitud Río.
A pesar de estar casi siempre alejada físicamente de la empresa, siguió de cerca su desarrollo acudiendo periódicamente a todas las reuniones importantes. Hasta 2019, cuando, tras la muerte de su padre, se hizo cargo como consejera delegada de la gestión de todos los negocios de la familia. Uno de los primeros retos de Carmen Lence fue aplicar en su propia casa las recetas que impulsaba en el exterior para evitar situaciones de división, guerras y, al final, ventas que se producían con motivo de sucesiones y relevos generacionales en este tipo de sociedades. En el caso de Lence, el relevo y la sucesión no supusieron una ruptura, sino la consolidación del grupo con Carmen, uno de sus dos hermanos y su madre como accionistas de la empresa.
En los últimos tres años, la gestión por parte de Carmen Lence ha supuesto un reforzamiento de la posición de la compañía, con la mirada puesta en el medio plazo y con unas inversiones estimadas en unos 20 millones de euros enfocados fundamentalmente a lograr la máxima eficiencia en los procesos de producción y para la elaboración de productos de mayor valor añadido, tanto en leches frescas como en todo tipo de productos derivados. El objetivo de la empresa es seguir creciendo y diversificando con nuevos productos en función de las demandas del consumidor, potenciando, además, la imagen de la empresa. En línea con la media del sector, la marca blanca o de la distribución, fundamentalmente para grupos como Consum o Ahorramás, suponen aproximadamente el 58% de todas sus ventas en volumen.
Defensa del ganadero
Desde su posición en una industria láctea, celebra que a los ganaderos les vaya mejor en este momento con el incremento de los precios hasta niveles de rentabilidad, aunque lamenta que los costes de producción hayan subido igualmente y mermen sus beneficios. Es una defensora convencida de un futuro para los ganaderos evitando abandonos, tanto por su papel para mantener vivo el territorio rural como por la necesidad de la industria para seguir produciendo y contribuir a sostener el tejido económico en el medio. Considera importante que en la cadena alimentaria de la leche haya un equilibrio entre los intereses de todas las partes y también de cara al consumidor final, que debe pagar un precio justo por lo que adquiere.
En esta línea, rechaza que la leche haya sido utilizada como un reclamo por parte de la distribución, banalizando un producto de calidad, lo que ha afectado negativamente a la industria y, a la postre, a los ganaderos. No entiende que se pueda vender, sin levantar críticas, un litro de agua a un euro y que se disparen las alarmas si sube el precio de la leche hasta situarse en esos niveles, olvidando que por detrás no hay un manantial, sino el trabajo y los costes de ganaderos e industriales.
En el último ejercicio, el precio de la leche en origen pasó de una media de 0,36 euros a 0,56 euros como consecuencia de una reducción de la producción por el recorte en el número de animales en más de 50.000 cabezas, a lo que se sumó la sequía con menores rendimientos. Carmen Lence es de las que piensan que, aunque se ha producido una reposición de vacas jóvenes ante la actual coyuntura de cotizaciones altas, los precios van a seguir subiendo por una oferta ajustada.
Casada, con dos hijos y experta e implicada en el futuro de la empresa familiar, no le preocupa que sus herederos no tengan en su día la intención de gestionar directamente la empresa láctea, que no les guste el mundo de la leche. “No se puede obligar a nadie”, dice. Sí le importaría, en cambio, que la vendieran por lo que supone de “cosa” familiar levantada con mucho esfuerzo por otras generaciones. Pero, como empresaria, estima que lo importante es que los herederos sean buenos dueños de la compañía y que hagan lo posible para tener una buena gestión.
Carmen Lence ha recibido diferentes reconocimientos a su labor. Entre otros, la de gallega del año en 2020 y estar entre las 100 mujeres líderes de España.
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