Más mujeres en Inditex y menos en Acerinox: ¿Por qué sigue habiendo empresas rosas y azules?
Las plantillas del Ibex están bastante segregadas en función del sector de actividad. Energía y construcción son áreas aún muy masculinas
Azul o rosa. Ingenieros, pero enfermeras; dependientas, pero peones; camioneros, pero limpiadoras; y así un largo etcétera. Más allá de los números, la distribución laboral de mujeres y hombres en las empresas cotizadas españolas dibuja un mapa que aún conserva la simbología antigua de esos colores. El número de hombres y mujeres que trabajan en grandes compañías del Ibex 35 es bastante similar: ellos son 620.823 (suponen el 50,8% del total de las plantillas ) y ellas 606.556 (el 49,2%), según los datos recopilados por Negocios. Sin embargo, esta aparente paridad que reflejan las medias esconde importantes desequilibrios según sea la empresa que se analiza.
Por un lado, hay sectores en los que las mujeres tienen una presencia muy inferior o casi testimonial, como energía o construcción. En cambio, en el sector bancario, en el farmacéutico y en la industria textil, los hombres son minoría. Más allá del cómputo general, el hecho de que en algunas compañías la presencia femenina sea mayoritaria, no implica necesariamente un avance en la inclusión o una ruptura de los roles de género. “Que haya mujeres en Inditex es normal, por la segregación ocupacional histórica. La industria textil en los países europeos es un sector muy feminizado”, apunta Paula Rodríguez, profesora de Economía en la Universidad Pablo de Olavide y directora del Centro Interdisciplinar de Estudios Feministas y de Género (Cinef). El hecho de que no las haya en la industria o la construcción tiene la misma explicación: se perpetúan dinámicas que tienden a asociar estos trabajos con perfiles masculinos. “Que las mujeres trabajen en la industria textil o en la conservera no es un problema. El problema es que mujeres y hombres no estamos en los mismos sectores o ramas de actividad”, subraya Rodríguez.
Si se observan los datos de las empresas del Ibex, en algunas firmas como Inditex el grueso de la plantilla —un 75%— son mujeres. En otras como Ferrovial, ellas suponen solo el 21,3%. Las dos compañías con menos peso de mujeres en la plantilla son la siderúrgica Acerinox y la fotovoltaica Solaria, con un 13% y un 20% respectivamente. Lograr la incorporación de perfiles femeninos a sectores que tradicionalmente han sido de hombres requiere tener en cuenta lo que valoran las profesionales: “En este sentido, destaca la importancia que le dan al clima de trabajo, la cercanía del jefe, la flexibilidad, y que el trabajo les resulte inspirador”, apunta Sacra Estévez, directora de Selección en la compañía de recursos humanos Manpower Group.
En cuanto a segregación por ocupaciones, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) entiende que se produce de forma vertical cuando ellos ocupan los puestos más altos y ellas componen la fuerza laboral menos cualificada. Con los datos de 2021 (últimos oficiales publicados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores), se observa el techo de cristal: en el Ibex hay un 34,2% de consejeras, pero solo representan el 4,92% de las posiciones ejecutivas en los órganos de administración; en el caso de la alta dirección, su peso ronda el 22%. En cambio, se da segregación horizontal cuando los perfiles se separan en trabajos para hombres y trabajos para mujeres. Esta inercia es lo que hace que sea más fácil encontrar un mayor número de operarios en las eléctricas o constructoras y un mayor número de mujeres en puestos administrativos. “Es cierto que se ve una evolución y, poco a poco, se camina hacia un mayor equilibrio en muchos sectores, pero los avances son lentos”, apunta Estévez
La directora de Selección de Manpower pone como ejemplo de avance la rama sanitaria. “Hay sectores que tradicionalmente han tenido una representación mayoritaria de uno u otro sexo, pero eso no quiere decir que no se pueda cambiar”. Estévez pone como ejemplo la medicina, donde “desde el año 2017 ya hay más colegiadas que colegiados”, afirma. Las ramas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, conocidas como STEM por sus siglas en inglés, son ámbitos en los que ellas tienen, históricamente, menos presencia. “En estos casos, tanto la existencia de referentes femeninos como acabar con los estereotipos de género —por los cuales se cree, por ejemplo, que los niños son mejores en matemáticas que las niñas— es muy importante”, apunta Lucía Gorjón, investigadora de la Fundación ISEAK.
Aunque los perfiles técnicos no son mayoría entre ellas, curiosamente, las dos farmacéuticas del selectivo bursátil cuentan con una plantilla en la que las mujeres son mayoría. Rovi tiene un 52,7% de mujeres y Grifols un 59,5%. Si analizamos los datos del fabricante de hemoderivados, ellas son más en el área técnica y de I+D, en el área de marketing y también en la de producción. En cambio, en los puestos directivos solo un tercio son mujeres. “En el campo científico, yo no diría que está todo el trabajo hecho, pero sí que se ha avanzado más que en el técnico”, apunta Sacra Estévez.
El caso de los bancos
La banca es un ámbito laboral en el que ellas cuentan con más representación. Todos los bancos del selectivo y la aseguradora Mapfre tienen un peso de mujeres en plantilla superior al 50%. Pero paradójicamente, el sector bancario y de seguros en España resulta el más desigual en cuanto a salarios. Según el VII Informe de brecha salarial y techo de cristal, publicado por los técnicos del Ministerio de Hacienda, en estas dos ramas profesionales la diferencia entre el sueldo de hombres y mujeres es de 15.215 euros. Esto puede deberse, según Lucía Gorjón, a la dificultad de acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad, generalmente más remunerados. “Otro motivo adicional es que las mujeres trabajan a jornada parcial mucho más que los hombres, en muchos casos también por necesidad de cuidar de sus hijos o a otros adultos dependientes”, apunta.
En cuanto a la industria, de las 34 empresas del selectivo analizadas —excluyendo a ArcelorMittal—, las nueve con menor participación de mujeres en la fuerza laboral pertenecen a la industria energética y a la construcción. Con representaciones de en torno al 30%, les siguen las de tecnología y comunicación. Por ejemplo, Iberdrola cuenta con un 23,3% de mujeres, y Cellnex Telecom, con un 30,4%. Para Gorjón, una distribución equilibrada comienza con algo tan fundamental como la educación. “Como no existe una paridad de género en las diferentes especialidades educativas, es complicado que exista una paridad de género por sectores”, concluye.
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