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Sensores climáticos para regar

AON Chip fabrica dispositivos que ayudan a optimizar el riego, controlar caudales o medir variables ambientales

Sensor climático de la compañía AON Chip.
Sensor climático de la compañía AON Chip.Imagen cedida

En 2018, el ingeniero Carlos Serrano pasaba sus vacaciones en Vélez-Málaga (Málaga). Es la zona donde uno de sus primos posee una finca de aguacates y mangos, que aquel año se enfrentaba al reto de la sequía: el pantano de La Viñuela, que surte a la zona, estaba bajo mínimos y su propio pozo disponía de una cantidad limitada. Serrano relata que su familiar necesitaba optimizar el riego para mantener la producción y, a la vez, evitar que su depósito se quedara seco. El técnico hizo pruebas e instaló sensores para analizar variables del terreno como humedad y temperatura, información que servía para determinar cuándo había que regar y en qué cantidad, por lo que el agricultor ganó en eficiencia. Fue una anécdota, pero también el inicio de una idea que acabó convertida en empresa, AON Chip, fundada junto a otros tres ingenieros: José Fernández, Juan Ordóñez y Leo Céspedes. La firma, con sede en Terrassa (Barcelona), cerró 2021 con 85.000 euros de facturación y prevé llegar a 200.000 en 2022.

“Somos apasionados de la tecnología y entendimos que había necesidad de optimizar recursos como el agua ante la actual crisis climática. Nosotros lo que hemos hecho durante 20 años en distintas empresas es desarrollar y fabricar dispositivos, así que nos pusimos a ello”, cuenta Fernández por videollamada. Se trata de hardware abierto y estándar, de tal manera que se puede conectar con distintas redes, software y tecnologías (como un móvil al que luego añadir un sistema operativo y una operadora) con el internet de las cosas como base. Su principal objetivo es controlar de la mejor manera posibles diversas variables que se analizan en función de lo que su cliente necesite. Y lo hacen a partir de los que consideran sus factores diferenciales: largo alcance —su cobertura por radio puede llegar a 15 kilómetros de distancia— y bajo consumo, con baterías que llegan a superar los cinco años de vida.

Su producto estrella es un hardware que denominan water sense, que ofrece múltiples opciones, sobre todo en el campo de la agricultura y las ciudades inteligentes. Para entender su funcionamiento, lo mejor es un ejemplo. Uno de sus últimos proyectos ha sido instalar su propuesta en el Parque Central de Rafael Masó Valentí, en Girona. Hasta ahora, el riego de esta zona verde de 28.000 metros cuadrados dependía de programar aparatos con pilas que duraban unos meses. Hoy se realiza a partir de las variables que analizan los dispositivos de la compañía. Ahora se puede activar o desactivar todo el aporte de agua con un botón o establecer variables para que los aspersores se activen a determinadas horas siempre que el suelo tenga unas condiciones de humedad o temperatura concretas. “Se le imponen condiciones en base a unos datos y las pruebas que se hicieron permitieron bajar el consumo de agua en un 30%. Ello reporta menos gasto público, pero también optimización de tiempo y recursos”, subraya Serrano. Terrassa también cuenta ya con estos dispositivos.

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