El filón de las hipotecas verdes (y más baratas) para rehabilitar viviendas
Las ayudas europeas para mejorar la eficiencia energética de las casas impulsan estos créditos, que premian al cliente recortando el tipo de interés o eliminando vinculaciones
La rehabilitación energética de viviendas se ha convertido en una prioridad en Europa. También en el próximo filón para la banca. Las entidades financieras han puesto en marcha su engranaje para competir por un mercado tan vasto como próspero. La financiación verde, esa que premia al cliente si mejora la eficiencia energética de su vivienda o edificio con un descuento en el tipo de interés u otro tipo de bonificación, levanta el vuelo. Sea en forma de hipotecas para particulares o de préstamos para comunidades de propietarios, su gran palanca es la lluvia de millones procedentes de los fondos europeos para mejorar la desastrosa eficiencia energética de las viviendas españolas, cuyos propietarios recibirán subvenciones, pero también precisarán financiación privada.
El término de hipoteca verde ha ido ganando relevancia en el último lustro en España y en toda Europa, en línea con la imprescindible reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. “La oferta ha experimentado un importante crecimiento en los últimos años. Antes de 2019 solo existía un banco que comercializaba uno de estos productos, Triodos Bank”, cuenta Miguel Riera, responsable de Hipotecas de HelpMyCash. Desde entonces, la oferta se ha ensanchado: BBVA, Bankinter, Liberbank, Banco Mediolanum, UCI, Banco Santander… Aun así, porcentualmente sigue siendo un grano de arroz en el ingente mercado de las hipotecas convencionales.
Las hipotecas verdes pueden ser suscritas por quienes compren una vivienda nueva con certificación energética A+ o A (y B en algún banco) y también por los que hagan reformas y logren una mejora de la eficiencia energética de al menos un 30%. A mejor calificación energética, menor interés hipotecario. Para esto no hace falta una inversión faraónica. “Son importes asumibles”, indica Emilia Hernández, responsable de Hipoteca de Triodos. Y detalla: “Se trataría de cambiar la caldera, algo que cuesta entre 1.000 y 2.000 euros, ya que esto mejora más de una letra la calificación”. También podría ser necesario sustituir las viejas ventanas para ganar en aislamiento.
“En teoría, los bancos que las comercializan ofrecen unas condiciones mejores que las que tienen sus hipotecas convencionales. La mayoría rebaja su interés una media de 0,10 puntos, mientras que otros no cobran comisión de apertura o financian más del 80%”, dice Riera. Aunque, “no siempre es así”, añade. Hay que estar atentos para comprobar que las bonificaciones son reales y no es un lavado de imagen verde.
Triodos Bank fue pionero en comercializar hipotecas verdes en España en 2013. Su oferta incluye tipo mixto o variable y la horquilla de precios va desde lo más barato, euríbor más 1,05% para la certificación A+ (sin productos vinculados), a lo más caro con euríbor más 1,29% para el grado G. “Entre la letra menos eficiente y la más hay una diferencia de entre 0,15 y 0,20 puntos”, detalla Hernández. La entidad, que ha crecido un 18,4% en lo que va de año en hipotecas para compra y reforma de casas, está revisando las condiciones de su oferta variable y en breve sacará al mercado una hipoteca fija verde.
En muy poco tiempo la financiación sostenible ha dejado de ser un mercado desconocido para el gran público. Según un estudio de la Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI), ocho de cada 10 nuevos propietarios creen que las hipotecas verdes son una buena oportunidad para impulsar la sostenibilidad dentro del hogar y un 60% asegura que haría reformas para mejorar la eficiencia energética de su vivienda.
Ahora bien, desde la Asociación Hipotecaria Española (AHE) dan cuenta de que actualmente no hay ninguna normativa a nivel nacional ni europeo que regule las hipotecas verdes. De hecho, “quedaron fuera del marco de la Ley 5/2019 de contratos de crédito inmobiliarios, frente a lo que en un primer momento se reguló. A nivel europeo, actualmente hay una taxonomía en ciernes que define lo que sería un préstamo sostenible”, señala Leyre López, analista de la AHE.
Financiada por el programa de investigación europeo Horizonte 2020, la Federación Hipotecaria Europea puso en marcha en 2015 la Iniciativa de Hipotecas de Eficiencia Energética (Energy Efficiency Mortgage Initiative, EEMI), que lo a largo de estos años ha aglutinado distintas acciones encaminadas a crear una definición común de hipoteca verde, recopilar datos, poner en marcha programas piloto, definir pautas regulatorias… Y, de paso, luchar contra el greenwashing. La iniciativa está respaldada por algunos de los mayores bancos privados.
Sello europeo
Bajo este paraguas se creó en febrero de 2021 una etiqueta europea para certificar hipotecas verdes. Todos los trimestres las entidades adscritas reportan el total de sus carteras y la identificación de las que son hipotecas verdes, indica Catia Alves, directora de sostenibilidad y responsabilidad corporativa de UCI. Este sello cuenta con 31 entidades de crédito de 13 países, tres de ellas en España (UCI, Triodos y Caja Rural Navarra).
Luca Bertalot, secretario general de la Federación Hipotecaria Europea y coordinador de la Iniciativa de Eficiencia Energética Hipotecaria, es tajante: “Las hipotecas de eficiencia energética han llegado para quedarse y se desarrollarán significativamente en los próximos años, además de otro tipo de préstamos para la financiación de viviendas, préstamos al consumo, depósitos verdes…”. En Europa, los préstamos hipotecarios equivalen al 46% del PIB. “Facilitar la transición a las hipotecas verdes es crucial para la realización de una economía climáticamente neutra, especialmente si se tiene en cuenta que el 40% de las emisiones de CO₂ en la UE son causadas por su parque de edificios y que el 90% de los 220 millones de viviendas están construidas antes del año 2000”, señala Bertalot en un correo electrónico. Aunque reconoce que el reto pendiente es aún la recogida y divulgación de datos y la normalización.
En estos años de trabajo se han obtenido resultados de calado. Según Bertalot, “existe una correlación negativa entre el rendimiento energético y el riesgo crediticio”. Las hipotecas verdes, insiste, “tienen un efecto mitigador del riesgo de crédito para la entidad emisora, ya que el prestatario será menos propenso a incumplir al reducirse los costes energéticos”.
Y de las hipotecas verdes para comprar o reformar casas a los créditos sostenibles para comunidades de propietarios. El Gobierno acaba de cambiar la Ley de Propiedad Horizontal para que los vecinos accedan al crédito a la rehabilitación, algo que resultaba complicado hasta ahora porque los bancos eran reacios al carecer las comunidades de propietarios de personalidad jurídica propia. Santander, BBVA, UCI… Son varios los que ofrecen créditos verdes para fincas. Triodos está trabajando en el diseño de un producto para comunidades. Porque el nuevo filón también son los vecinos.
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