Jack Hidary: “En cinco años, la mayoría de los contenidos de internet no los generarán los humanos, sino la inteligencia artificial”
El CEO de SandboxAQ, experto en Inteligencia Artificial y tecnología cuántica, habla del futuro de ambas disciplinas y de su impacto en casi todas las facetas de la actividad humana
Aunque su nombre suene a película de ciencia ficción, lo cierto es que la inteligencia artificial (IA) es ya una tecnología presente en múltiples facetas de la vida. De la educación, la sanidad y el aprendizaje automático al cambio climático, la ciberseguridad, la comunicación o incluso la arqueología, sus aplicaciones son casi interminables porque permiten, por ejemplo, personalizar las experiencias de aprendizaje; estudiar el comportamiento humano para sugerir patrones de consumo; generar contenido creativo, como hace ChatGPT; o revolucionar la investigación científica, el diagnóstico y los tratamientos médicos a través de herramientas basadas en IA.
Y eso, por increíble que parezca, es solo el principio: “La revolución de la inteligencia artificial todavía está en sus inicios, aunque poco a poco se está convirtiendo en una parte fundamental de las tareas que realizamos cada día”, afirma Jack Hidary, fundador y CEO de SandboxAQ. Su desarrollo, además, se verá potenciado por la llegada de los futuros computadores cuánticos, con una capacidad mucho mayor que la de los ordenadores actuales. Sobre todo ello conversó Hidary en la última edición de South Summit, el evento internacional de innovación y emprendimiento organizado junto a IE University del 7 al 9 de junio pasados en Madrid, y vuelve a hacerlo hoy con EL PAÍS.
Pregunta. ¿Cuáles serán los siguientes pasos en la evolución de la inteligencia artificial?
Respuesta. Su impacto es cada vez más amplio en casi cualquier industria. Mira lo que sucede con modelos de lenguaje como ChatGPT: llevan mucho tiempo investigándose, pero ha sido este boom reciente el que ha facilitado la aparición de propuestas disruptivas e innovadoras no vistas en otras tecnologías durante años. Y también se ve, por ejemplo, el impacto de la inteligencia artificial en campos como el de la comunicación y la creación de contenido, en la elaboración de películas y la escritura de libros. Mi predicción es que, en cinco años, la mayoría del contenido de internet habrá sido generado por inteligencia artificial, y no por humanos.
P. Hablar de tecnología y computación cuánticas puede resultar confuso para la mayoría. ¿Qué son y por qué representan un salto cualitativo?
R. La tecnología cuántica es un campo muy extenso que incluye sensores cuánticos, comunicaciones cuánticas y otras tecnologías, no solo computadores cuánticos. De hecho, muchos de nosotros ya utilizamos esta tecnología: desde las máquinas de resonancia magnética (MRI) en el campo de la salud a los punteros láser y los chips de los teléfonos y ordenadores. Todo ello se basa en las propiedades de la física cuántica, que nos dice lo que sucede en el mundo a una escala muy pequeña, como las partículas de luz individuales o cuando los electrones interactúan dentro de átomos y moléculas.
Los ordenadores cuánticos revolucionarán la forma en que podemos calcular sistemas y ecuaciones muy complejas. Aún se encuentran en las primeras fases de desarrollo y les faltan años para ser viables comercialmente, pero cuando lleguen a serlo, serán lo suficientemente potentes como para desbloquear avances contra grandes retos globales como el cambio climático. Los ordenadores cuánticos también romperán gran parte de la criptografía que todos utilizamos a diario para mantener la confidencialidad de nuestros datos.
Los sensores cuánticos, por otro lado, llegarán al mercado mucho antes, ya que no necesitan ninguna corrección de errores y se están probando ya para diagnosticar enfermedades cardíacas en hospitales punteros.
P. ¿De qué manera puede la tecnología cuántica ayudar a solucionar algunos de los retos globales que tenemos por delante?
R. Los sensores cuánticos pueden permitirnos navegar globalmente del mismo modo que lo hacen muchas aves y ballenas: con el campo magnético de la Tierra. Esto nos permite mejorar la navegación por tierra, mar, aire o incluso bajo el agua y bajo tierra, lugares a los que no llega el GPS, o en situaciones en las que el GPS está interferido, como estamos viendo en la guerra de Ucrania. Para el cambio climático, es importante enviar drones submarinos bajo el hielo en las regiones polares, pero no hay GPS bajo el agua: este es un lugar donde la navegación cuántica puede ser de mucha ayuda.
La simulación cuántica es otra tecnología potente que ya está influyendo en el desarrollo de nuevos medicamentos para enfermedades clave como el alzhéimer y el cáncer. Hoy podemos aprovechar la enorme capacidad de cálculo de las GPUs para ejecutar ecuaciones cuánticas y predecir cómo interactuará un nuevo fármaco en el organismo, lo que acelera enormemente el descubrimiento de nuevos tratamientos y aumenta sus probabilidades de éxito. Con esta nueva capacidad, podemos realizar millones de simulaciones dentro de un ordenador hasta dar con las más prometedoras y seguras.
También está repercutiendo en la ciencia de los materiales, ya que ayuda a diseñar materiales de nueva generación a nivel molecular. Esto podría incluir baterías para vehículos eléctricos más duraderas que no necesiten litio, o ayudar a desarrollar un hormigón más ecológico, ya que su producción tiene un gran impacto medioambiental.
P. ¿Puede esta tecnología contribuir significativamente al desarrollo de las energías renovables? ¿Ayudará a hacerlas más asequibles?
R. Sí, podemos utilizar la simulación cuántica para sacar al mercado nuevos tipos de células solares a menor coste. Hay una tecnología solar llamada perovskita que ha mejorado mucho su eficiencia, pero que solo dura un año al sol; la simulación nos ayudará a mejorar su composición química para conseguir una forma más estable que dure mucho más. También podemos utilizar la simulación cuántica en el desarrollo de nuevos materiales para turbinas eólicas y palas que las hagan más ligeras, y que permitan colocar estas máquinas en más lugares de la Tierra.
P. ¿Por qué es la computación cuántica tan importante en el campo de la ciberseguridad?
R. Cuando se disponga de ordenadores cuánticos con corrección de errores, serán capaces de romper los algoritmos matemáticos de cifrado que el mundo ha utilizado durante los últimos 50 años para proteger todos nuestros datos, comunicaciones, transacciones y demás.
Desde hace seis años, las principales agencias reguladoras del mundo han puesto en marcha un plan para lanzar nuevos tipos de cifrado que nos protejan frente a la amenaza cuántica. A este nuevo tipo de cifrado lo llamamos Criptografía Postcuántica (PQC), y estamos en vías de poder disponer de un conjunto estandarizado de herramientas PQC en 2024. El cambio a estos nuevos estándares de cifrado será todo un reto: el Foro Económico Mundial calcula que más de 20.000 millones de dispositivos necesitarán actualizaciones de software.
P. En otras palabras, hay que desarrollar una forma de protegerse antes de que la tecnología cuántica esté en manos de la ciberdelincuencia.
R. Tenemos que pasar pronto a un cifrado seguro desde el punto de vista cuántico, porque los ciberdelincuentes ya están actuando con ataques del tipo Store Now, Decrypt Later, o SNDL (almacena ahora y descifra después). Eso significa que los piratas informáticos pueden hacerse con la información cifrada hoy y almacenarla hasta que puedan descifrarla en el futuro.
Estados Unidos ha promulgado varias leyes y órdenes ejecutivas, incluida la Ley de Preparación para la Ciberseguridad de la Computación Cuántica el año pasado, y ha presentado una estrategia nacional de ciberseguridad este año para garantizar que los organismos gubernamentales apliquen un cifrado resistente a la computación cuántica y otras ciberdefensas. Estamos trabajando con el Foro Económico Mundial y otros países en la elaboración de planes de acción que cada nación y cada región puedan implementar para proteger sus datos.
P. ¿Qué posibilidades abre la cuántica y cómo podemos prepararnos para ese futuro?
R. La IA y la tecnología cuántica, el “AQ” de SandboxAQ, tienen el potencial de transformar casi todos los sectores. Como consecuencia, la demanda de científicos, tecnólogos, matemáticos e ingenieros formados en AQ se está disparando, lo que crea multitud de oportunidades para quienes posean los conocimientos necesarios.
El inconveniente es que no hay suficientes profesionales cualificados para cubrir la actual demanda mundial. Esto supone un enorme reto para el sistema educativo mundial, que debe esforzarse por estimular el interés por las carreras cuánticas y preparar a los estudiantes para estos nuevos empleos. Va a ser necesaria una amplia colaboración entre los Gobiernos, el mundo académico y la industria para impulsar la educación y el desarrollo de la mano de obra.
SandboxAQ, por ejemplo, se ha asociado con más de 30 universidades de todo el mundo, incluidas las Universidades de Mondragón y Málaga, para desarrollar planes de estudios cuánticos, patrocinar la investigación y nuevos equipos de laboratorio, y poner en marcha iniciativas que pretenden salvar la brecha de experiencia profesional. También trabajamos directamente con empresas y socios para ayudar a mejorar la cualificación de los trabajadores que ocuparán estos nuevos puestos.
P. ¿Qué tipo de profesionales serán necesarios, y qué competencias les exigirá el mercado laboral?
R. Dado que la cuántica abarca muchas industrias y disciplinas científicas, para tener éxito se necesitan equipos amplios y polifacéticos con experiencias, habilidades, géneros y perspectivas diversas. Por ejemplo, nuestros proyectos de descubrimiento de fármacos requieren personas versadas en química computacional, biología, física, IA, infraestructura de datos, ingeniería de software y mucho más. Para los estudiantes, será muy beneficioso obtener títulos avanzados en disciplinas centradas en STEM.
P. ¿Cuáles son los mayores retos a los que tendrá que enfrentarse esta tecnología?
R. Uno de los mayores retos a los que se enfrenta el sector cuántico es la creciente brecha cuántica mundial. Ahora mismo, solo 20 naciones cuentan con ecosistemas cuánticos, así que esto crea un desequilibrio entre los que tienen y los que no que puede afectar negativamente a la economía, la seguridad, la salud, la educación y la prosperidad de estos últimos.
Afortunadamente, el Foro Económico Mundial ha creado una estrategia que las naciones pueden seguir para construir ecosistemas cuánticos sostenibles. Un plan que fomenta la colaboración entre Gobiernos, industria, inversores y las comunidades académicas y científicas. Juntos tendrán que desarrollar políticas, marcos y programas que incentiven las inversiones en educación cuántica, nuevas tecnologías, desarrollo de la mano de obra y mucho más.
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