Los analistas de la patronal calculan que la guerra arancelaria restará hasta dos décimas de crecimiento a España en 2025
El Instituto de Estudios Económicos (IEE) advierte de que la inversión que se recibe desde Estados Unidos ha empezado a contraerse


España no estará entre los mayores damnificados de la subida arancelaria acometida por Estados Unidos, pero el crecimiento de la actividad no será del todo inmune a las turbulencias comerciales. El Instituto de Estudios Económicos ha presentado este lunes un informe donde tratan de poner cifras al impacto: sitúan entre una y dos décimas el daño al PIB español en 2025, y en hasta cuatro décimas en 2026. El centro de análisis de la patronal admite que la exposición de las empresas españolas al mercado estadounidenses es limitada, y menor a la de sus socios de la UE. Pero detecta problemas aledaños, como la contracción de la inversión estadounidense en España, que supone en torno a un 15% del total, en un contexto de incertidumbre global y apreciación del euro frente al dólar.
La entidad calcula que las exportaciones de bienes a EE UU son responsables del 1,2% del PIB español, frente al 2,9% del PIB que representan las de los países de la UE, con estados como Alemania y Países Bajos mucho más expuestos, al exportar el 3,7% del PIB a EE UU. ¿En qué ámbitos notará España el golpe? “Los peores efectos pueden manifestarse en los sectores más integrados en las cadenas de valor comerciales con EE UU, como son el farmacéutico, la metalurgia, la industria auxiliar de construcción, la química y la fabricación de maquinaria y bienes de equipo”, concreta el IEE.
Su presidente, Íñigo Fernández de Mesa, cree que se ha producido un viraje desde el pesimismo que lo impregnaba todo en abril, cuando Donald Trump esgrimió las tablas de aranceles y provocó un seísmo en los mercados financieros. “Ahora [el sentimiento] es mucho más positivo, los aranceles han subido menos de lo esperado, los países han reaccionado bien, el sector privado se ha adaptado, también las cadenas de suministro, y las economías emergentes están mejor equipadas”, ha valorado durante la presentación del documento el también vicepresidente de CEOE.
Las exportaciones españolas de mercancías a Estados Unidos cayeron un 30,5% en agosto, el mes en que entraron en vigor los aranceles a los productos europeos. El desplome es muy superior al que venían sufriendo en los meses precedentes, pero para María Concepción Latorre, catedrática de Economía Aplicada de Universidad Complutense de Madrid, puede haber distorsiones, debido a que muchas compañías optaron por adelantar los envíos para esquivar las tarifas.
Latorre, que ha participado en la elaboración del texto, titulado La incidencia en la economía española de las subidas arancelarias, defiende que la UE debe aprovechar el momento para profundizar en el mercado único eliminando barreras no arancelarias, que según el FMI son todavía elevadas, del 45% en bienes y del 110% en el sector servicios. “Muchos países añaden requisitos nacionales proteccionistas excesivos a las directivas de la UE, y eso hace que tengamos menos economías de escala que EE UU, más dificultades para viajar, trabajar, consumir o invertir. Si se compara con los Estados de EE UU, comerciamos mucho menos, aunque es verdad que ellos son un solo país”, comparó.
Además, apuesta por que la UE llene el vacío de EE UU firmando pactos comerciales con otros países o bloques, como Mercosur. “La UE es un socio fiable, transparente y predecible, y eso hoy tiene valor”, estima Latorre.
En el estudio hay otras conclusiones. Entre ellas, que España es un país muy abierto al exterior, con un nivel de barreras comerciales un 6% inferior al promedio de la OCDE y un 9% menor al promedio de la UE. En la OCDE los países más restrictivos son Turquía, Corea del Sur, Hungría, Polonia y EE UU, mientras que los países desarrollados que imponen menos barreras a sus importaciones son Israel, Canadá, Nueva Zelanda, Japón y Australia.
Fuera de la OCDE, los países con mayores barreras en 2025 son Indonesia, Rusia e India, mientras que las economías más abiertas del mundo en sus importaciones son Hong Kong y Singapur. La tendencia sigue los vientos que llegan de Washington: el IEE calcula que desde 2019 la polarización entre economías abiertas y proteccionistas se ha acentuado, con 52 países aumentando sus barreras y solo 29 reduciéndolas.
Entre las recomendaciones para que España lidie con este nuevo escenario, ven necesario un aumento de la competitividad de las empresas que reduzca costes y aumente el valor añadido de las exportaciones. “Además, debemos intentar diversificar nuestros mercados a países terceros, e intentar mantener nuestra cuota de mercado en EE UU”, destaca.
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