España disparó la compra de armas a EE UU en los dos últimos años con su mayor gasto histórico
Solo la partida para decenas de misiles ‘Patriot’ en 2024 supuso la mitad de la contratación total de Defensa ese año

Al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le escandaliza que España esté tan lejos de alcanzar el equivalente al 5% del Producto Interior Bruto de gasto en defensa y lo ha convertido en su nueva munición para amenazar con otro frente comercial. Sin embargo, España lleva ya varios ejercicios elevando las partidas de armamento y mantenimiento militar, y prueba de ello es que ya rebasará el 2% este año, la cifra comprometida no hace tanto en los salones de la OTAN y toda una aceleración en pocos meses desde el 1,4% con el que se cerró 2024. Un año, el último ejercicio completo del que se tienen datos, en el que Estados Unidos hizo una caja histórica en ventas a España en armamento.
Concretamente, según recoge la Memoria de Contratación del Ministerio de Defensa de 2024, los distintos órganos adscritos (el central, el Estado Mayor de la Defensa, los Ejércitos y la Armada) asignaron partidas por 7.468 millones de euros, repartidos casi a partes iguales entre la anualidad del año en curso (3.688 millones) y los diferidos en varios años (3.780 millones desde 2025 y siguientes). Del total de 7.500 millones, casi un tercio, unos 2.230 millones de euros, fueron a parar a las arcas de Estados Unidos. En concreto, al pago durante varias anualidades de decenas de misiles Patriot último modelo y los equipos auxiliares necesarios, y de los que unos 500 millones corresponderían a 2024.
En paralelo, la DSCA (Defense Security Cooperation Agency, o Agencia de Defensa, Seguridad y Cooperación) de Estados Unidos, fue un poco más allá. Según su anuario estadístico, que recoge todo lo vendido desde Estados Unidos en concepto de armamento al mundo, España compró material por valor de 2.907 millones de dólares (unos 2.500 millones de euros al cambio actual) en 2024. Un año antes, el valor del gasto español en compras militares made in USA ascendió a 1.682 millones de dólares, entre los que despuntan los más de 900 millones a cambio de un paquete de helicópteros MH-60R. Es decir, entre 2023 y 2024, España compró más que nunca a la primera potencia mundial: más de 4.500 millones en los dos años previos al regreso de Trump. La diferencia entre los datos nacionales de Defensa y los norteamericanos radica en la periodificación o la anotación de una sola vez de los contratos.
Según el anuario estadístico del Departamento de Defensa, Estados Unidos ha vendido a España desde el año 1950 (poco después de finalizar la Segunda Guerra Mundial) armamento por 16.973 millones, con lo que lo que, en término nominales, lo pagado en los dos últimos ejercicios supone casi una cuarta parte de todo lo adquirido en 75 años. De hecho, entre 1950 y 2019, las ventas totales no alcanzaban ni los 12.000 millones y corrobora que España no había sido históricamente un cliente destacado de Washington en este ámbito.
Esa dependencia estadounidense ha surgido en el periodo más inmediato, ya que desde 2015, la DSCA solo recoge nueve grandes autorizaciones de contratos relevantes con España, todos ellos de misiles o de equipamiento aéreo, y tres de ellos fueron en 2022 y 2023 (que se concretaron y consolidaron en los ejercicios siguientes), coincidiendo con el temor a una extensión de las hostilidades tras la invasión rusa de Ucrania. Desde entonces, en todo 2024 y lo que va de 2025, no se ha vuelto a tratar ninguna gran compra a Estados Unidos desde España. Incluso, como adelantó EL PAÍS, la Armada ha aparcado la compra de cazas F-35 a EE UU.
Los grandes clientes
Ningún europeo logra colocarse en el top cinco de grandes compradores de armas a EE UU en los últimos 75 años. Siempre partiendo de los datos del Departamento de Defensa de EE UU, la lista la encabezan aliados estratégicos por todo el mapa mundial y derrotados en las distintas guerras libradas desde entonces. Al frente se sitúa Arabia Saudí, a la que se han vendido armas por valor de 181.000 millones de dólares. Muy lejos hay que ir para encontrar al segundo mayor comprador: Japón ha pagado más de 69.000 millones, e Israel, el tercer cliente militar, suma 63.000 millones. Hace cinco años, Israel era el segundo con bastante diferencia, pero Tokio ha abonado más de 20.000 millones solo en el último lustro.
Australia, con 61.000 millones, Taiwán (55.000), Corea del Sur (53.000) y Egipto (45.000) se sitúan todos por delante del primer europeo, que es Polonia, con 41.000 millones, si bien unos 23.000 millones del gasto polaco se acumulan entre 2022 y 2024. O sea: tras la invasión de Ucrania por Rusia y la necesidad de fortalecer la última frontera de la OTAN ante Moscú.
Justo por detrás de Polonia, llegan Catar (39.000 millones) y, luego, más europeos. Primero, el Reino Unido, que, con 37.000 millones en compras, es de los pocos fieles que compran en cifras similares a lo largo de los años y décadas. Lo contrario que Alemania, con 36.000 millones, pero con un pico de 13.000 millones en la anualidad de 2023, también bajo la amenaza de Vladimir Putin.
Un hito ahora insuficiente
Las críticas reincidentes de Donald Trump a España por su gasto en Defensa coinciden con un año histórico en cuanto a inversión militar por parte del Gobierno nacional. El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, adelantó ya el 22 de abril que España cumpliría el 2% del PIB en gasto militar este mismo año, con un volumen extra no anunciado de 10.471 millones más de euros que llevarían el cómputo anual a un total de 33.123 millones. Con este acelerón, se adelantaba en cuatro años la fecha fijada hasta ahora, que era 2029, tal y como se acordó con la OTAN hace un decenio, durante los mandatos con Mariano Rajoy (Partido Popular) en la Moncloa.
Para escalar en el gasto militar sin erosionar unas cuentas públicas que además llevan sin actualizarse vía Presupuestos Generales del Estado desde 2023, el Gobierno ha reactivado todas las vías de financiación posibles, incluidas las que no asimila el Ministerio de Defensa sino que se adjudican a través del Ministerio de Industria y las partidas de I+D. Es aquí donde entran los 31 Programas Especiales de Modernización (PEM) impulsados en 2025 y que se adicionan a los 56 ya existentes. Todos ellos son planes plurianuales de inversiones estratégicas y compras millonarias, desde blindados a fragatas, pasando por o aviones o satélites. Este mismo martes, el Consejo de Ministros autorizó librar 6.890 millones, que se suman a los más de 7.300 millones que anunció en semanas anteriores, en préstamos al 0% de interés para pagar nueve de estos PEM.
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