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El BCE prepara una nueva pausa en los tipos de interés con Francia en el punto de mira

La resistencia de la zona euro, una inflación dentro del objetivo, y unas expectativas favorables apuntalan el parón de Fráncfort

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, se dirige a los medios tras la reunión del pasado 5 de junio, en Fráncfort (Alemania).
Álvaro Sánchez

El mundo parece especialmente revuelto: Francia vuelve a ver caer un Gobierno, el ejército de Polonia derriba drones rusos con ayuda de la OTAN, Israel amenaza con arrasar Ciudad de Gaza, y Donald Trump sigue enfrascado en su particular pugna por poner a sus órdenes la Reserva Federal. Toda crisis geopolítica tiene su derivada económica, pero entre el barullo de titulares turbadores, el Banco Central Europeo transmitirá este jueves algo semejante a la estabilidad: con la inflación bajo control y la actividad resistiendo, Fráncfort repite fórmula y dejará los tipos de interés sin cambios, como ya hiciera en julio. Todas las miradas se centrarán, por tanto, en las previsiones económicas que presenta.

Christine Lagarde y los suyos creen que el aterrizaje suave de la zona euro es una realidad, y optan de nuevo por el esperar y ver. Los datos le dan la razón. El precio del dinero está en el 2%, la inflación en el 2,1%, y el desempleo en el 6,2%, rondando zona de mínimos históricos. Tras escuchar a sus gobernadores y ver las estadísticas, el mercado concede un sonoro 0% de posibilidades a que haya cambios en los tipos de interés. Y en los últimos tiempos todas sus predicciones, incluso otras mucho menos contundentes, han sido luego ratificadas por el BCE, por lo que el margen para la sorpresa es prácticamente inexistente.

Así lo cree, entre otros, Diego Iscaro, director de Economía Europea de S&P Market Intelligence. “Esperamos que el BCE mantenga los tipos de interés sin cambios. La inflación fue ligeramente superior a la esperada en agosto, y las repercusiones de la inestabilidad política en Francia han sido muy limitadas hasta el momento. Los indicadores de alta frecuencia también parecen sugerir que la economía de la eurozona podría estar comenzando a ganar un impulso positivo moderado, ya que los recortes previos de los tipos de interés y la menor incertidumbre comercial brindan cierto apoyo", sostiene.

Las declaraciones de miembros destacados del banco han dado pistas clave. Ni siquiera aquellos del sector paloma, como Gediminas Simkus, contemplan un movimiento este jueves. En una entrevista con Econostream la semana pasada, el gobernador lituano lo aplaza como mínimo a diciembre. “No me extrañaría que Santa Claus viniera con tijeras”, dijo gráficamente. El gobernador del Banco de Finlandia, Olli Rehn, también ve margen para un recorte más próximamente si la inflación lo permite. Tras el de septiembre, el BCE tiene otro encuentro el 29 y 30 de octubre en Florencia, y cerrará el año volviendo a Fráncfort el 17 y 18 de diciembre.

El exsecretario del Tesoro italiano, Lorenzo Codogno, se atreve a anticipar la tendencia de las predicciones que ofrecerá el BCE este jueves. “Las proyecciones de PIB podrían aumentar ligeramente para el año en curso y permanecer prácticamente sin cambios para 2026-2027. Las proyecciones de inflación podrían revisarse ligeramente a la baja a largo plazo”, augura. Los expertos de Bank of America tampoco prevé un vuelco en las cifras desplegadas por el BCE: “Esperamos cambios moderados en esas previsiones, con una inflación solo ligeramente inferior en 2027″.

Más allá de las proyecciones económicas que dará a conocer la entidad, el momento más incómodo puede llegar cuando la presidenta del BCE se enfrente a preguntas sobre la crisis política en Francia y el repunte de sus diferenciales de deuda. Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional en J. Safra Sarasin estima que deberá ser sutil. “Lagarde tendrá que ser cauta: no puede dar a entender ni que los diferenciales carecen de importancia y que el BCE nunca intervendría, ni que la política fiscal francesa y su prolongada laxitud presupuestaria quedan justificadas desde Fráncfort. Se trata de un equilibrio muy delicado”, advierte.

Nada que no haya pasado antes: el trabajo de banquero central está plagado de acrobacias dialécticas para salvar cuestiones engorrosas. Y aunque conozca lo ocurrido a la perfección por tratarse de su país, y no sea la primera vez que le pregunten por la caída de un primer ministro francés —Sébastien Lecornu será el séptimo desde que ella asumió la presidencia del BCE—, Lagarde estará prevenida y habrá ensayado.

¿Futuras bajadas?

Detrás de la pausa del BCE, Bank of America ve una economía resiliente, una inflación dentro del objetivo y expectativas sólidas, pero las buenas noticias pueden estar próximas a acabar. “A partir de ahora, estas tres razones se pondrán en duda”, alerta. Sus analistas ven recortes de tipos en diciembre y en marzo. “Esperamos que Lagarde reconozca cómo los acontecimientos recientes, incluido el acuerdo comercial [con EE UU], han aumentado los riesgos ya señalados en las reuniones de junio y julio. Sin embargo, es probable que insista en que el BCE está en una buena posición para sortear las condiciones inciertas que se avecinan y se mantenga firme en sus decisiones”.

El mercado es menos optimista, y solo contempla, en el mejor escenario, una única rebaja hasta mediados de 2026, algo que ya se está trasladando a indicadores como el euríbor. En lo que llevamos de septiembre está tirando ligeramente al alza, limitando el abaratamiento de las hipotecas. “El BCE puede pasar de la urgencia a la paciencia”, resume Irene Lauro, economista para la eurozona de Schroders. “Creemos que la relajación de las tensiones comerciales, junto con los signos de recuperación cíclica, han marcado el final del ciclo de recortes de tipos del BCE”, añaden.

El tradicional choque de sensibilidades entre palomas —partidarios de más rebajas de tipos para estimular el crecimiento— y halcones —más enfocados en el control de la inflación— caerá este jueves del lado de estos últimos, pero Bank of America no descarta que las discrepancias reaparezcan. “Parece que el ala moderada ha decidido elegir sus batallas. Si bien es probable que hayan renunciado a un recorte en septiembre, ahora la atención se centra en diciembre”, apuntan. Ahí, la probabilidad de que Santa Claus porte en su saco unas tijeras no ha desaparecido del todo.

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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