Sánchez presenta este jueves el PERTE de vivienda para la construcción industrializada

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desvelará este jueves el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Vivienda. Lo hará en un escenario cuidadosamente escogido: la feria Rebuild, un evento sobre edificación que se celebra esta semana en Ifema Madrid. Es un escaparate estratégico donde estarán presentes promotores, arquitectos, tecnológicas y administraciones públicas. Ante esta audiencia, el Ejecutivo aprovechará para anunciar un plan que aspira a transformar la forma de construir viviendas en España. Una medida que llega en un momento de profunda tensión inmobiliaria y que busca encauzar el relato político en materia de asequibilidad, ahora con una apuesta por la industrialización como eje de eficiencia, sostenibilidad y rapidez en la construcción de casas. La comparecencia está programada para las 11.30, según ha detallado La Moncloa, como clausura del acto que lleva el título Hacia una construcción industrializada.

El anuncio del PERTE llega casi tres meses después de que el presidente desgranara el pasado enero un paquete de doce medidas con las que el Gobierno busca dar respuesta a la que posiblemente sea la mayor demanda social: el acceso a la vivienda. En la última década, las casas se han encarecido un 36% en términos reales (es decir, descontando el efecto de la inflación) y, en este contexto, el Gobierno ha decidido apostar por la transición hacia un modelo constructivo más ágil.

A diferencia de otras promesas más inmediatas —como las bonificaciones fiscales al alquiler o la regulación de los pisos turísticos—, el PERTE apunta a una intervención de largo alcance para una reconversión sectorial. Así lo consideran fuentes sectoriales, que sitúan la medida como una de las apuestas más ambiciosas desde el inicio de los fondos europeos, y la comparan con programas anteriores que, según apuntan, han funcionado “con notable éxito”. Según dijo Sánchez y ha repetido el Gobierno desde el primer momento, este proyecto tendrá su localización en la Comunidad Valenciana con el fin de “contribuir a la reconstrucción del tejido económico afectado por la dana y generar un valor añadido a toda España”.

La construcción industrializada promete reducir los plazos de entrega hasta en un 40%, optimizar el uso de recursos y disminuir los residuos generados durante la construcción. Actualmente, se estima que entre el 5% y el 10% de las viviendas en España se construyen utilizando este método, pero se espera un crecimiento significativo con el respaldo gubernamental. Así lo ha dejado entrever este miércoles el consejero delegado de la promotora inmobiliaria Aedas Homes, David Martínez, durante un encuentro con los medios de comunicación con motivo de la inauguración de Rebuild. “Estamos esperando que se concrete el PERTE porque puede ser un estímulo para que escalen los pequeños promotores. Junto al ICO [Instituto de Crédito Oficial], que sabemos tiene la intención de aumentar la financiación para vivienda asequible, se podrá incentivar la producción de las empresas más pequeñas a través de un mejor acceso a la financiación”, ha insistido.

Otro de los retos que pretende abordar el PERTE es el escaso número de mujeres en el ámbito de la construcción. Estimaciones de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) apuntan a que apenas hay 10.000 trabajadoras a pie de obra, lo que representa menos del 6,25% del total de trabajadoras en el sector. La promesa es que la modernización del sector atraiga nuevos perfiles e incremente el número de trabajadoras, así como de gente joven.

La urgencia de una transformación profunda en el sector residencial se entiende mejor si se considera el contexto actual: según estimaciones del Banco de España, entre 2022 y 2025 el país arrastra un déficit de unas 600.000 viviendas. La institución advierte que este desajuste nace de una brecha creciente entre una demanda impulsada por la creación de nuevos hogares y los flujos migratorios, y una oferta que no ha logrado mantener el ritmo, como reflejan los datos de visados de obra nueva. Esta rigidez estructural ha tenido efectos visibles, con un aumento sostenido del precio de la vivienda que ha tensionado también el mercado del alquiler, especialmente en núcleos urbanos y zonas turísticas. El impacto se concentra en los colectivos más vulnerables —jóvenes, inmigrantes y personas con rentas bajas— y exige respuestas integrales y estructurales más allá de intervenciones puntuales.