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La falta de apoyo para escolarizar a los hijos lastra la movilidad internacional de los trabajadores

Hombres y mujeres anteponen el cuidado de familiares por delante de un desplazamiento, pese a que cada vez más empresas ofrecen mayores incentivos

Una empleada observa la pantalla de su ordenador las oficinas de una empresa en Santiago de Compostela.
Gorka R. Pérez

Mudarse de ciudad por trabajo es una decisión delicada para muchos trabajadores, especialmente para aquellos con familiares a su cargo, y que se complica mucho más cuando el destino final está más allá del país de origen. La movilidad internacional laboral es una oportunidad irrechazable para aquellas personas que buscan crecer en sus puestos, adquirir nuevos conocimientos, aprender idiomas... en definitiva, medrar en su profesión. Una decisión que adoptan con mayor frecuencia quienes no cuentan con cargas familiares.

Sin embargo, es una práctica que, pese al esfuerzo de las grandes empresas, que han empezado a mejorar los paquetes que ofrecen a sus empleados para que cambien de destino ―además de los gastos habituales para alojamiento y transporte una pequeña parte de ellas está empezando a incorporar ahora partidas destinadas a los gastos del colegio de los hijos, por ejemplo―, todavía genera rechazo en una mayoría de los trabajadores.

Un estudio elaborado conjuntamente por la empresa EMS y la Universidad Carlos III que ha abordado este fenómeno, poniendo el foco sobre las mujeres trabajadoras, señala que la razón principal para rehusar estos desplazamientos tiene que ver con el cuidado de los hijos, junto con la falta de un apoyo económico extra por parte de las empresas para afrontar los gastos referidos a los acompañantes.

“En proporción, la preocupación por la movilidad laboral internacional en relación con los hijos es igual tanto para los hombres como para las mujeres”, reconoce Eva Blázquez, catedrática de Derechos del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad Carlos III, coautora del estudio Transformado la Movilidad Laboral con Perspectiva de Género junto a Amanda Moreno, Profesora Laboral Permanente de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la UNED; y Ana Gazarian, CEO de Employee Mobility Solutions (EMS), empresa dedicada a soluciones de movilidad internacional para las empresas.

Las conclusiones del informe, que se realiza cada dos años y que ha sido presentado este miércoles en Madrid, se han obtenido a partir de las 210 respuestas realizadas sobre una encuesta que han contestado 168 mujeres y 42 hombres repartidos por España, Europa, Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá. Basándose en ellas, el estudio resalta que “el sexo de las personas no influye a la hora de valorar si aceptarían o no la movilidad geográfica en su trabajo de acuerdo con sus condiciones familiares”, y que cuando dentro de las empresas ―pese a no revelar los nombres, las que han participado en la investigación son compañías de gran tamaño―, existen políticas de movilidad internacional “estas suelen facilitar indistintamente la movilidad de las mujeres”.

En cuanto a los paquetes ofertados por las empresas, el estudio incide en que “no parece haber gran interés en que cubran los gastos de los colegios”, ni tampoco “para el cuidado de otros familiares”, ya que, en general, estas solo atienden “las necesidades particulares de la persona asignada a la que se va a expatriar”.

“Es importante tener en cuenta que las personas valoran de manera distinta esta posibilidad en función del momento vital y en la etapa profesional en el que les llega. No es lo mismo con 20 años, con 40 o con 60″, ha incidido Gazarian.

El informe también resalta la brecha de género entre hombres y mujeres todavía presente en la mayoría de compañías, pese a la “buena percepción sobre el avance de las medidas públicas sobre igualdad” que acreditan los trabajadores. Los “estereotipos, los sesgos, las consideraciones culturales”, así como “el hecho de ser madres, el embarazo, la maternidad y las tareas de cuidados de los hijos y de otros familiares” son los dos tipos de barreras que el texto identifica como aquellas que siguen impidiendo la repercusión de la brecha sobre los salarios.

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Sobre la firma

Gorka R. Pérez
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
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