Los centros de análisis económico volvieron a subestimar en 2024 el crecimiento de España
La desviación entre los pronósticos de los institutos de análisis y el avance real del PIB aumentó con respecto al año previo; la UAM y el Gobierno dieron las estimaciones más acertadas
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La economía española sorprendió en 2024 por su vigor y dejó en papel mojado muchas de las previsiones de los analistas. Sus cálculos se quedaron cortos frente a un vigoroso avance del 3,2%, el mayor entre las economías avanzadas. El resultado es que la desviación entre las estimaciones y la realidad se disparó con respecto al año anterior. Si en 2023 la diferencia entre la media de los pronósticos y el crecimiento del PIB fue de siete décimas —un 2% frente a un 2,7%—, en 2024 la distancia se duplicó y alcanzó los 1,4 puntos porcentuales —un 1,8% estimado, frente al 3,2% que avanzó el PIB—. Así lo resalta la Diana Esade, un estudio que elabora anualmente la escuela de negocios para medir la precisión con que centros de análisis nacionales e internacionales miden la actividad económica de España.
Las dos instituciones que más se acercaron al dato de crecimiento que finalmente se registró en 2024 fueron el Centro de Predicción Económica de la Universidad Autónoma de Madrid (CEPREDE–UAM) y el Gobierno. Aun así, se quedaron lejos, con un pronóstico de avance del 2,4% en ambos casos. En el extremo opuesto, Oxford Economics y el Santander fueron los organismos que más se alejaron del avance real de la economía, calculando una progresión del 1,3%, una décima menos de lo que preveía la patronal CEOE.
La estimación media, calculada a partir de las previsiones que los 23 organismos que forman parte del panel de Funcas hicieron en septiembre de 2023, fue del 1,8%. Es decir, muy por debajo del rendimiento real que tuvo la economía, que registró un salto del 0,8% solo en la recta final del año gracias a la fortaleza del empleo, las mejoras salariales que devolvieron poder de compra a los hogares y la expansión del consumo público. Se trata de la mayor desviación, exceptuando 2020 cuando la pandemia provocó un hundimiento inesperado de la economía, desde 2015 (el año en que el PIB rebotó tras la Gran Recesión, con una fuerza que superó en más de dos puntos porcentuales lo vaticinios de los analistas).
“[En 2024] el crecimiento económico español ha superado las previsiones de la mayoría de las instituciones”, explica Omar Rachedi, profesor de Economía en Esade y coautor del informe, junto a Andre B.M. Souza, profesor en la misma institución. Un resultado que destaca más aún dentro de una economía europea renqueante, arrastrada a la baja por el mal desempeño de Alemania. “Todavía no comprendemos del todo las razones detrás de esta prolongada fortaleza económica”, especifica Souza, quien no obstante concede que “dado el contexto de bajo crecimiento en la UE, esta mejora no parece derivarse de factores externos, sino de un refuerzo en la posición relativa de España”.
Pero el desvío a la baja no es solo cosa de 2025. Si se analiza la precisión en las previsiones en un plazo más amplio de tiempo, los tres últimos años, de 2022 a 2024, las instituciones con menor grado de error han sido el CEPREDE-UAM y el Banco de España. Le siguen el Gobierno, la Universidad Loyola de Andalucía y la OCDE. Las que más lejos quedaron de los registros reales, de nuevo, fueron Santander y Oxford Economics, además del Instituto Complutense de Análisis Económico (ICAE-UCM), perteneciente a esa universidad madrileña.
Esade también ha calculado para esta edición un nuevo indicador, llamado sesgo direccional, para identificar si existen tendencias sistemáticas hacia el optimismo o pesimismo en las predicciones. El resultado es que las más neutrales en cuanto a crecimiento del PIB han sido las estimaciones del Banco de España, CEEM-URJC, la Comisión Europea, Equipo Económico, EthiFinance Renting, Intermoney y Repsol. Oxford Economics y Mapfre Economics han sido los organismos más pesimistas; la Cámara de Comercio, la Universidad de Loyola y el Gobierno los más optimistas.
Inflación y empleo
El estudio también calcula cuán certeras han sido las previsiones sobre empleo e inflación. En este segundo indicador, la desviación promedio ha sido mayor con respecto a la de 2023, tal y como ha ocurrido con el PIB. Las únicas instituciones en dar con el dato exacto, un crecimiento del IPC del 2,8% en 2024, han sido la Cámara de Comercio de España, CEOE, ICAE-UCM y Repsol. La OCDE, el Banco de España y la Universidad de Loyola han confeccionado los pronósticos más alejados de la realidad, las primeras dos con un dato muy superior al real (3,9% y 3,6%, respectivamente); y la segunda subestimando la inflación (2%). En cuanto a la inflación subyacente, las estimaciones más acertadas fueron las de BBVA, ICAE-UCM, IEE, Intermoney y Funcas.
La escuela de negocios explica que la moderación de la inflación, que aun así está por encima del objetivo del 2% marcado por el Banco Central Europeo, se explica por la desaparición de los desequilibrios pospandemia del lado de la oferta y con una mejora de la productividad, que ha crecido de manera más vigorosa en la última década.
Con respecto a las previsiones de empleo de 2024, la Universidad Loyola de Andalucía fue el único organismo que averiguó el dato de desempleo (11,4% de media entre las cuatro encuestas de población activa del año), seguida por Repsol (11,3%) y el Banco de España (11,5%). En la medición a tres años, la Universidad Loyola de Andalucía, el Gobierno y Caixabank fueron los más precisos. Pero en este caso, la desviación promedio se redujo el año pasado con respecto al ejercicio anterior. En la media de los últimos tres años, las previsiones más acertadas han sido las de la Universidad Loyola de Andalucía, Gobierno y Caixabank.
“Las predicciones sobre inflación y desempleo han sido excepcionalmente precisas, alcanzando los errores más bajos de los últimos cinco años”, comenta André B.M. Souza. El motivo, cree el experto es que “tras un periodo de elevada volatilidad, la incertidumbre en la fijación de precios y la dinámica del mercado laboral ha disminuido significativamente”. Una previsibilidad que no se ha trasladado al comportamiento de la economía en su conjunto, subestimado otro año más por prácticamente todos los centros de análisis.
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