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Compartir piso y cambiar varias veces de casa: las peripecias de los jóvenes para emanciparse en España

Un 45,7% de las personas entre 18 y 30 años han pasado por entre dos y cuatro viviendas desde que salieron de su hogar de origen y un 87% viven acompañados, según el Consejo de la Juventud

Vivienda jovenes
Dos jóvenes miran los carteles del escaparate de una inmobiliaria con anuncios, en Barcelona, el pasado marzo.Albert Garcia (Albert Garcia)
Luis Paz Villa

El proceso de abandonar el hogar paterno es una carrera de obstáculos. Los pocos jóvenes que lo consiguen deben cambiar muchas veces de casa, y ni hablar de vivir solo. Un 8% de los jóvenes emancipados han llegado a habitar en cinco viviendas o más desde que dejaron su domicilio familiar. Mientras la proporción de los que han vivido en una sola casa desde que se fueron de la de sus padres (46%) es muy similar a la de aquellos que han pasado por entre dos y cuatro distintas (45,7%). Así lo refleja el informe Un problema como una casa, publicado este jueves por el Consejo de la Juventud de España (CJE) y que analiza las condiciones de vida de la juventud emancipada. “Somos la generación inquilina, no porque nos guste cambiar de casa o compartir, estamos obligados a hacerlo”, ha reclamado durante la presentación el secretario y responsable del área Socioeconómica de la organización, Javier Muñoz.

La situación se agrava en el caso de los emancipados de 27 a 30 años. Más de la mitad aseguraron haber habitado entre dos y cuatro viviendas diferentes tras partir de la casa de sus padres, y un 14% pasaron por más. Estos datos —recabados en una encuesta aplicada por la empresa 40dB. a 1.500 personas entre noviembre y diciembre del 2024—, se suman a los presentados hace dos semanas por el Observatorio de Emancipación del CJE: solo el 14,8% de los menores de 30 años habían logrado emanciparse hasta mediados del año pasado, la peor cifra para un semestre de toda la serie histórica, que arranca en 2006.

Respecto a la convivencia, un 87% de los jóvenes emancipados viven con más personas, frente a un 13% que lo hacen en solitario. Dentro del primer grupo, un 42,4% comparten residencia con otros dos o tres compañeros, un 37,9% lo hacen con solo uno y un 6,7% con más de tres. Este último escenario es más común para los jóvenes de 18 a 21 años y para los estudiantes: se da en uno de cada diez casos en ambos grupos. Ante estos datos, la presidenta del CJE, Andrea Henry, ha afirmado que “convivir es una necesidad forzada por las circunstancias y que estos espacios compartidos no siempre garantizan la dignidad de las personas jóvenes”.

Aunque vivir con la pareja sigue siendo lo más común entre los menores de 30 años que comparten residencia (en un 50,5% de los casos), “las formas de salir del hogar de origen se diversificaron”, según señala el investigador del CJE Manuel Mejías. Pues el resto de los encuestados viven con amigos (17,8%), con un familiar (15%) o con desconocidos (12%). Además, lo hacen porque les ayuda a dividir gastos. Al menos ese es el motivo señalado por el 40,9% de los encuestados. Le sigue la alternativa de quienes lo hacen “por gusto” (37,9%).

El precio de emanciparse

La mayoría de los jóvenes emancipados pagan ellos mismos su vivienda (70%), ya sea de alquiler —la situación de siete de cada diez— o en propiedad. El 30% restante necesita el apoyo familiar para hacer frente a estos gastos. En concreto, un menor de 30 años debe destinar al mes, en promedio, 466,7 euros para pagar su vivienda, cifras que tienden a dispararse en las grandes ciudades. A propósito, Henry ha reivindicado que “emanciparse no debería ser un lujo”.

Otra manera de evaluar el sacrificio que hacen los jóvenes para dar el paso de salir de sus hogares es el porcentaje de renta mensual que destinan al pago de la vivienda. Alrededor de cuatro de cada diez jóvenes emancipados dedican más del 40% de sus ingresos a este fin. Al comparar a los inquilinos con los propietarios, se revela que casi la mitad de los que viven de alquiler se sitúan en un nivel de esfuerzo mayor, mientras que eso le ocurre a solo uno de cada cinco de los que pagan la hipoteca. Ese porcentaje es el indicador utilizado por el Banco de España para señalar una situación de sobreesfuerzo, mientras que ley estatal de vivienda sitúa en el 30% el umbral a partir del cual una vivienda deja de considerarse asequible.

Asimismo, alrededor de un 34,5% de los menores de 30 años que viven emancipados ingresan menos de 1.000 euros netos al mes. Esto socava su capacidad de ahorro (271,7 euros mensuales, de media, una vez pagada su casa y demás gastos). Solo uno de cada cuatro jóvenes que han salido de su hogar es capaz de guardar más de 300 euros.

Pese a que la juventud propietaria tiende a tener mejores empleos y mayor renta que sus pares inquilinos, no quedan exentos de las dificultades. Aquellos jóvenes que están pagando una hipoteca tardarán 17,7 años de media en abonarla en su totalidad y casi cuatro de cada diez rebasarán los 20 años de plazo. En este sentido, del total de jóvenes emancipados, el 14,9% están pagando una letra y solo un 10,7% tienen la casa pagada. Además, cerca de la mitad reporta haber necesitado ayuda de otras personas para hipotecarse, lo que se relaciona con el monto medio de la entrada para comprar una vivienda: 21.142,5 euros.

Los datos del paro juvenil del año pasado, publicados esta semana por el INE, denotan una bajada del desempleo sin precedentes. Sin embargo, los hallazgos del CJE sugieren otra cara de esta realidad para Muñoz: “Trabajar no garantiza nada, lo que vemos es que una juventud trabajadora no recibe ninguna recompensa por ello”, ha señalado.

El proceso de acceder a una vivienda

En el 60% de los casos, los jóvenes emancipados deciden salir de la casa de sus progenitores por elección propia, mientras el resto aseguran que lo hacen por estudio o trabajo, en un 20% y un 17,5%, respectivamente. Ocho de cada diez de estos jóvenes llevan al menos un año fuera de su hogar de origen, y los que lo hicieron desde hace menos de 12 meses representan el 23%.

Sin embargo, el camino para emanciparse suele ser largo. Una persona joven ha realizado, de media, 3,6 visitas antes de decidirse por la vivienda en la que reside actualmente. Además, la mitad de los que viven de alquiler acudieron a entre dos y cuatro domicilios antes de establecerse; y aproximadamente una cuarta parte superaron ese número de visitas.

Un 53,7% de los inquilinos aseguran que hubo alguna inmobiliaria implicada en el proceso de alquiler, una proporción similar a los que dijeron que habían tenido que abonar alguna comisión a estas empresas. A esto se suman las fianzas. Siete de cada diez tuvieron que dejar un depósito para acceder a un alquiler y casi la mitad han tenido que dar por adelantado dos o más meses a su casero. En cuanto a los importes, un 41,5% de los encuestados pagaron más de 600 euros por ese motivo. La cuantía media se situó en 747,6 euros.

Sin ventanas, salón ni lavavajillas

En general, tres de cada diez habitaciones de las personas jóvenes que se han emancipado no tienen ventanas a la calle, y en un 2,7% de los casos el cuarto no dispone de ventana, terraza o balcón. Asimismo, el CJE ha observado que las comodidades en las casas de los emancipados que viven en propiedad son sustancialmente mejores que los que alquilan. Tienen en mayor medida un salón independiente, en el 71% de los casos, en contraste con el 66,5% para la juventud inquilina, un balcón (70,2% frente al 61,3%) y un lavavajillas (58,8% frente al 46,9%).

Ocho de cada diez jóvenes que se han emancipado y viven de alquiler comprarían una vivienda si tuvieran la oportunidad. Y cerca de la mitad de todos los jóvenes emancipados asegura que ha tenido problemas con sus caseros. La falta de arreglo de los desperfectos (17,7%), comunicación deficiente (13,7%) y el mal estado del mantenimiento de la vivienda en general (10%), destacan como las situaciones más conflictivas. A las que se unen las subidas injustificadas de renta o la invasión de la privacidad. Ante los hallazgos de este informe, la presidenta del CJE, ha concluido que “estos datos no sorprenden, pero duelen”.

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