Economía trata de contener la subida del salario mínimo que defienden Trabajo y los sindicatos

El salario mínimo interprofesional (SMI) volverá a subir en 2025, y se situará por encima de los 1.134 euros brutos al mes, repartidos en 14 pagas (15.876 euros anuales), en los que quedó fijado el año pasado. La duda está en cuánto lo hará, y si ese incremento recibirá el aval de todos los agentes sociales, algo que busca el Gobierno, aunque no es necesario para su aprobación. Un deseo que, a tenor de las últimas declaraciones, las primeras del nuevo año, parece que será difícil de conseguir. Este jueves, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, se ha postulado a favor de un incremento “en la línea de lo que está haciendo el resto de la economía” —el INE determinó un crecimiento del PIB del 3,3% interanual en el tercer trimestre de 2024—, y ha reconocido que el buen hacer en el terreno macroeconómico ha derivado en que los sueldos subieran alrededor de un 4% el curso pasado.

Sin embargo, las consideraciones de Cuerpo sobre este tema han sido contravenidas con dureza por el Ministerio de Trabajo, y particularmente por Yolanda Díaz, quien ha llegado a equiparar al actual ministro de Economía con su antecesora en el cargo, Nadia Calviño, con la que mantuvo reiterados enfrentamientos en negociaciones pasadas. ”Son lo mismo”, dijo de forma despectiva en alusión al posicionamiento manifestado por ambos al defender subidas más moderadas de los salarios más bajos.

“La existencia de posturas complementarias que permitieron llegar a textos equilibrados en la pasada legislatura está siendo parte del éxito”, ha replicado, sin embargo, este jueves Cuerpo al respecto de aquellas desavenencias. “Es lo que queremos seguir teniendo, medidas que sean muy ambiciosas en sus objetivos, pero que a la vez sean equilibradas en el diseño”.

Desde Trabajo se mantienen al margen de las últimas palabras de Cuerpo. “Seguimos la hoja de ruta”, se limita a reconocer una fuente ministerial. Esta decisión pasa por mantenerse a la espera del dictamen definitivo de los expertos, que según ha podido saber EL PAÍS, han calculado que la renta mínima debería incrementarse en 2025 entre un 3% y un 4%, para mantenerse acompasada con el 60% del salario medio, tal y como establece la Carta Social Europea suscrita por el Gobierno, y cuyo compromiso quedó refrendado dentro del acuerdo de coalición entre PSOE y Sumar. De llevarse a cabo, el SMI se situaría entre los 1.168 y 1.179 euros mensuales.

El último encuentro de este grupo de técnicos —que proyectó su horquilla basándose en el aumento del 2,8% de la inflación y en los resultados de Encuesta Trimestral de Coste Laboral que determinaba la subida de los salarios en el 4,1%, así como en las estadísticas sobre salarios dentro de convenios firmados el año pasado, que aumentaron un 3,8%— tuvo lugar el pasado 19 de diciembre, y por el momento no se han producido novedades respecto de los cálculos que realizaron entonces. “Esperaremos al informe”, remachan desde el departamento que dirige Díaz. Una vez que lo reciban, la vicepresidenta segunda elaborará la propuesta de su departamento y la llevará a la mesa de negociación con los sindicatos y la patronal.

Rechazo inicial

Allí se encontrará, al menos de inicio, con la oposición de ambas partes, aunque por motivos diametralmente opuestos. Mientras las centrales recaman un aumento superior, de entre el 5% y el 6%, los empresarios vienen alertando de los efectos que estos tienen sobre el empleo y la estabilidad de las empresas, especialmente las de menor tamaño, y son reacios a cualquier modificación.

“Es evidente que la evolución del SMI tiene que ir en relación la evolución de la economía, y en concreto, con la evolución de los salarios medios”, matiza Unai Sordo, secretario general de CC OO, sobre las últimas manifestaciones de Cuerpo. “Por lo que no se entendería que la referencia no fuera otra que la evolución de esos salarios medios, que, en nuestra opinión, van a estar nítidamente por encima de la subida del PIB en este año que hemos dejado atrás”.

Un posicionamiento compartido por UGT, quien, no solo en esta ocasión, sino también durante las anteriores subidas, —el SMI ha crecido un 58% entre 2018 y 2024 en las dos últimas legislaturas—, al defender que este nunca ha llegado a alcanzar el umbral del 60% de la remuneración media. Desde Barcelona, Pepe Álvarez ha reclamado nuevamente este jueves que el incremento debería establecerse en el 5,6% para poder alcanzar este objetivo.