Dhul no sale de su larga crisis y propone un ERE que afectará al 40% de los trabajadores
La propuesta inicial de los gestores es reducir la plantilla de 142 personas a 81 mientras que el comité estudia “negociar que ese número sea lo mínimo posible o incluso cero”
El genuino flan de huevo y leche, el flan Dhul, pasa por un momento malo. Y, en consecuencia, quienes los fabrican. Según la empresa propietaria, la fábrica tiene “un proceso fabril obsoleto, con muchos procesos manuales y un bajo índice de ocupación y saturación productiva de sus equipos y línea de producción”, lo que conduce a “falta de viabilidad productiva y económica” en la situación actual. Con ese argumento, Andros Granada SLU –propiedad de Andros Food España, perteneciente a su vez a la multinacional francesa Andros Iberfinand SLU– ha puesto en marcha un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará al 43% de los 142 trabajadores de la planta de Granada que elabora estos flanes. La primera propuesta es de 61 despidos que el comité de empresa lucha por minimizar o, si es posible, anular.
El origen de flan Dhul está en 250 gallinas excesivamente productivas. Allá por finales de los años 60 del siglo pasado, Ignacio Fernández Sanz y María Angustias Amador Martín tenían una granja avícola con gallinas hiperponedoras. No daban abasto a vender los huevos y María Angustias puso en marcha la operación flan: comenzó a hacerlos y a venderlos al colegio de sus hijas. Su postre gustó y, como cuenta Andrés Cárdenas en un artículo en el diario Granada Hoy citando al historiador Juan Rodríguez Titos, invirtió 700 pesetas –poco más de cuatro euros ahora– en moldes y arrancó una producción que gustó en restaurantes y otros colegios. En 1967, las gallinas eran ya 1.200 y en 1969, fundaron la empresa que, hoy, 55 años más tarde, sigue fabricando el producto, aseguran, como entonces: de huevo y al baño maría.
En 1973 se construyó el complejo industrial que se sigue usando hoy día. Los 142 empleados actuales son menos de la cuarta parte de los casi 600 que llegó a tener en su mejor momento. No han parado los altos y bajos desde entonces. En 1984 crearon la American Dhul Corporación, situada en Sacramento, California, en la costa oeste de Estados Unidos. En 1987, el impago de los impuestos obligados por una ampliación de capital hizo que el gobierno americano embargara la filial. Aquello paró la producción y la aventura americana cayó en el olvido. Dos años antes había fallecido María Angustias. El periodo de zozobra terminaría en 1988 con la adquisición de la compañía por el grupo Berlax. Poco después, Nueva Rumasa se hizo con la empresa hasta que en 2011 acabó la historia de los Ruiz Mateos en la fabricación de flanes. La empresa entró en concurso de acreedores en 2011 y en los dos años que tardó en venderse la empresa, sufrió tres ERES. Finalmente, en septiembre de 2013 se hizo efectiva la compra de flan Dhul por Andros Granada, su actual propietario.
La entrada de Andros en Dhul pasó por un momento similar al de ahora. En 2014, como recuerda la empresa en la documentación del actual ERE, “se pierde a DIA” como cliente y recurrieron a un ERE una vez más.
Desde entonces hasta hoy, la empresa aduce estar en pérdidas año tras año, algo que reconocen se ha reducido notablemente en 2023 pero que “desgraciadamente” –aparece en la documentación del ERE– no será ese el caso para este 2024. Las razones son variadas: subida del coste del huevo, cambio de hábitos de los consumidores que eligen por precio y no calidad. Y, claro, la incapacidad de negociar de tú a tú con las grandes distribuidoras.
El mercado de los flanes y similares, según los datos incluidos en el ERE, tiene dos competidores líderes, con mayor tamaño, más recursos y mejores cifras de negocio. Reina Group, de Caravaca (Murcia), con unas ventas de casi 140 millones de euros en 2023, y Postres lácteos Romar, de Catadau (Valencia), cuya cifra de negocio superó en 2023 los 97 millones. El ranking continúa con Schreiber, Danone, Lactalis Nestlé y, en sexto lugar, Dhul/Andros Granada, con volumen de negocio de 33,4 millones de euros el año pasado.
Ante el panorama de ser sextos en este no muy grande mercado de postres lácteos y no ser capaz de salir de los números rojos –alega una deuda neta de nueve millones de euros y con un fondo de maniobra negativo de 6,8 millones por lo que asegura no tener solvencia a corto plazo “por sí misma”–, Andros ha optado por, además de aligerar el 40% de su plantilla, que incluye externalizar los servicios de portería y limpieza, reducir sus ocho líneas de trabajo a tres, más modernas y automatizadas. Su cálculo es pasar de una ocupación y saturación media de sus cadenas de producción del 45,7% al 96,7%. También propone, alegando la pérdida de un contrato de suministro a Carrefour, llevar la producción de los “postres italianos” –tiramisú, profiteroles, panna cotta, lemoncello y tartufo– a una fábrica en Italia.
En lo que respecta al tiempo, Andros tiene prisa: la mayoría de los despidos se firmarían entre diciembre de este año y enero del próximo. El comité de empresa quiere ver cómo continúan las próximas reuniones de negociación y no “descarta ninguna medida sindical”.
Los trabajadores, analizan la situación actual. Como explica, y critica, Francisco Castilla, miembro del comité de empresa por UGR, “la comercialización y el marketing, que tienen mucho margen de mejora, no vemos ninguna campaña agresiva”. Tampoco están satisfechos con la gama de productos, que consideran escasa hasta ahora y que, de cumplirse el ERE en una de las medidas propuestas de partida, eliminará la producción de lo que ellos llaman postres italianos –algo así como de gama alta–, que se trasladarían a una fábrica en Italia.
Castilla explica que “no esperábamos esto, sobre todo la cantidad de personas involucradas. Sabíamos que algo iban a hacer porque han invertido mucho dinero en una línea nueva. Y estas modernizaciones, lógicamente, tienen como consecuencia la pérdida de mano de obra. Eso lo habíamos asumido, pero no el número”. El comité de empresa asegura que ya están analizando la documentación y viendo cómo “negociar que ese número sea lo mínimo posible o incluso cero”. Este diario se ha puesto en contacto con Andros Granada SLU para recabar la opinión de la empresa, que ha declinado hablar por el momento y se ha remitido a “dentro de unos días, cuando el proceso esté más avanzado”.
El pasado miércoles tuvo lugar la primera reunión operativa entre empresa y comité para negociar. El presidente del comité, Javier García Mota –de CSIF, sindicato de funcionarios implantado ya en la empresa privada– ha calificado esta primera reunión de “poco productiva” dado que la empresa solamente ha presentado un plan de recolocación de la plantilla afectada, que se traduciría en la recolocación de 20 puestos de trabajo en una fábrica del grupo en Francia y un plan de ayuda de recolocación de los efectivos en otras empresas. Raúl Caro, de la sección de Industria de CCOO, ha explicado a este diario que, efectivamente, ha habido poca información pero que “la empresa parecía dispuesta a reducir el número de despidos y a mejorar las condiciones de estos”.
García Mota ha lamentado que no se hayan “ofrecido datos sobre los trabajadores afectados, su perfil, categoría o edad”, así como tampoco “datos económicos que están esperando conocer y estudiar las personas que podrían acogerse a este ERE de forma voluntaria”. Sí se ha avanzado en la posibilidad de implantar medidas económicas especiales para los mayores de 55 años afectados por el ERE.
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