Las pequeñas empresas alertan de que el crecimiento económico les da la espalda y vuelven a cargar contra la reducción de jornada
Cepyme indica que la productividad de las empresas pequeñas es un 1,7% inferior a 2019, en buena medida por el incremento de los costes laborales
El incremento de los costes laborales de las pequeñas empresas es del 23% desde 2021, hay 2.400 compañías menos que antes de la pandemia, la productividad retrocede un 1,7% respecto a 2019, tienen más problemas para financiarse... Este es, muy resumido, el escenario que afrontan las pymes según la patronal que las representa, Cepyme, que ha presentado este lunes su informe trimestral al respecto. Es un análisis pesimista, que incide en que la economía española crece a buen ritmo, pero no para ellas. “Es cierto que hay un buen desempeño de la economía española en lo que llevamos de año, pero no llega igual para todos los sectores y empresas. Las tendencias favorecen más a la gran empresa que a la pequeña”, ha advertido Francisco Vidal, director de Economía y Políticas Sectoriales de Cepyme. La patronal ha insistido en el efecto negativo que tendría en estas empresas un recorte de la jornada ordinaria, cuatro días antes de una nueva reunión sobre este tema en el Ministerio de Trabajo.
El estudio de Cepyme asegura que la productividad de estas empresas, medida como el volumen medio de ventas por empleado, retrocedió un 2,3% en el segundo trimestre de 2024 en términos interanuales y en un 1,7% respecto a 2019, el año anterior a la pandemia. Así, las empresas pequeñas acumulan 18 meses de retrocesos en este indicador y las medianas, 15. El factor diferencial para entender esta caída en la productividad, indica Cepyme, es que los costes laborales están evolucionando a un ritmo superior a las ventas. “Este escenario, combinado con una financiación más cara, el problema de morosidad y un aumento del empleo superior a la recuperación de las ventas, lastra la productividad empresarial. Su deterioro es la principal debilidad de la pyme española, afectando a su vez a su capacidad para invertir y, por tanto, a su competitividad”, reflexiona Cepyme en su informe.
En este indicador, añade la patronal que dirige Gerardo Cuerva, son claves los recientes incrementos del salario mínimo: “Este mayor aumento de los costes laborales en las pequeñas empresas se debe, en parte, a las subidas del SMI, cuyo impacto es proporcionalmente mayor en las empresas de menor tamaño porque su salario promedio, dada su menor productividad relativa, es también más bajo”. El aumento interanual de los costes laborales es mayor en las empresas pequeñas que en las medianas: 4,7% y 3,9%, respectivamente.
El autor del estudio, Diego Barceló, ha subrayado que las pymes ya parten de una posición más débil en términos productivos, ya que su menor tamaño les impide beneficiarse de las economías de escala (a más tamaño, más capacidad para invertir e innovar, lo que revierte en mayor productividad, la financiación es más barata...): “El pequeño empresario no paga más no porque no quiera, sino porque no puede”. Ha resaltado que las vacantes de empleo sin cubrir (un fenómeno del que advierten las patronales, pero que no captan las cifras oficiales) dificultan aún más el día a día a estas compañías. “Las grandes empresas tienen más posibilidad de retribuir mejor, de competir mejor en captación. Las pocas personas disponibles se las llevan las empresas más grandes”, ha resaltado Barceló.
El Ministerio de Trabajo defiende la tesis de que detrás de estas dificultades para las pymes se esconde un cambio en el tejido productivo, que cada vez hay más trabajadores empleados en empresas grandes y menos en las pequeñas porque la reforma laboral y los incrementos del salario mínimo han hecho menos atractivo competir a la baja. Los expertos de Cepyme han rechazado esta correlación. “Uno de los objetivos de Cepyme es el crecimiento empresarial, que aumente el tamaño medio de la empresa española. Aunque haya un pequeño aumento del tamaño de algunas empresas, no alcanza como para que en conjunto lo valoremos de forma positiva. La destrucción de empresas de uno o dos empleados es mayor, es un crecimiento insano. Es como cuando aumentó la productividad [en la Gran Recesión] porque se destruyeron 1,2 millones de empleos”, ha indicado Barceló.
Este análisis de Cepyme llega en plena negociación con el Gobierno para reducir la jornada. El viernes se celebra un nuevo encuentro en el Ministerio de Trabajo, dos semanas después de que los sindicatos protestasen frente a sedes patronales de toda España por la falta de avances. Las pymes, justo por su menor productividad, vienen siendo la voz más beligerante contra la contracción del tiempo de trabajo. “El problema no es la reducción en sí, que se está dando de forma armónica de acuerdo a la negociación colectiva en algunos sectores y empresas. El problema es que se haga sin responder a la realidad, con un aumento de costes que empeoraría aún más si se toma esta decisión”, han agregado los expertos de Cepyme.
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