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Renfe cifra en 479 las incidencias de los nuevos trenes de Talgo en apenas dos meses y medio

Un informe de la empresa pública estima que solo el último fallo en el Avril S106 del pasado lunes le costará 390.000 euros en indemnizaciones

Uno de los Talgo Avril de Renfe rotulado con la marca AVE.
Uno de los Talgo Avril de Renfe rotulado con la marca AVE.Renfe
Manu Granda

El incidente del pasado lunes en el que 494 personas quedaron atrapadas más de dos horas en un tren cerca de la estación madrileña de Chamartín ha reavivado los desencuentros entre Talgo (el fabricante del convoy) y Renfe (la operadora a la que pertenecía el tren averiado, que circulaba bajo la marca Avlo). Según un informe de la compañía pública de ferrocarril, al que ha tenido acceso este periódico, esta calcula que deberá abonar en torno a 390.000 euros en indemnizaciones. En total, 11.768 pasajeros se vieron afectados en los 34 servicios que sufrieron retrasos. El tren era del nuevo modelo Avril S106, que entró en funcionamiento el pasado 21 de mayo. Renfe señala que desde entonces se han registrado 479 incidencias, de las cuales 28 causaron retrasos de más de una hora y 14 necesitaron el rescate o trasbordo de los pasajeros, como sucedió el lunes.

“Como primera consideración, la tendencia —lejos de mejorar desde el inicio de la explotación— ha ido empeorando, tanto en número de incidencias como en impacto en minutos sobre la explotación”, indica el citado informe, que detalla que el tiempo acumulado de retrasos asciende a 9.742 minutos desde el 21 de mayo. La mayoría se produjo en julio, con 4.044 minutos, pero agosto registra un ritmo de crecimiento mayor, con 1.491 minutos en una sola semana. Los servicios más afectados son aquellos que prestan servicio en Asturias, comunidad que estrenó el AVE con los S106 (previamente había arrancado con los Alvia en noviembre, más lentos que estos nuevos trenes), y Galicia, autonomía en la que el S106 se usó para inaugurar los trayectos a Vigo, A Coruña, Santiago de Compostela, Pontevedra y Vilagarcía de Arousa. En el incidente del pasado lunes, el convoy procedía de Valencia.

Hasta ahora, según Renfe, los problemas más comunes en los nuevos trenes de Talgo son los relacionados con el sistema TCMS (la red de control y de comunicaciones del tren), aunque esto debería solventarse, al menos en parte, con los cambios en este sistema implantados entre el 1 y el 4 de agosto. Sin embargo, la compañía señala que “es pronto para determinar su eficacia”. En cuanto al incidente del pasado lunes, la empresa pública lo achaca “a problemas con las tarjetas electrónicas del bus de comunicaciones del tren”, aunque Talgo sigue analizando lo ocurrido. El problema afectó no solo a Renfe, sino a trenes de compañías como Iryo y Ouigo, con ocho y cuatro rutas implicadas, respectivamente. El fabricante de trenes español ha declinado hacer comentarios sobre el incidente, a requerimiento de este medio.

Los S106 han supuesto un quebradero de cabeza para Renfe incluso antes de empezar a rodar, ya que su entrega por parte de Talgo se retrasó casi dos años. El primer lote de diez trenes se recibió el pasado abril, después de que la firma pública lanzara una reclamación por valor de 116 millones, más 50 millones por el lucro cesante, contra el fabricante.

Actualmente, Renfe cuenta con 22 trenes de este modelo, de los cuales están en funcionamiento 11 y el resto están apartados “por diversos fallos y otras circunstancias”, según información facilitada por la compañía. “De los ocho trenes que faltan por recibir no tenemos información”, agregan. Renfe no ofrece un cálculo del monto económico al que pueden ascender las 479 incidencias sufridas con los Avril S106. El año pasado, la empresa pública tuvo que pagar un total de 42 millones en indemnizaciones por los retrasos de sus viajes en toda la red.

Los S106 suponen el 9% de la flota de Renfe de Alta Velocidad y Larga Distancia, y registran una puntualidad del 40,72%, frente al 76,2% de puntualidad del conjunto de ese servicio. Esa es la cifra que difundió el martes el ministro de Transportes, Óscar Puente, al que le llovieron las críticas de la oposición por el creciente número de incidencias en los trenes. El PP pidió la comparecencia de Puente en un pleno extraordinario en el Congreso y el ministro replicó, en su cuenta personal de la red social X, que el último incidente “colma el vaso” y que los trenes entregados el pasado 21 de mayo “están dando infinidad de problemas”.

Talgo, entre reclamaciones y opas

Los S106, tanto por el retraso en la entrega como por las averías, están suponiendo un quebradero de cabeza para Talgo mientras la compañía se encuentra inmersa en un proceso de venta en el que se la disputan un grupo húngaro y otro checo. En el caso del primero, Ganz-Mavag (Magyar Vagon) presentó una oferta pública de adquisición (opa) en marzo por el fabricante de trenes español, al que ha valorado en 619 millones más los 330 millones de deuda que tiene. Pero la operación no cuenta con el visto bueno del Ejecutivo de Pedro Sánchez, que considera a Talgo estratégica y desconfía de los lazos entre la firma húngara y el Gobierno del ultra Viktor Orbán, líder cercano a su vez al presidente ruso Vladímir Putin. En ese contexto apareció el fabricante de trenes checo Skoda Transportation, sobre el que el Gobierno no se ha pronunciado y que evalúa ofertar por la española siempre y cuando esta le proporcione acceso a información más detallada.

Por su parte, el administrador de las infraestructuras ferroviarias, Adif, incide en que los últimos problemas con los trenes no tienen que ver con las obras que el Estado está llevando a cabo en la estación de Chamartín, en la que el pasado lunes se vivieron imágenes de aglomeración de viajeros que esperaban a poder acceder a los convoyes retrasados. “La estación de Madrid Chamartín-Clara Campoamor aborda un ambicioso proceso de ampliación y remodelación integral que la convertirá en nodo referente de una movilidad sostenible, multimodal e inteligente”, afirma la compañía pública. Las obras se centran en duplicar la capacidad de alta velocidad y duplicar el vestíbulo.

Las obras, que mantienen cerradas partes de la estación, están movilizando unas inversiones de más de 500 millones de euros y servirán para responder al previsible aumento de viajeros que vivirá la estación. “Si en 2023 este nodo estratégico de movilidad gestionó 36 millones de viajeros, en 2030 se prevé la atención de 55 millones viajeros”, indica Adif.

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Sobre la firma

Manu Granda
Redactor de la sección de empresas especializado en el automóvil e industria pesada. Como 'freelance', cubrió la temporada de incendios del verano 2019-2020 en Australia para EL PAÍS. Es graduado en periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y cursó el Máster de periodismo de EL PAÍS.
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