Los sindicatos ven una “amenaza” en que Garamendi anticipe una parálisis de los convenios si se recorta la jornada

Algunas de las declaraciones del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, en su entrevista de este lunes en EL PAÍS han enfadado a los secretarios generales de los dos principales sindicatos españoles. Una de las que más críticas ha despertado es la siguiente: “Si nos recortan la jornada habrá muchos convenios que se paralicen. Es evidente”. El líder de CC OO, Unai Sordo, ha interpretado estas palabras como “una amenaza”. En una línea parecida, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha respondido a Garamendi que “él sabrá lo que hace; frente a la patronal que obstruye está la capacidad de movilización de los trabajadores y trabajadoras”.

“Me suena a amenaza”, insiste Sordo en conversación con este periódico. “Tiene que ver con la lectura que hace la CEOE según la cual cualquier elemento que se toque del mercado laboral es cambiar la reforma laboral. Esto no es así. Había un perímetro, pero no se abordaron otras cuestiones. No está escrito que no se vayan a poder cambiar en la historia de la humanidad de aquí al futuro”, opina el secretario general de CC OO, que dice entender el enfado patronal por el cambio no negociado en la prevalencia de convenios (el Gobierno pactó la predominancia de los autonómicos con el PNV sin llevarlo al diálogo social). “Es un argumento un poco tonto. La legislación española no se va a congelar”, añade.

Asimismo, Sordo considera “llamativo” que Garamendi acuse al Ministerio de Trabajo de perseguir fines políticos. “Estas afirmaciones me dejan un poco perplejo. Reducir la jornada laboral a 37 horas y media es hacer política, pero dejarla en 40 horas también. Y subir el salario mínimo es política, y congelarlo también”. El líder sindical cree que estas palabras “intentan desviar el tiro de lo sustancial, porque las políticas laborales de los últimos años están dando un buen resultado”.

El jefe de CC OO añade: “Creo que están quedando al descubierto muchos de los mantras neoliberales que durante décadas han establecido cómo tendría que regularse el mercado laboral para generar empleo. Ante esa quiebra, creo que asusta la posibilidad de que se reduzca la jornada y los resultados sigan siendo buenos”. Asimismo, considera que es el momento de “desincentivar las actividades donde se invierte mucho capital español porque es muy rentable, pero muy poco productivo”, en referencia a los sectores “rentistas, inmobiliarios y especulativos”.

El líder de UGT también ha contestado a la hipotética congelación de convenios colectivos, en la rueda de prensa en la que ha tratado la resolución del Comité Europeo de Derechos Sociales sobre la indemnización por despido. Álvarez ha catalogado como “cansino” el discurso del líder de la CEOE: “Que dé algún argumento nuevo. Dan el argumento de siempre, el mismo que daban cuando el señor Almunia decretó en 1983 que la jornada máxima era de 40 horas. Entonces dijeron que lo iban a impedir por vía negociación colectiva y que iban a denunciar todos los convenios”.

Simpatía ciudadana

Álvarez ha reclamado a Garamendi que “se siente a negociar las 37 horas y media, que hablemos de lo que nos preocupa, porque aún no nos lo han dicho; un día dicen una cosa y luego la contraria”. Ha recordado que irán a un “proceso de movilizaciones en septiembre” que, en su opinión, “cuenta con una simpatía inmensa de la sociedad española; no hay una medida que haya sido sujeto de tantos comentarios en la calle”. Por ello, reclama que la reducción de jornada no sea “un elemento del pimpampum político” y que logre “soporte político” en el Congreso de los Diputados.

“El acuerdo no va a ser fácil. Me atrevería a decir que no es probable, pero también creo que no es imposible”, ha agregado Sordo sobre un posible pacto al respecto en el que participe la CEOE. “En la medida en que CEOE deje clara su voluntad de negociar esa reducción de jornada y podamos abordar en serio otros elementos colaterales, la negociación puede tener recorrido”. Entre esos elementos que define como colaterales cita “el control horario, la distribución de la jornada irregular, el tipo de trabajo o la entrada en vigor”. Pero, precisa, cree que no tiene sentido “que la negociación pivote sobre estos temas cuando CEOE todavía no ha dicho si está por la labor de reducir la jornada; es una negociación circular y por ello la convocatoria de movilizaciones en septiembre”.

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