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¿Cuál es la jornada laboral en cada sector? ¿Qué países echan menos horas que España? 9 gráficos útiles en plena negociación

Los sectores más precarios y las comunidades en las que estos predominan concentran las jornadas pactadas más largas. Trabajo está cerca de un acuerdo con los sindicatos, mientras el PSOE pide alargar el diálogo para que participe la patronal

Trabajo España
Trabajadoras del campo en Lebrija (Sevilla), en julio de 2022.Juan Carlos Toro
Emilio Sánchez Hidalgo

El Ministerio de Trabajo, los sindicatos y la CEOE buscan un acuerdo para reducir la jornada ordinaria semanal a 38 horas y media este año y a 37,5 en 2025. El departamento de Yolanda Díaz y los representantes de los trabajadores sintonizan, al contrario que la patronal, lejos del pacto. Pero el PSOE insiste en la importancia de que participe la CEOE, y por ello reclama que la negociación se alargue, contra los deseos de Díaz y los sindicatos.

Si el pacto que alcancen los agentes sociales (a dos o tres partes) recibe el respaldo del Congreso de los Diputados, España avanzará en una posición que lleva 40 años congelada. El Estatuto de los Trabajadores establece las 40 horas semanales desde 1983. Sin embargo, eso no quiere decir ni mucho menos que todos trabajemos 40 horas, ni que esa sea la norma en el resto de países europeos.

A continuación desgranamos el panorama español respecto a la jornada laboral, por sectores, territorios y en comparación con el resto de Europa.

Las jornadas pactadas más largas, en hostelería

Antes de abordar esta estadística conviene precisar que lo que pretende cambiar el Gobierno es la jornada ordinaria máxima legal. Es decir, el límite a partir del cual otra hora de trabajo se considera una hora extraordinaria. Aunque las 40 horas no hayan cambiado en el Estatuto de los Trabajadores en cuatro décadas, la negociación colectiva sí ha logrado contracciones sector a sector o empresa a empresa. Es decir, patronales y sindicatos han acordado jornadas ordinarias inferiores a las 40 horas en diversos convenios colectivos.

Esto se refleja en las estadísticas del Ministerio de Trabajo, que establecen un promedio de 38,2 horas. Todos los sectores tienen jornadas medias pactadas por debajo de las 40 horas, aunque sea por los pelos, como hostelería (39,4), empleo doméstico (39,3), comercio (39,1) y la actividad agraria (39). Son las cuatro actividades con jornadas pactadas más largas y todas ellas se caracterizan por condiciones laborales precarias, a veces con horarios repartidos a lo largo de todo el día, imprevisibles y retribuciones bajísimas. También son sectores menos productivos que la media, en los que la mano de obra es intensiva y la tecnología es menos decisiva, por lo general.

El panorama es justo el contrario en los sectores más productivos, varios de ellos entre los que más fuerza sindical atesoran. De ahí que la jornada media pactada casi empate con el promedio en industria y logística (38,4) y esté por debajo en suministro de energía o finanzas (37,9 y 37,1), las dos actividades con mejores salarios de la economía española (en torno a 3.500 euros mensuales). Los sectores con las jornadas pactadas más bajas muestran la fortaleza de los sindicatos en lo público: 32,6 horas en educación y 35,9 en el corpus de la Administración pública.

Estas diferencias por sectores apuntalan los argumentos tanto de un bando como del otro en la negociación. Los sindicatos y el ministerio dicen que son la mejor prueba de que hay sectores a los que no llega la negociación colectiva, que siguen trabajando tantas horas porque los empleados no tienen fuerza suficiente para lograr que las patronales cedan. Y que por ello la contracción se debe dar por ley, porque se está ensanchando la desigualdad entre los trabajadores mejor protegidos y el resto. “No es de justicia que las personas sin un sindicalismo fuerte no se vean beneficiadas”, dijo al término de la última reunión en el ministerio el vicesecretario general de Política Sindical de UGT, Fernando Luján.

La patronal lee justo lo contrario: sí está habiendo reducciones de las jornadas pactadas, de ahí que el promedio esté en 38,2, y se están dando en los sectores más productivos, en aquellos en los que la mejora de la productividad permite hacer lo mismo o más en menos tiempo. Por ello CEOE y Cepyme, e institutos de estudios como Fedea, reclaman que no haya una reducción forzada por ley que implique un aumento de los costes salariales. Que se deje al albur de la negociación bipartita.

37 horas en Euskadi, 39,3 en Canarias

El peso de unas actividades u otras en cada territorio es fácil de adivinar en un vistazo a la jornada pactada en promedio en cada provincia. Donde más peso tienen los sectores de alto valor añadid, Euskadi, Navarra y Cataluña, más cortas son las jornadas pactadas, ya entre las 37 y las 37 horas y media. También registran jornadas inferiores al promedio en la Comunidad de Madrid. En el otro lado de la balanza hay autonomías en las que mandan la hostelería y la agricultura, como Andalucía (38,89), Región de Murcia (39,13) y Canarias (39,27). Hay más de dos horas de diferencia a la semana entre la jornada pactada de los vascos y de los canarios, una brecha que también cristalizan los salarios: los primeros cobran 2.500 euros brutos al mes, frente a los 1.870 de los insulares.

Aunque en promedio los canarios trabajan más, en la desagregación por convenios provinciales (sin tomar en cuenta los interautonómicos, que bajan mucho la media en territorios como Cataluña) el peor dato es el de Almería (39,57), seguido de Santa Cruz de Tenerife (39,29), Las Palmas (39,26), Ourense (39,21) y Málaga (39,17). Las jornadas más cortan se registran en Bizkaia (36,93), Gipuzkoa (37,18), Navarra (37,43), Álava (37,56) y Madrid (38,22).

Tendencia a la baja, pero despacio

La jornada pactada se contrae poco a poco en España, en una caída con altibajos en función de la situación económica. Sindicatos y patronales vienen señalando que en los momentos críticos parte del ajuste para ahorrar costes laborales cristaliza en menos tiempo de trabajo, de ahí que de 2010 a 2011 (en plena Gran Recesión) la jornada media pactada cayese de 38,36 a 38,05, y que de 2019 a 2020 (el año de la pandemia) pasara de 38,31 a 38,04. Sea como sea, el último registro, de 2022 (38,18) es inferior al primero de la serie estadística, las 38,53 horas de 2001.

¿Cuál es la jornada pactada en Europa?

Si cristaliza la promesa del PSOE y Sumar, España se pondría claramente a la vanguardia en la regulación del tiempo de trabajo. Según los datos de la OCDE, de los países que establecen una jornada ordinaria para el común de los empleados, en Europa solo Francia (35) y Bélgica (38) fijan tiempos inferiores a las 40 horas.

Hay otros países en los que esta figura (una jornada pactada global) no existe, como Alemania, donde queda en manos de la negociación colectiva en cada sector. Y esta derivada es clave, ya que aunque las 40 horas sigan siendo totémicas, la jornada media pactada en convenios sectoriales ya está por debajo en otros países. El registro español (38,2) está en línea con el alemán o el italiano (38), pero hay otros países en condiciones muy diferentes: la jornada pactada es más corta en Suecia (37,1) o Países Bajos (37,4) y mucho más larga en Austria (38,8) o Portugal (39,4).

¿Y cuánto trabajamos realmente?

Hasta aquí hemos analizado las jornadas pactadas, lo que cambiará si fructifican los planes del Ministerio de Trabajo. Pero otra variable clave es el tiempo real de trabajo, cuántas horas echamos de verdad a la semana. Según Eurostat en España trabajamos un promedio de 36,6 horas, ligeramente por encima de la media europea (36,4) y lejísimos de los países que menos tiempo pasan en el puesto, Bélgica (35), Alemania (34,5), Noruega (34,4), Dinamarca (33,3) y Países Bajos (30,5), todos ellos con renta per cápita superior a la española. En el otro lado de la balanza, el de los países que más horas trabajan, encontramos economías menos desarrolladas: Polonia (39,5), Croacia (39,6), Bulgaria (40), Chipre (40,2) y Rumanía (40,3).

Cabe precisar que estos datos son globales, tomando en cuenta el tiempo parcial, que tira del promedio para abajo. Al contrario de lo que podría parecer, los mayores niveles de parcialidad se asocian con economías más poderosas: Países Bajos (38,75%), Austria (30,4%), Alemania (28,5%) o Bélgica (22,9%). Esta proporción tan alta es la que hunde el tiempo de trabajo en estos países, todo un signo de fortaleza económica: si hay tantas jornadas parciales es porque allí los salarios son muy superiores, se puede vivir con menos de un sueldo completo. De ahí que la parcialidad involuntaria (personas que querrían trabajar a jornada completa) sea ínfima en estos países, mientras que España está en cabeza en esa variable. El 41% de los trabajadores con esa jornada querrían trabajar a jornada completa, en línea con el 44% de Grecia y el 42% de Portugal. En Alemania solo son el 4%.

Según los datos de OCDE, los empleados españoles trabajaron en 2023 1.632 horas en cómputo anual, el mínimo registrado si no tomamos en cuenta la anomalía de 2020 por la pandemia. Esta cifra es 60 horas inferior a la de 2013 y supera en 120 a la de 2003. El primer registro, de 1970, marcaba 2.046 horas por trabajador al año, 400 más que ahora, el equivalente a diez semanas de jornada al uso. Esta tendencia a la baja es parecida a la que vienen registrando el resto de principales economías europeas.

¿Echamos horas extra? ¿Y cuántas cobramos?

De los 18 millones de asalariados que hay en España, 884.000 hacen horas extra, según indica la Encuesta de Población Activa del primer trimestre. Estas cifras esconden un problema estructural del tiempo de trabajo en España: una parte importantísima de las horas extra no se retribuyen. Solo el 51,3% de los trabajadores que hicieron horas extraordinarias declaran que cobraron todas, frente a un 42,6% que nunca recibe retribuciones por ellas y un 6,1% que cobra algunas y otras no. Entre las medidas compensatorias requeridas por los empresarios para aceptar el recorte de jornada está el aumento del tope de horas extra anuales permitido, ahora establecido en 80. Trabajo descarta esta posibilidad.

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Sobre la firma

Emilio Sánchez Hidalgo
Redactor de Economía. Empezó su trayectoria en EL PAÍS en 2016 en Verne y se incorporó a Sociedad con el estallido del coronavirus, en 2020. Ha cubierto la erupción en La Palma y ha participado en la investigación de la pederastia en la Iglesia. Antes trabajó en la Cadena SER, en el diario AS y en medios locales de su ciudad, Alcalá de Henares.
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