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El comercio electrónico se desinfla en España tras el tirón de la pandemia, pero el teletrabajo se consolida

Un estudio del FMI destaca que la proporción de transacciones por internet volvió a las tendencias anteriores a la covid en 47 países una vez levantadas las restricciones

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Almacén de Amazon en San Fernando de Henares, en Madrid.GERARD JULIEN (AFP via Getty Images)
L. D. F.

El auge del comercio electrónico durante la pandemia no ha venido para quedarse. Pese a que su peso sobre el gasto total aumentó de forma espectacular, la fuerte tendencia al alza experimentada durante los confinamientos en España no ha tenido carácter estructural, según destaca el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un documento titulado E-Commerce During COVID in Spain: One Click Does Not Fit All. (El comercio electrónico en España durante la covid: un clic no vale para todo). En cambio, sí se ha registrado un cambio permanente en la percepción del teletrabajo. “De repente, los empleados se vieron obligados a trabajar desde casa. Muchos quedaron sorprendidos favorablemente por su capacidad de trabajar de forma remota y descubrieron las comodidades adicionales que puede implicar el trabajo desde casa. Esto, a su vez, condujo a una serie de innovaciones organizativas que hicieron del teletrabajo una opción aceptable también para los empleadores. Esto contrasta con el comercio electrónico”, destaca el estudio.

Al igual que en otras economías avanzadas, el gasto de España en comercio electrónico ya crecía “de manera constante”, pero moderada, antes de la irrupción de la covid: el índice de consumo en línea pasó de representar el 4,5% del consumo al 7,9% entre 2017 y marzo de 2020, mes en el que se impuso el primer confinamiento. En junio de ese año, alcanzó un máximo del 10%, un salto de casi dos puntos porcentuales en tan solo cuatro meses. En el resto del periodo marcado por las restricciones se dieron picos ocasionales en coincidencia con la llegada de nuevas variantes de covid, como la ómicron a finales de 2021.

La proporción de las transacciones por internet volvió a las tendencias anteriores a la pandemia en 47 países cuando se levantaron los confinamientos: “Los datos resaltan la naturaleza dinámica del gasto en línea en España durante la covid, mostrando respuestas inmediatas a las medidas gubernamentales [es decir, confinamientos], fluctuando durante las diferentes olas epidémicas, pero regresando a valores ligeramente por debajo de la tendencia positiva a largo plazo una vez que se implementaron las medidas restrictivas”.

Productos esenciales como alimentos y bebidas fueron los que más impulsaron el incremento de las ventas online, que se desinfló una vez levantadas las restricciones a la movilidad. Otras categorías, como textiles y calzado, que ya marchaban viento en popa en internet, registraron un aumento sostenido que se mantuvo tras los confinamientos. Distinto fue el caso de la hostelería: su participación en el canal virtual se disparó a medida que las empresas se adaptaron a la nueva realidad pandémica, pero fue efímero. Su cuota online volvió a la tendencia precovid a principios de 2024.

También hay diferencias en función de edad y género. “Aunque todos los grupos utilizaron progresivamente más el comercio electrónico a medida que aumentaron las restricciones pandémicas, el comportamiento de los diferentes grupos durante la pandemia (es decir, el pico y la velocidad de retorno a la tendencia) fue diferente”. resume el documento.

Los menores de 35 años, el grupo que más usaba el comercio electrónico antes de la pandemia, fue el que más disparó su consumo en línea durante los confinamientos —del 15% al 23%—, además de ser el único que mantuvo la tendencia por encima de la época precovid una vez levantadas las restricciones. También los usuarios entre 35 y 45 años elevaron el porcentaje de sus compras por internet, pero la tendencia volvió a ser la misma registrada antes de marzo de 2020 cuando se terminó el confinamiento; para los más mayores el aumento fue temporal, y a principios de 2024 registraron tasas por debajo de la tendencia precovid. “La cohorte más joven [menor de 35 años] es la única en la que las cuotas de comercio electrónico se mantienen por encima de la tendencia”. Las mujeres, por otro lado, son más propensas a comprar en línea; la brecha con los hombres, de unos dos puntos, se amplió hacia el final del periodo analizado.

El estudio se basa en una muestra de 1.000 clientes de BBVA a los que se les hizo un seguimiento entre enero de 2017 y diciembre de 2022. El estudio se centra en el consumo particular; no están incluidos autónomos ni empresas. En total, 1,8 millones de transacciones, el 40% de ellas con tarjeta —30% con plástico físico y 10% en línea—, por valor de 110 millones de euros.

Trabajo en remoto

El estudio menciona varias hipótesis para explicar el aumento de la participación del comercio electrónico durante la pandemia, desde el comportamiento compulsivo, la planificación, el acaparamiento o el miedo. Todas estas hipótesis “sugieren que el shock no dejaría un efecto permanente en el comportamiento de los consumidores”. Además, a diferencia del teletrabajo, muy poco difundido antes de la covid, las compras por internet ya suponían una modalidad de comercio asentada. Es decir, muchos trabajadores probaron el trabajo en remoto por vez primera durante la covid, pero fueron muchos menos los nuevos usuarios del comercio electrónico.

“El comercio electrónico requiere menos coordinación entre compradores y vendedores que entre empleadores y empleados”, destaca el estudio. “Tanto los empleadores como los empleados deben ponerse de acuerdo sobre trabajar desde casa. Una vez que las prácticas organizativas cambian, volver a cambiarlas tiene un costo. Esto es menos relevante para el comercio electrónico. Alguien puede comprar hoy en línea y volver a comprar en persona mañana”, explican los autores.

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Sobre la firma

L. D. F.
Es redactora en la sección de Economía de EL PAÍS y está especializada en Hacienda. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Trieste (Italia), Máster de Periodismo de EL PAÍS y Especialista en Información Económica por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
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