Acuerdos estatales y autonómicos de negociación colectiva
El PNV discute con el Gobierno un cambio en las reglas de juego. Las propuestas consisten en desactivar la confianza en la autonomía negociadora
Los acuerdos interprofesionales y sectoriales, estatales o autonómicos, pactados entre las organizaciones sindicales y patronales legalmente legitimadas conforme a su representatividad, pueden regular la estructura de la negociación colectiva. La Ley remite, así, a la autonomía negociadora, las reglas de aplicación de los convenios colectivos sectoriales, en sus distintos niveles territoriales. Esta confianza en los sujetos colectivos legitimados para negociar estos acuerdos estatales y autonómicos ha dado buenos resultados porque muchos sectores tienen articulada su negociación colectiva, con distintos modelos que encajan en sus singularidades productivas o económicas. Los acuerdos sectoriales, especialmente estatales, de negociación colectiva reparten las materias laborales, incluyendo salarios, con opciones centralizadas o descentralizadas, en las provincias, desde la virtud del pacto sindical y patronal. Estos acuerdos favorecen la unidad de mercado, la libre competencia, la paz social y la articulación entre niveles negociadores con consecuencias económicas positivas.
Esta regulación tiene, sin embargo, un punto de fricción en la convivencia entre acuerdos estatales y autonómicos de negociación colectiva, como ha puesto de manifiesto la presencia de un acuerdo interprofesional en el País Vasco muy condicionado por este conjunto de acuerdos sectoriales estatales. Ello explica que el PNV esté negociando con el Gobierno un cambio en las reglas de juego de la negociación colectiva. Las propuestas que se están planteando consisten en desactivar esta confianza en la autonomía negociadora y otorgar, por Ley, prioridad aplicativa a los convenios colectivos autonómicos y provinciales, con o sin un mínimo sectorial estatal. Es una opción muy intervencionista, que entra de lleno en el núcleo duro de la autonomía colectiva, y excesivamente agresiva, porque puede disgregar la negociación colectiva con efectos perniciosos para nuestra economía y mercado de trabajo. Para solucionar este problema, que existe, la convivencia no resuelta entre estos acuerdos estatales y autonómicos, se pone en riesgo todo un sistema de negociación colectiva que funciona correctamente.
Es posible una salida que favorece la autonomía negociadora, mantiene las virtudes del actual modelo y da mayor espacio a los acuerdos autonómicos. Basta con dar prevalencia aplicativa a los acuerdos interprofesionales autonómicos de negociación colectiva, donde se pacten —ya hay uno en el País Vasco— frente a los acuerdos interprofesionales y sectoriales estatales. Con esta medida sencilla se solucionaría este problema sin matar moscas a cañonazos.
Jesús Lahera Forteza es catedrático de Derecho del Trabajo en la Universidad Complutense e investigador de FEDEA.
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