La empresa española suspende en digitalización: cae el uso de inteligencia artificial y de redes sociales
El 72% de las compañías españolas presenta un perfil digital poco desarrollado, por encima de la media europea (68%), de Portugal (65%), de Alemania (62%) o de Suecia (41%)
Las empresas españolas están peor digitalizadas que sus vecinas europeas. El 72% de las compañías presentan un perfil digital bajo o muy bajo, una proporción muy superior a la de las compañías portuguesas (65%), alemanas (62%) o suecas (41%), según datos de Eurostat recogidos en el estudio Digitalización de la empresa española, elaborado por UGT y que adelanta EL PAÍS. “El sistema empresarial español continúa mostrando un retraso digital indigno de la cuarta economía de Europa″, indica en el informe su autor, José Varela, responsable de digitalización del sindicato. En él destaca que la mayoría de valores que miden las mejoras tecnológicas en una compañía se han estancado, pero incluso hay valores reseñables que retroceden: en 2023 había menos empresas españolas que utilizaban las redes sociales o la inteligencia artificial que en 2022.
Es particularmente llamativo el retroceso respecto a la inteligencia artificial (IA), la tecnología que más atención despierta en los últimos meses. Según los datos del INE, a partir de los cuales UGT elabora su informe, el 9,55% de las empresas usó esta tecnología en 2023. Esta proporción supone un retroceso de 2,28 puntos respecto al año anterior, un “sonoro pinchazo” según el estudio, “que contrarresta el incremento de 2022 (+3,5%)”. El informe indica que es pronto para sacar conclusiones, pero que este retroceso puede deberse a “una adopción fallida por parte de las empresas” en 2022, “que acaban desechando su implantación definitiva”. Esto no anticipa que no vaya a crecer a futuro, pero sí sugiere un aplanamiento en sus primeros compases.
A largo plazo, la previsión de los organismos internacionales es que la inteligencia artificial destruirá algunos empleos fácilmente automatizables. Pero, a la vez, esos puestos suprimidos se verán ampliamente compensados por nuevos puestos de trabajo, muchos de ellos relacionados con la IA. Es decir, no caerá la necesidad de población trabajadora. Pero, a la vez, como señalaba un informe distribuido recientemente por el FMI, sí habrá cambios importantes en las tareas y las funciones necesarias. En las economías avanzadas afectará al 60% de los empleos.
El informe de UGT también recoge un retroceso en el uso de las redes sociales. En 2023 las utilizaban el 63,57% de las compañías, 2,95 puntos menos que el año anterior. “Es muy llamativo. Quizás responda a una proyección del abandono de usuarios de algunas de las redes sociales más tradicionales, quizás sea la prueba contable de la retirada de las marcas ante el contexto convulso de alguna de las redes más populares”, indica Varela.
También se registran caídas tanto en la porción de empresas que permiten el teletrabajo (un 33,18%, un 5,38% menos) como en el número de empleados que teletrabajan regularmente (18,9%, un 0,68% menos), pero el autor del informe destaca que justo estos resultados deben ser analizados con cautela. Datos del INE más recientes que los utilizados para este estudio recogen un repunte del teletrabajo en los últimos meses. Varela cree que este salto reciente se debe al desbloqueo de muchos convenios colectivos en el segundo semestre del año, que al actualizarse ahora incluyen la opción de teletrabajar. Así, en el último trimestre de 2023 teletrabajaban más de tres millones de personas, la mayor cifra desde principios de 2021 y que dobla a la registrada antes de la pandemia (1,44 millones en 2018).
“En el apartado positivo”, continúa el informe, “destacar el aumento de empresas que venden por internet (+1,7% interanual), que corrobora dos ejercicios consecutivos en franca progresión (del 26,9% de 2021 al 31,7% de 2023). Confirma además esta buena perspectiva que el e-commerce se apoye en tecnologías de atención al cliente como el seguimiento online de pedidos (+2,4 respecto a 2018)”. También destaca el aumento del uso de la nube (cloud), que crece un 3% respecto a 2021.
Retraso respecto a Europa
Más allá de estas métricas particulares, con una mirada más amplia, España arroja cifras negativas respecto a sus vecinos europeos. Tomando como referencia el índice de intensidad digital de Eurostat, UGT indica que “los resultados dejan en muy mal lugar a las empresas españolas”.
En España, el 71,7% de las empresas presenta un perfil digital bajo o muy bajo, casi cuatro puntos más que la media de los Veintisiete (67,6%). El dato de España es bastante peor que el de países de referencia como Alemania (61,9%) o Portugal (64,5%), pero, a la vez, es mejor que el de Italia (72,2%) o el de Francia (78,1%). Los mejores datos son los de Finlandia (43%), Dinamarca (42,2%) y Suecia (40,9%), y los peores los de Macedonia del Norte (88,9%), Bulgaria (82,1%) y Grecia (80,9%).
El informe (que cumple su quinta edición) indica que hay una mejora respecto a años anteriores, pero “insuficiente” en comparación con “los esfuerzos que realizan nuestros vecinos y competidores”. “En la España de 2015 el número de empresas con muy bajo nivel de intensidad digital era de un 38%. En 2019, descendió al 36% y ahora se sitúa en el 32% (-6 puntos). Comparativamente, Francia inició esta marcha en 2015 con un 45% y ahora se coloca en 35,5% (casi diez puntos menos). Irlanda tenía un 40% de empresas sin apenas digitalizar; siete años después, solo un 15% de sus compañías se consideran empresas poco digitalizadas”, añade.
El tejido productivo español explica buena parte de los datos negativos, comenta el estudio. Las peores tasas de digitalización se dan en las empresas pequeñas, precisamente el tipo de compañía más común en España, en un grado mucho mayor que en la mayoría de países europeos. “Mientras las grandes empresas lideran esta transformación, las pequeñas se quedan muy atrás, declinando o renunciando a digitalizarse. Un problema muy serio, estructural y reiterado, que afecta decisivamente a la capacidad competitiva de nuestra economía”. Cuanto menor es una compañía, normalmente, menor es su productividad y menos puede invertir en innovación.
“En España todavía una de cada tres personas trabajadoras no usa un ordenador mientras realiza sus actividades laborales. Si bien es cierto que en nuestro tejido productivo aún priman empleos en la construcción, agricultura o similares, la cifra es demasiado elevada”, indica el informe. En la misma línea, seis de cada diez empleados españoles no tienen un dispositivo portátil de uso empresarial.
El informe termina con una serie de recomendaciones: desplegar los acuerdos de empresarios y sindicatos sobre transición tecnológica; fomentar la formación; concretar presupuestos suficientes para ello; incentivar que las empresas aumenten radicalmente su inversión en nuevas tecnologías; y favorecer la creación de empresas de mayor tamaño.
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