Andalucía toma el relevo como epicentro de las protestas agrarias: “¡No nos van a echar del campo!”
El arranque de la Vuelta a Andalucía 2024 se suspende por la falta de guardia civiles, que vigilaban las carreteras. Agricultores bloquean la Asamblea de Murcia y zarandean el coche de López Miras
Andalucía se ha convertido este miércoles en el epicentro de las protestas de los agricultores y ganaderos por la precaria situación del campo. Las manifestaciones ―todas autorizadas y debidamente comunicadas― han sido convocadas por las principales organizaciones agropecuarias ―Asaja, COAG, UPA y Cooperativas Agroalimentarias― bajo el lema Por un campo vivo, por unos pueblos vivos. Las protestas han provocado cortes de tráfico intermitentes e incluso el bloqueo durante unas horas del puerto de Motril (Granada). Todas las concentraciones se han desarrollado sin incidentes reseñables, salvo la que ha provocado la suspensión de la primera etapa de la Vuelta a Andalucía 2024, que no ha podido tomar la salida porque los guardias civiles en ese momento estaban controlando la seguridad en las carreteras. En Murcia, cientos de agricultores del Campo de Cartagena han cortado el tráfico del paseo de Alfonso XIII y han bloqueado las salidas delantera y trasera de la Asamblea Regional para impedir que saliera el presidente de la comunidad, Fernando López Miras, según informa la Cadena SER. Además, su coche oficial fue zarandeado, de modo que tuvo que volver al garaje. Tras un posterior encuentro de López Miras con los agricultores y prometerles que la consejera del ramo se reunirá con ellos el próximo lunes, las casi 200 personas que se concentraban ante el parlamento autonómico han abandonado la protesta.
Aislar la capital andaluza se había convertido en uno de los principales objetivos de los convocantes y, aunque sí se han cortado al tráfico las principales arterias que llevan y salen de Sevilla, el discurrir de la ciudad apenas se ha visto alterado más allá de una menor congestión del tráfico en las entradas y salidas. Las mayores retenciones se han producido en la A-49, a la altura de Benacazón, donde los manifestantes iniciaron a pie el recorrido de siete kilómetros hasta llegar a la vecina localidad de Umbrete y que sí ha colapsado la circulación en ambos sentidos provocando colas kilométricas. Cándido, transportista, ha sido uno de los afectados, pero ha llevado con deportividad el hecho de estar plantado en la carretera casi cinco horas. “¿Qué le vamos a hacer? No me importa esperar, entiendo sus reivindicaciones. Es lo que toca”, comentaba con resignación. En Los Palacios, donde también se ha cortado al tráfico la AP-4, otro conductor no ha sido tan comprensivo y ha sido detenido por la Guardia Civil tras amenazar a los manifestantes con un palo de madera.
Entre esas reivindicaciones, los representantes de la comunidad que más contribuye a la producción agrícola del país reclaman de manera prioritaria que se cumpla la ley de la cadena alimenticia. “Si no se dota de inspectores suficientes, es como regular el tráfico sin guardias civiles ni policía; no se puede”, decía Manuel Piedra, responsable de la organización UPA en Huelva, mientras se perdía en la marea de chalecos amarillos que iniciaba la marcha en ese tramo de la A-49.
En Carmona, en la A-4, otro de los puntos donde se ha bloqueado prácticamente el tráfico —aunque se ha dejado abierta una vía para los vehículos que circulaban hacia Córdoba―, Miguel López, secretario general de COAG Andalucía, hacía un alegato en defensa de su oficio. “Entre el Pacto Verde, gestionar la burocracia, las importaciones para favorecer la entrada de productos de terceros países sin control, se está produciendo una maniobra para sustituirnos por los fondos de inversión y no lo vamos a tolerar”, señalaba López, quien llamaba la atención sobre cómo para un sector donde la media de edad es de 65 años, adaptarse a las exigencias tecnológicas y burocráticas que impone Bruselas es “inasumible”. “Esto que teóricamente debería ser positivo nos está generando una asfixia en cuanto a gestión que no podemos asumir. Hay que tener en cuenta que somos explotaciones de tamaño medio”, lamentaba.
Sobre las 14.00, el límite permitido por las autoridades para mantener las protestas, los agricultores han ido disolviéndose y subiéndose a sus tractores. Las palabras “ruina” y “supervivencia” eran las que más se comentaban entre los compañeros. Casi tres horas después, solo a la altura de Estepa, en la A-92, el tráfico seguía siendo lento.
La A-4 también ha sido protagonista de las manifestaciones un poco más arriba, a la altura de Guarromán, en la provincia de Jaén. Allí unos 3.000 agricultores han concentrado sus protestas interrumpiendo la circulación durante tres horas, hasta la una de la tarde. Los congregados han hecho una ruta a pie de cuatro kilómetros al ritmo del mítico tema de Jarcha Andaluces de Jaén. Los convocantes han estado acompañados por varios alcaldes del PP. En línea con la declaración institucional que el martes aprobaba la Junta andaluza, estos han defendido que sus reivindicaciones “eran justas”. Paralelamente a esta manifestación, autorizada por la delegación del Gobierno, la plataforma 6-F se ha concentrado a la altura de La Carolina, también en la A-4, sin protagonizar incidentes relevantes.
Vuelco de un camión con tomates de Marruecos
El puerto de Motril, en Granada, era otro de los lugares marcados en rojo por las organizaciones agrícolas, para señalar su repulsa a la competencia desleal con los productos extracomunitarios, otra de las principales reivindicaciones del campo español. Bajo el lema No importación de terceros países, 300 personas a pie y sin tractores se plantaron en los accesos al puerto, retrasando las entradas y salidas de camiones de la instalación portuaria. Fuentes del puerto de Motril han considerado “mínima” la incidencia del bloqueo, aunque sí ha afectado, por ejemplo, a una docena de camiones que han llegado en el ferry de Tánger. Llegaron a las ocho de la mañana y han tenido que esperar en el puerto hasta más allá de mediodía, hasta que la policía les ha dado paso. A las 12.30, ese mismo ferry ha iniciado la ruta inversa hacia Tánger, sin mayor dificultad porque los camiones que debían embarcarse estaban ya en el puerto desde el martes y no ha habido ningún retraso. Pasadas las 13.00, los agricultores comenzaron a abandonar el puerto y los accesos quedaron despejados.
En la A-44, la autovía que une Granada y Jaén, un grupo de agricultores se dio cita en una concentración no comunicada a 30 kilómetros de la capital, en el desvío de esa carretera con la que a Iznalloz, cortando la carretera en ambos sentidos desde las ocho de la mañana y durante una hora. En ese intervalo, se vivió un momento de tensión, cuando los congregados tiraron la carga de tomates Cherry que un camión transportaba desde Marruecos.
El efecto inesperado de este supermiércoles agrícola en la comunidad ha sido la suspensión de la primera etapa de la Vuelta a Andalucía, una prueba ciclista que comenzaba hoy en Granada, con un recorrido entre Almuñécar y Cádiar, desde la costa hasta la Alpujarra granadina. Según la organización, estaba prevista la presencia de un centenar de agentes de la Guardia Civil para acompañar la prueba, pero han sido desplazados a sus comandancias para mantener el orden en las concentraciones de los agricultores.
Detención en Antequera
En esta semana, la provincia de Málaga se ha acostumbrado a las protestas agrícolas, a las que hoy se han sumado las principales organizaciones del sector con manifestaciones autorizadas, que han congregado a 155 tractores y 160 personas a pie, según la Subdelegación del Gobierno. El punto más conflicto ha sido la carretera A-384 a la altura del municipio de Almargen, en el interior de la provincia. En todas las concentraciones, la Guardia Civil ha habilitado corredores para que pudieran pasar los coches.
“Esto va a seguir”, advirtió a mediodía Baldomero Bellido, portavoz de Asaja en Málaga. “Estamos asfixiados por el rumbo que ha cogido la Unión Europea”, insistió el representante de la organización, que ha mostrado “total comprensión con todos los movimientos que han salido a la calle desde el día 6″. En uno de esos bloqueos al centro logístico de Antequera, fue detenido un hombre de 24 años que, supuestamente, agredió a varios agentes. La Fiscalía lo ha acusado como presunto autor de un delito de atentado, tras frustrarse un intento de acuerdo con el agricultor, que será juzgado en el mes de diciembre.
Cortes en Girona
En Girona, los payeses han puesto fin este miércoles al corte de la autopista AP-7, que mantenía bloqueado uno de los accesos con Francia. El martes, los agricultores habían cruzado sus tractores en esta vía y en la N-II a la altura de Pontós para quejarse de las medidas antisequía, de la excesiva burocracia y del impago de las subvenciones. En un ambiente festivo, con rock catalán y una fideuá gigante para más de 200 personas, los payeses de Girona han vuelto a lanzar sus reivindicaciones antes de poner fin, hacia las 15.45, al corte de carreteras, no sin antes anunciar que volverán a movilizarse el próximo 28 de febrero.
Fiasco en Madrid
Por su lado, la protesta convocada en Madrid ha sido un fracaso. Las asociaciones principales tenían previsto reunir cerca de medio millar de agricultores y 20 tractores en la entrada de Mercamadrid, el mayor centro de distribución de alimentos de España, pero apenas han acudido alrededor de 30 personas. Las asociaciones agrarias culpan a la Delegación de Gobierno por haber cambiado el sitio del encuentro a escasos días de que se produzca la manifestación.
El órgano territorial dispuso, a través de un comunicado escrito, que los manifestantes solo podrían juntarse en “las zonas peatonales que hay en el Centro de Transportes de Madrid”, a un kilómetro de distancia de la entrada del centro logístico. Esto impedía cumplir el objetivo principal de la protesta, que era ralentizar la entrada y salida de camiones de distribución.
La mayoría de los agricultores no vieron bien el cambio “porque les designaron un espacio con escasa notoriedad en una parte apartada del polígono”, explica Jesús Anchuelo, presidente de Asaja en Madrid. Ante la respuesta del Gobierno, la mayoría de los participantes desistieron de ir a la protesta, añade.
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