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Seat retrasa a 2026 la fabricación de coches eléctricos en Barcelona

La marca española de Grupo Volkswagen prevé ensamblar 475.000 vehículos el próximo ejercicio, en plena reconversión de la planta de Martorell

SEAT Barcelona
Una mujer trabaja en la fábrica de Martorell de Seat.
Dani Cordero

El inicio de la fabricación de coches eléctricos en la planta de Seat de Martorell (Barcelona) se retrasará un poco más de lo previsto, unos seis meses, y no será una realidad hasta 2026. El retraso se vincula a la adaptación de las plataformas de las baterías que montarán esos vehículos, los más pequeños de Grupo Volkswagen. En la factoría catalana se ensamblarán los modelos para Volkswagen (ID.2) y Cupra (Raval), que tienen que convertirse en la punta de lanza de la democratización de los coches cero emisiones del consorcio alemán, además de los que se produzcan para Skoda en la factoría de Navarra.

Fuentes sindicales han indicado que los primeros coches eléctricos saldrán de Martorell durante el primer trimestre del año, mientras que un portavoz de la compañía, sin negar esa nueva fecha, mantiene que el estreno se prevé a partir de 2025. Una de las dudas, es si esos primeros vehículos montarán celdas de baterías fabricadas en la gigafactoría que se está construyendo en Sagunto (Valencia) o si se tendrá que tirar de la planta alemana de Salzgitter, la primera impulsada en solitario por el consorcio alemán a través de su filial Powerco.

En todo caso, la remodelación necesaria de la fábrica, que ha obtenido ayudas tanto del Gobierno como de la Generalitat, se iniciará el próximo año. Una de las tres líneas de ensamblaje ahora en marcha, en las que se fabrican los modelos de los Seat Ibiza y Arona, se desmontará para ser sustituida por la nueva. Esa producción irá a la cadena donde se fabrica ahora el Audi A1. La cadena del Seat Leon y del Cupra Formentor seguirán como hasta ahora.

Este jueves está prevista una reunión entre la dirección de la empresa y el comité de empresa para negociar el calendario laboral de 2024. El objetivo que se ha impuesto Seat es ensamblar, pese a contar con una línea menos, un total de 475.000 vehículos en Barcelona, una cifra que los sindicatos consideran muy positiva y que aporta tranquilidad a la plantilla. Como todas las cifras, la previsión está sujeta a cambios y puede buscar asegurarse los componentes necesarios en función de la realidad de la producción. Es más sencillo adaptar una producción a la baja que hacerlo al alza, sobre todo por la cobertura de las piezas, que depende de Grupo Volkswagen.

Este año, por ejemplo, con un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) marcando el inicio del año por la falta de semiconductores, estaba previsto montar en torno a medio millón de vehículos, y finalmente concluirá con en torno a los 450.000, que ya es considerado un éxito: es una cifra muy superior a la media de unos 400.000 coches que se han ensamblado de media en la historia de la factoría.

Pero 2024 debe ser uno de los ejercicios más singulares en la historia de Martorell, que vivirá el pistoletazo de salida de los trabajos para electrificarla. Con el cierre de la línea de montaje número 1 seguirán las salidas pactadas por empresa y sindicatos, en torno a 1.300 prejubilaciones que tienen que formalizarse en cuanto los trabajadores cumplan los 61 años. Esa fue una de las medidas que se tomaron para asumir en Martorell la adaptación a la nueva era del coche eléctrico, que supone en torno a un 30% menos de horas de trabajos y provoca un excedente de esos centenares de empleados. Las personas que hayan asumido su marcha se aseguran un 70% de su salario hasta la edad definitiva del salario.

Récord de beneficios

Seat llega a este momento en un momento dulce para sus finanzas. En el tercer trimestre de este ejercicio había alcanzado un resultado operativo récord de 501 millones de euros. La razón de esa mejora en una compañía que se había acostumbrado a las pérdidas o a una baja rentabilidad es conocida: la revolución interna que ha llegado con el lanzamiento de Cupra, la marca de vehículos de mayor gama que está sustituyendo paulatinamente a la histórica Seat. Este año, hasta septiembre, la nueva enseña vendió 170.000 unidades, frente a las 220.000 de Seat. Esta, sin embargo, aporta menos de la mitad de los ingresos y los beneficios de la compañía española.

Uno de los grandes interrogantes que sobrevuelan Martorell, tanto la fábrica como el edificio de oficinas donde se toman las decisiones, es el futuro de Seat, que sigue sin tener relevo para sus vehículos de combustión y que apunta que se convertirá en una marca de electromovilidad. El presidente de Seat, Wayne Griffiths, señaló en una entrevista en CincoDías, que no había calendario para decidir el futuro de la marca española. “No tiene sentido poner fecha, porque dependerá mucho de la regulación y de qué van comprando los clientes”. Esa última referencia, la de la demanda, es otro de los interrogantes que planea en el sector: la venta de coches eléctricos apunta a cierta ralentización que provoca que los fabricantes estén siendo más cautos a la hora de ejecutar sus planes de electrificación.


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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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