Seat vuelve a los beneficios dos años después impulsado por los precios de venta de Cupra
El grupo Volkswagen anuncia una inversión de 180.000 millones de euros en cinco años, el 68% para la electrificación
Seat ha dejado atrás las pérdidas a las que le condenó la crisis económica vinculada a la pandemia. La compañía española de Grupo Volkswagen se sobrepuso a los problemas que colean todavía en la industria del automóvil (falta de suministros y encarecimiento de las materias primas y los suministros) y obtuvo un beneficio operativo de 33 millones de euros, una cifra tan alejada de los 445 millones de euros que ganó en 2019 como de los 233 millones que perdió en 2021. La cifra, además, tapa las provisiones por 244 millones de euros efectuadas para asumir la reducción de plantilla que comportará el paso a la fabricación de coches eléctricos en la planta de Martorell a partir de 2025. Esta cuantía consta en el informe anual del pasado ejercicio del grupo Volkswagen, elaborado según la contabilidad alemana. Está previsto que los resultados definitivos, con el resultado neto y según el modelo español, se comuniquen la próxima semana.
La compañía española obtiene esa mejora a lomos de Cupra (”impulsó la recuperación financiera de la compañía”, destaca el informe anual de Volkswagen), la marca que lanzó en 2018 en una aproximación a una enseña premium y con la que quería estirar el margen de beneficio que obtiene por cada vehículo vendido. La enseña ha acabado convertida casi en un salvavidas en los dos años de impacto coronavírico, puesto que Grupo Volkswagen ha optado por dar más protagonismo a los coches más rentables en el racionamiento de componentes a los que se ha visto obligado por el atasco global que ha sufrido el comercio mundial. De esa forma se explica que Cupra vendiera el pasado año 152.900 unidades, el 39,6% de los coches de toda la compañía española, mientras la histórica Seat perdía peso y languidecía en el ránking de ventas de España frente a las marcas asiáticas, que han gestionado mejor la falta de suministros. Cupra vendió un 92% más (152.900 vehículos) mientras que Seat las reducía un 40% (232.700 coches). Grupo Volkswagen destaca que es la marca europea con el perfil de clientes más joven.
Seat arrastra otro problema. Su futuro está desdibujado por la ausencia de modelos más allá de 2029 y sin que la compañía le haya dado un futuro como fabricante de coches apartándolo de la electrificación que, de momento, se ha quedado completamente Cupra. Previsiblemente, en Europa se prohibirá la venta de coches de combustión a partir de 2035. Justamente este martes la compañía ha anunciado su intención de que en 2025 uno de cada cinco vehículos vendidos sean totalmente eléctricos, frente al 7% actual. En la rueda de prensa para explicar los resultados celebrada en Berlín, a la que EL PAÍS ha sido invitado por Volkswagen, el consejero delegado del grupo, Oliver Blume, ha pedido “paciencia” sobre la incertidumbre que genera la falta de definición acerca de Seat. No ha dicho cuándo se tomará una decisión, pero ha señalado que están “trabajando en ello “ y que la decisión estará tomada antes de cinco años.
Todas las marcas del grupo obtuvieron beneficios operativos el pasado año. La más volumen de rentabilidad en el negocio fue Audi, que aportó 7.622 millones de euros, si bien la más rentable por vehículo es Porsche: aportó 6.423 millones. El grupo destaca el peso que tienen las marcas premium sobre las ventas. La marca madre, Volkswagen, que encabeza la ofensiva eléctrica de todo el grupo con su familia ID aportó 2.647 millones de beneficio operativo.
El grupo Volkswagen obtuvo el pasado ejercicio unos beneficios de 15.836 millones de euros, un 2,6% más que en 2021, gracias a la misma política que simboliza Cupra para Seat: más margen de beneficio por coche y de esa forma sobreponerse a la caída general de ventas que ha experimentado. La entrega de vehículos (8,2 millones en todo el mundo) fue un 7% menor y aun así las ventas se dispararon un 11,6%, hasta los 279.232 millones de euros.
Pese a esa situación, el grupo ha anunciado este martes su intención de invertir 180.000 millones de euros en el quinquenio 2023-2027 en las actividades más rentables, entre las que destacan el negocio de la fabricación de las celdas de baterías para coches eléctricos, aumentar su presencia en Norteamérica -ayer anunció el lugar donde ubicaría su primera gigafactoría en el continente, en la ciudad canadiense de St. Thomas- y en China. El 68% de ese esfuerzo se concentrará en la electrificación y digitalización de sus vehículos, 13 puntos más que en su última planificación.
En la rueda de prensa, Blume ha defendido la confianza que el grupo tiene en el mercado de capitales para reforzar sus inversiones. El consorcio alemán plantea la posibilidad de efectuar otras ofertas públicas de ventas de acciones como la exitosa de Porsche, si bien no han concretado qué compañías podrían ser las primeras.
Cese de Diess
Herbert Diess, anterior consejero delegado del grupo, acabó cesado de su cargo el pasado verano, aunque mantendrá su posición laboral hasta octubre de 2025, cuando acababa su contrato. A causa de ello, el ejecutivo no recibirá indemnización por despido, pero mantendrá su salario. En el informe del grupo se señala que Diess cobró el pasado año 7,9 millones de euros. Su remuneración fija se situaba en los 1,6 millones de euros, y el resto son complementos que incluyen planes de acciones y pensiones. Por su parte, su sucesor, Oliver Blume, ingresó un total de 7,3 millones, 1,8 millones de salario fijo. Blume asumió el cargo a la vez que compartía la función de primer ejecutivo en Porsche.
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