Acelerón en Murcia y Euskadi, frenazo en Castilla-La Mancha y Extremadura: la evolución de los salarios por comunidades
Los sueldos evolucionan en promedio al ritmo de la inflación en España. El detalle por regiones indica que en algunas se siguen contrayendo, mientras en otras crecen ligeramente
Los salarios crecieron un 3,46% en España hasta octubre, según la estadística de convenios colectivos del Ministerio de Trabajo difundida este viernes. Es la mayor alza desde 2008, cuando el incremento anual cerró en un 3,6%. La cifra es algo mejor si el foco solo se centra en los convenios firmados en 2023, que aceleran un 4,19%. Otras fuentes apuntan en la misma dirección: los salarios en las grandes empresas aumentaron un 4,3% interanual en septiembre, según la Agencia Tributaria. Y, pese a estos incrementos, el poder adquisitivo de los trabajadores apenas cambia. Se limita a resistir —después de dejarse más de cinco puntos el año pasado—, ya que los precios han crecido de media hasta octubre un 3,63%, casi lo mismo que las remuneraciones de los trabajadores. Pero hay un matiz importante: hay comunidades autónomas que sí doblan el brazo a la inflación este año, como Murcia y el País Vasco, que se anotan incrementos superiores a la media. Otras siguen perdiendo poder de compra, como Castilla-La Mancha y Extremadura.
La mejor cifra es la de Murcia, donde los sueldos por convenio con efectos económicos en 2023 han crecido un 5,18%, casi dos puntos más que la media. “Es un dato positivo”, dice Víctor Romera, secretario de Empleo, Acción Sindical y Negociación Colectiva de CC OO Región de Murcia. Explica que este incremento tan alto se debe principalmente a la renovación del convenio de hostelería, que al fin se ha actualizado tras muchos años bloqueado. “Afecta a 45.000 personas. Es importantísimo”, añade Romera. Un reportaje reciente de este periódico ilustraba este desfase: antes del nuevo convenio, un trabajador de hotel murciano cobraba el salario mínimo (1.080 euros brutos), mientras que en Málaga, trabajando para la misma empresa con la misma categoría, percibía unos 600 euros más al mes. También ha mejorado el convenio provincial de la industria del metal.
Los sucesivos incrementos del salario mínimo (ha crecido un 47% desde 2018) han ayudado a mejorar todos los sueldos, ya que las tablas han ido quedándose desactualizadas. Hasta tal punto que jefes y empleados rasos cobraban lo mismo, lo que empuja las retribuciones al alza cuando se renegocia el convenio.
Con todo, Romera matiza: “Seguimos siendo una de las comunidades con el salario más bajo”. El sueldo medio anual en Murcia era en 2021 (último dato disponible) de 23.281 euros brutos anuales, 2.600 menos que la media nacional. “Algunos convenios están mejorando, pero este dato es un poco engañoso. Partimos de una situación mucho peor que la de otros territorios”. Una de las cifras que sustenta el argumento de este sindicalista es que en 2022 el incremento fue muy inferior (2,4%), lo que hace más plausible que el alza de 2023 se explique únicamente por mejoras puntuales de convenios que afectan a muchos trabajadores.
En el País Vasco, la comunidad con el segundo incremento más alto en 2023 (4,99%), sí hubo un alza parecida en 2022, del 5,07%. Daniel González, secretario de Política Sindical e Institucional de UGT-Euskadi, cree que la negociación colectiva está funcionando en su comunidad autónoma: “Todos nos hemos puesto las pilas. Las empresas se han encontrado una situación favorable y los trabajadores hemos hecho todo lo posible para no perder poder adquisitivo. Y en esa situación nos hemos puesto a negociar”.
En el País Vasco las actividades industriales tienen un peso mucho mayor en la economía que en el resto de España, un sector más productivo que la hostelería o la agricultura, predominantes en otras zonas del país. Y a más productividad, normalmente, mejores salarios. Las mejores retribuciones del país se perciben en Euskadi: 31.064 euros brutos al año en 2021, 5.000 más que la media. Además, los sindicatos tienen mucha más fuerza en estas actividades, con plantillas amplias y comités sólidos, que en sectores compuestos principalmente por empresas pequeñas. “La inflación”, continúa González, “ha sido el detonante para que muchos convenios se actualicen”.
Francisco Morcillo, secretario de Política Institucional y Empleo de UGT Extremadura, alude precisamente al tejido productivo para explicar por qué los salarios crecen tan poco en su comunidad autónoma (2,85%, seis décimas menos que la media nacional). “No es lo mismo pedir subidas salariales a las patronales del campo que a las de la industria. Nuestro modelo económico, con tanto peso del sector primario, nos lo pone muy difícil”, denuncia Morcillo. “Cuando compañeros de otros territorios me hablan de reindustrialización, yo les contesto que nosotros ni siquiera estamos en ese punto. Tendríamos que industrializarnos primero”, lamenta.
El sindicalista extremeño apunta a la oportunidad que abre la energía verde, pujante en la comunidad. “Las plantas de energía renovable no generan mucho empleo, solo de mantenimiento. Pero sí hay más oportunidades en industrias que se instalen aquí para situarse cerca de fuentes de energía barata”. Pone como ejemplo la fábrica de baterías de Envision en Navalmoral de la Mata (Cáceres), a la que el Ministerio de Industria adjudicó 300 millones de euros del PERTE del vehículo eléctrico.
El menor incremento salarial es el de Castilla-La Mancha, un 2,76%. Así, estos salarios recogidos en convenio se dejan casi un punto de poder adquisitivo solo este año, lo que se suma al terreno perdido en 2022. “La dispersión de los trabajadores del sector primario, el principal aquí, complica mucho que se organicen para reclamar mejoras salariales”, lamenta Nunzia Castelli, secretaria de Acción Sindical de CC OO en Castilla-La Mancha. También apunta a la alta tasa de informalidad, es decir, de trabajadores sin contrato o que no cotizan todo lo que trabajan. “Nos cuesta que empresas y patronales cumplan la ley, imagínate que suban los sueldos”, añade Castelli, que recuerda los beneficios récord de las empresas en 2022.
Salamanca y Cuenca, máximo y mínimo
La evolución de las retribuciones también está por debajo de la media nacional en Madrid (3,41%), Andalucía (3,24%), Asturias (3,11%) y la Comunidad Valenciana (2,85%). Como en Murcia y Euskadi, está por encima del promedio y no pierde poder adquisitivo en Aragón (4,42%), Baleares (4,2%), Navarra (4,1%), Castilla y León (3,73%) y La Rioja (3,63%). Los salarios también crecen más que la media nacional en Cantabria (3,61%) Canarias (3,58%), Galicia (3,5%) y Cataluña (3,46%), pero se ven superados ligeramente por los precios. El detalle por provincias pone a la cabeza los incrementos de Salamanca (7,33%), Gipuzkoa (6,43%) y Murcia (5,18%) y a la cola los de Huelva (2,44%), Sevilla (2,38%) y Cuenca (1,7%).
Para corregir estas pérdidas de poder de compra, sindicatos y patronal firmaron en mayo un pacto que insta los empresarios a subir los salarios un 4% en 2023, el llamado Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC). El acuerdo salarial marca un camino de subida de otro 3% en 2024 y el mismo incremento en 2025, ambos susceptibles de sumar un 1% extra si la inflación supera esas subidas el año anterior. Si se cumplen las previsiones del Fondo Monetario Internacional, esa senda tampoco serviría para ganar poder adquisitivo en 2024, ya que la inflación en España será de un 3,9%. Según el Banco de España, 2023 terminará en un 3,6% de media y el año que viene, en un 4,3%. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, augura que el poder adquisitivo de los españoles no se recuperará al menos hasta 2026.
La estadística de convenios no recoge todos los salarios del país, sino aquellos regulados por convenios colectivos con efectos económicos conocidos y registrados. El último dato, de octubre, es una foto fija de cómo han cambiado para 10,16 millones de trabajadores, algo menos de la mitad del total de empleados.
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