El fondo británico Zegona compra el 100% de Vodafone España por 5.000 millones
La firma podrá seguir utilizando la marca durante una década y se compromete a pagar a la ‘teleco’ 110 millones al año por este y otros servicios
Era un secreto a voces y ya es una realidad. El fondo británico Zegona ha cerrado este martes la compra del 100% del negocio de Vodafone en España a cambio de 5.000 millones de euros, según ha confirmado este martes la entidad en un comunicado. “Estamos muy ilusionados con la oportunidad de volver al mercado español de telecomunicaciones. Esta atractiva adquisición supone nuestra tercera operación en España, tras el éxito de Telecable y Euskaltel”, ha afirmado el presidente y consejero delegado de Zegona, Eamonn O’Hare.
La transacción incluye un acuerdo de licencia que permitirá al fondo utilizar la marca Vodafone en España “durante un periodo de hasta 10 años”. “Vodafone y Zegona suscribirán otros acuerdos transitorios y a largo plazo para servicios que incluyen el acceso a la contratación, IoT [internet de las cosas, por sus siglas en inglés], itinerancia móvil y servicios de operador”, añade la firma financiera.
El primer pago, de 4.100 millones de euros, será en efectivo. Más adelante, otros 900 millones de euros se abonarán en forma de acciones preferentes reembolsables. Este segundo tramo puede tardar hasta seis años en ejecutarse. Zegona tiene líneas de deuda totalmente comprometidas por valor de 4.200 millones de euros. Y tiene la intención de obtener capital mediante una colocación institucional de nuevas acciones propias a inversores antes de completar la transacción.
La operación necesitará la luz verde del Gobierno, por el escudo antiopas, de Bruselas y de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El fondo británico —ni mucho menos grande: no tienen ni siquiera oficinas en Londres— confirma, no obstante, en tener el trato completamente cerrado en el primer trimestre del año que viene. El siguiente paso será ofrecer sus redes al resto de grandes operadores en España para lograr una “mayor optimización”: “Contactaremos con Orange-MasMóvil [cuya fusión está a la espera del visto bueno comunitario] y con Telefónica para buscar fórmulas que aseguren que los activos que tenemos van a ser utilizados al máximo”, ha desvelado O’Hare en una entrevista con la agencia Reuters. Entre ellos, el citado uso de la marca o el roaming para los clientes de la británica que viajen a España.
Poco después, en una rueda de prensa, el primer ejecutivo de Zegona ha desvelado su intención de fichar a un viejo conocido del fondo —el exconsejero delegado de Euskatel, José Miguel García—, para ponerlo al frente de Vodafone España. Y ha asegurado que su prioridad será la “simplificación” de la gestión de la empresa. Los sindicatos UGT y CC OO han mostrado este martes su preocupación por posibles recortes de personal en los próximos meses, a tenor del perfil del comprador.
“Harán dinero, como ya lo hicieron en Telecable y Euskaltel. Los números salen”, augura una alta fuente del sector, que cree que su gran estrategia será “arbitrar” con los activos. “Lo más lógico es que antes o después lleguen a un acuerdo con Orange o con Telefónica para traspasar la cartera de clientes, con un anticipo por parte de la parte compradora. Y también es posible que vendan la unidad de empresas”. El resultado será, en cualquier caso, más consolidación de un sector, el de telecomunicaciones, que en los últimos años ha tendido a la atomización y a la baja rentabilidad.
Adiós a España un cuarto de siglo después
“La venta de Vodafone España es un paso clave en el ajuste de nuestro tamaño para crecer, y nos permitirá focalizar nuestros recursos en mercados con estructuras sustentables y suficiente escala”, ha apuntado la consejera delegada del grupo, Magherita Della Valle, en un comunicado. El español, agrega la ejecutiva, ha sido un mercado “desafiante”, con “retornos estructuralmente bajos”. “Mi prioridad es crear valor a través del crecimiento y de la mejora de la rentabilidad”.
La presencia de Vodafone en España se remonta a finales del año 2000, cuando compró el entonces segundo operador del mercado móvil nacional (Airtel) y meses después le puso su marca. Eran los años de fuerte crecimiento en nuevos mercados. Ahora, el grupo británico recorre el camino inverso: repliegue en las áreas geográficas menos rentables para reducir deuda y concentrar sus esfuerzos en los lugares en los que más réditos obtiene.
La reestructuración de la matriz, que cotiza en zona de mínimos de las dos últimas décadas, incluyen también severas reducciones de plantilla en prácticamente todos los países en los que mantienen su presencia. Este martes, España se ha caído de la lista.
Desde que Vodafone España adquirió Ono en 2014 por 7.200 millones de euros, su trayectoria ha ido de mal en peor, con caída de ingresos y rentabilidad continuada y la pérdida de miles de clientes a manos de la competencia. La cantidad pagada por la cablera, que contaba con una tecnología obsoleta (HFC) que ha sido rebasada totalmente por la fibra óptica, se demostró desorbitada y ha sido un lastre del que la filial española no ha podido levantarse.
En este último periodo, la filial española ha cambiado tres veces de consejero delegado. Ha sufrido dos depreciaciones contables multimillonaria. Y hasta cuatro expedientes de regulación de empleo. El actual consejero delegado, Mario Vaz, que tomó posesión de su cargo el pasado mes de abril, ha presentado un nuevo plan estratégico al grupo para remontar las maltrechas cuentas de la filial, pero sus resultados futuros son inciertos.
Vodafone España facturó 3.907 millones de euros en su último año fiscal, que terminó el pasado 31 de marzo, un 6,5% menos en el ejercicio fiscal anterior, y un beneficio bruto de explotación ajustado (ebitda ajustado) de 947 millones de euros, un 1,04% menos. La filial española fue la que peor se comportó del grupo.
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