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La fiebre de las oposiciones: cuánto cuesta un sueldo para toda la vida

La preparación de una oposición en una academia exige inversiones que van desde 1.000 a más de 15.000 euros

Giacomo Arroyo, bombero que acaba de aprobar la oposición en la Comunidad de Madrid.
Giacomo Arroyo, bombero que acaba de aprobar la oposición en la Comunidad de Madrid.Santi Burgos
Raquel Pascual Cortés

Es el momento de opositar. Así lo defiende de forma entusiasta Puri Marín, jefa de estudios de la academia de preparación de oposiciones Jesús Ayala de Málaga, que, a partir de la pandemia, ha extendido su éxito por toda España y el extranjero. “Tenemos alumnos de Austria o Tailandia, que quieren lograr un empleo seguro para poder volver a su país”, asegura orgullosa Marín. Como ella, cientos de trabajadores de academias de oposiciones están desbordados ante la fiebre opositora generada por la mayor oferta de empleo público aprobada hasta ahora, con casi 40.000 nuevos puestos para este año. Y los que vienen próximamente, ya que la plantilla de empleados públicos está fuertemente envejecida y la mitad se jubilará en los próximos 10 a 15 años. Pero sacar una oposición, como es bien sabido, no es gratis en tiempo, pero tampoco en dinero, algo de lo que se habla menos.

Llegar a ser inspector de Hacienda le está costando a Miguel Guerrero García, además de meses de dedicación plena al estudio, alrededor de 1.500 euros al mes, que en su caso le pagan sus padres. Este melillense, que va a cumplir 27 años, se está preparando una oposición para un puesto en los niveles más altos de la Administración General del Estado (los denominados A1, que requieren ser licenciados universitarios), y lo hace a tiempo completo, hasta vive en el colegio César Carlos, donde residen exclusivamente titulados que preparan oposiciones a la función pública en los cuerpos superiores de la Administración.

Miguel Guerrero García, opositor a inspector de Hacienda.
Miguel Guerrero García, opositor a inspector de Hacienda. Álvaro García

La cuantía mensual que paga este aspirante a inspector de Hacienda se desglosa en algo más de 300 euros al mes que abona a la academia Centro de Estudios Financieros (CEF), a la que acude unas ocho horas semanales; a esto se suman 750 euros que cuesta el colegio mayor y el resto es dinero para gastos durante su estancia en Madrid. Además, hay que añadir alrededor de 500 euros para adquirir los temarios y una pequeña cantidad que garantiza la actualización de toda la normativa durante todo un año, un gasto que es de los que más valen la pena, según destacan todos los opositores consultados. Los preparadores calculan que para aprobar estas oposiciones del nivel A1, se tarda al menos 18 meses, por lo que su coste total estaría en una horquilla de entre unos 6.000 y 19.000 euros, dependiendo de si hay que pagar un sitio donde vivir y estudiar.

El principal factor que determina el coste de prepararse una oposición es el nivel del empleo al que se opta, que suele estar marcado por la titulación del aspirante. Lo primero que debe plantearse es cómo se va a preparar. Básicamente, debe decidir si va a acudir a una academia especializada y tener un profesor; si va a contratar a un preparador individual; si va a adquirir la formación con paquetes de temarios y clases grabadas que imparten en plataformas online las propias academias, que resulta algo más económico; o si opta por hacerse con los temarios y estudiar por su cuenta, sin ningún tipo de guía. Gloria Oliveros, la directora de Empleo Público de Adams, una de las principales empresas de preparación de oposiciones con más de 60 años de experiencia, asegura que la opción de contratar la preparación en una academia con un profesor (acudiendo al centro presencialmente o siguiendo las clases semanales telemáticamente) “es un elemento enormemente facilitador” para aprobar. Algo en lo que coincide plenamente Ángela de las Heras, otra directiva de CEF —academia especializada en formar a los niveles más altos de las Administraciones— que hace hincapié en que la telepresencialidad ha abaratado mucho los costes porque evita tener que trasladarse a vivir a Madrid.

Entre los procesos más caros están siempre los de los grupos A1 de la Administración General del Estado (AGE) y equivalentes en el resto de las Administraciones autonómicas y locales, para los que se exige que el aspirante sea como mínimo titulado universitario. El coste de una academia presencial o telepresencial si retransmite las clases en streaming es de entre 300 y 350 euros mensuales. Tras consultar con distintas academias, se observa que, para la preparación en academia del nivel inmediatamente inferior, que corresponde a los cuerpos de Gestión A2 (diplomados y equivalentes), el precio oscila entre los 200 y 250 euros mensuales; los aspirantes a administrativos (C1, con título de bachiller), entre 120 y 170 euros de media; preparar una prueba para auxiliar administrativo (C2) está en torno a 100 y 160 euros al mes; y finalmente optar al nivel más bajo, el de subalterno, cuesta entre 70 y 100 euros al mes.

Para la mayoría de estos puestos es necesaria una preparación de entre uno y tres años, lo que sitúa el coste solo de los cursos guiados por profesores entre los cerca de 1.000 y los 7.000 euros, sumando el coste de oportunidad de vivir durante todo este tiempo, algo mucho más difícil de cuantificar y que obliga a una parte importante de los aspirantes a trabajar mientras oposita, lo que en ocasiones retrasa (y encarece) el hacerse finalmente con una plaza.

Cómo abaratar el proceso

Los costes varían en función de si la academia incluye el precio de los temarios o estos se compran a aparte. Además, la inversión final puede abaratarse hasta un 50% si se opta por la preparación online exclusivamente o si el opositor se acoge a alguna de las ofertas que ofrecen algunas academias por ejemplo pagando entre 6 y 18 meses por adelantado. Otra opción más económica es la que ofrecen también escuelas sindicales como la del sindicato de funcionarios CSIF, que aplica tarifas más bajas a sus afiliados o que establece convenios de colaboración con academias como Corporepol, que prepara el acceso a los cuerpos de policías municipales y nacionales en Madrid. El director de esta academia, Alberto Franco, explica que la cuota mensual es de 65 euros para preparar el teórico, más otros 35 euros para la preparación integral de las pruebas físicas. Estos opositores pagan, además, 100 euros por el temario y, en el caso de los policías nacionales, 150 para preparar la entrevista personal, que no tiene la policía local madrileña.

También es más barato prepararse una oposición de promoción interna para quienes ya son funcionarios y quieren subir de nivel, ya que el temario suele ser la mitad que el del turno libre y, por tanto, el tiempo de preparación también se reduce. Pero igualmente estos casos terminan suponiendo un importante coste. Montserrat Sánchez, de 48 años, ya es funcionaria, pero se está preparando un ascenso al grupo A2 a través de una oposición de promoción interna para el Ministerio de Agricultura. Su oposición es muy específica, para trabajar en laboratorios de pesca, de genética animal o genética vegetal. En su caso, el problema no es tanto el coste como la dificultad de encontrar un preparador, porque, según cuenta, se ha presentado dos veces estudiando por su cuenta y en ambas ha suspendido. “Las academias no se molestan en preparar estos puestos tan especializados”, indica. Por eso, ahora está decidida a optar por un preparador que le supondrá entre 1.500 y 2.000 euros para los ocho o nueve meses en los que cree que podría lograr este ascenso. En las oposiciones a profesores, por ejemplo, es también común que varios opositores se junten en grupos de cinco o seis personas y contraten un preparador al que cada uno paga unos 150 euros al mes (un precio similar al que cobran algunas academias para esta oposición).

Hay dos oposiciones que se sitúan claramente entre las más caras. Una es la de acceso a la profesión notarial, que es la que primero viene a la cabeza cuando se piensa en alguien que oposita durante años. Pero mucho menos conocida es la fuerte inversión que se necesita para prepararse con éxito la oposición a bombero, que puede rondar los 15.000 euros en total. Giacomo Arroyo Perconing, de 30 años, acaba de aprobar un largo proceso de selección que duró más de un año de exámenes y exigentes pruebas físicas para ser bombero en la Comunidad de Madrid. “Lo mejor para aprobar esta oposición es acudir a una academia de formación integral donde impartan la parte teórica y la física, que suelen tener un coste que oscila entre los 180 y 250 euros mensuales; pero también se exige tener el carnet de conducir camiones, que cuesta alrededor de 3.000 euros y, en ocasiones, el pago de prácticas adicionales de conducción del camión, de cara al examen, que pueden llegar a costar 600 euros al mes”, explica. Este nuevo bombero firmará como funcionario de carrera en apenas unos días. Además, tras la oposición, estos profesionales deben acudir a una academia, ya pública, para hacer las prácticas. En total, invierten de media cuatro o cinco años en sacar su plaza. “Aunque hay compañeros que han aprobado conmigo que han tardado 10 años” hasta conseguirlo, recuerda.

El periodo medio que se tarda en aprobar una oposición a notarías ronda los cinco años. “Es prácticamente imposible sacarla en menos de tres años, y se convocan cada dos años, con lo que es fácil tardar cinco años como mínimo”, explica el director de la academia de oposiciones del Colegio Notarial de Madrid, Isidoro Lora-Tamayo, quien asegura que aproximadamente el 80% de los aspirantes se preparan en los centros formativos dependientes de cada colegio autonómico. El coste de esta academia madrileña es de 179 euros al mes. En Madrid existe la posibilidad de que el propio colegio beque al estudiante o le otorgue un préstamo, que puede devolver tras pasar la oposición, preparando a su vez a nuevos aspirantes y renunciando a los honorarios de los primeros años de ejercicio como preparador.

Por primera vez este año, el Gobierno ha ofertado un programa de becas destinado a los opositores de Cuerpos y Escalas de la Administración General del Estado, con las que se pretende que los aspirantes con menores rentas sufraguen los gastos derivados de la preparación para las pruebas selectivas. Se trata de una iniciativa dotada con hasta 7.000 euros brutos por aspirante, cuyo periodo de solicitud terminó en julio y no será hasta final de año cuando se conozcan los primeros beneficiarios. Desde el Ministerio de Función Pública explican que el proceso de comprobación de las rentas de los solicitantes está siendo especialmente complicado porque, a diferencia de las becas para estudiantes que no trabajan, en este caso son solicitantes que en su mayoría tienen rentas y hay que comprobar que cumplen los requisitos para recibir las ayudas.

La inversión que se destina a sacar una oposición, fundamentalmente, las de los puestos más altos de la Administración como pueden ser, entre muchos otros, los inspectores de Hacienda, de Trabajo y Seguridad Social; los interventores generales del Estado o de Seguros o los miembros de la carrera diplomática, llevan a una alta funcionaria, que prefiere no identificarse, a criticar el elitismo de estos procesos. “La inmensa mayoría de las personas que pueden costearse la preparación para aprobar una plaza de nivel A1 cuentan con rentas elevadas y suelen ser hijos de familias acomodadas. Esos funcionarios serán, al fin y al cabo los que terminen diseñando muchas políticas públicas y eso las impregnará irremediablemente de ciertos sesgos de clase”, reflexiona esta directiva pública.

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Sobre la firma

Raquel Pascual Cortés
Es periodista de la sección de Economía, especializada en información sobre empleo, Seguridad Social, pensiones y relaciones laborales. Licenciada en C.C. de la Información por la U. Complutense, empezó a trabajar en Cinco Días en 2000 y antes pasó por las secciones de política y economía de la agencia Europa Press y por el diario Soria 7 Días.

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