Empleo público para una Administración envejecida
Más de la mitad de los funcionarios actuales se jubilarán en un plazo de 10 a 15 años, y la oferta de empleo público comienza a reflejar la necesidad de renovar miles de puestos
Los trabajadores públicos son cada vez menos y de mayor edad. La Administración pública envejece a pasos agigantados (en enero de 2022, el 64 % de sus empleados superaba los 50 años) y la pérdida de empleo acumulada, que los sindicatos cifran en más de 40.000 puestos en la última década, invitar a creer que la oferta de empleo público crecerá significativamente en los próximos años. “Teniendo en cuenta que la convocatoria del año pasado fue histórica, pues se convocaron 27.509 plazas solo para la Administración General del Estado (AGE), todo hace pensar que la de este año seguirá la misma línea”, explica Loly Valiñas, directora de Opostal. Y es que la progresiva jubilación de los baby boomers (aquellos nacidos entre finales de los años 50 y mediados de los 70) tendrá también su efecto en las distintas administraciones públicas, hasta el punto de que más de la mitad del total de sus empleados (que asciende a 2,73 millones) se jubilarán a lo largo de los próximos 10 a 15 años.
¿Es entonces un buen momento para opositar? Aunque ser funcionario continúa siendo la primera opción laboral para todos los grupos de edad en España, el atractivo tiene un claro sesgo de edad, alcanzando al 68 % de los ciudadanos entre 45 y 55 años, pero solo al 44 % de los jóvenes entre 18 y 24, según una reciente encuesta realizada por Opositatest. Después están quienes elegirían un contrato fijo en una empresa (39 % de los jóvenes y 17 % de los mayores de 45), y convertirse en autónomo aparece en tercer lugar. Por sexo, hay una ligera mayoría de mujeres (63 %) frente a los hombres (59 %). Una clasificación que se entiende mejor al considerar que tres de cada cuatro españoles considera que los funcionarios tienen una mejor calidad de vida.
Administrativos, auxiliares administrativos, técnicos informáticos, puestos de gestión... La necesidad de renovar los puestos que van quedando vacantes hará crecer previsiblemente una oferta de empleo público que ya viene creciendo a lo largo de los últimos años. “En la próxima década se jubilarán entre el 50 y el 60 % de los funcionarios actuales, y debe haber un reemplazo; incluso la OCDE ha avisado del envejecimiento tan rápido del personal público español. Desde la Administración buscan incorporar nuevos perfiles que permitan mejorar el servicio a los ciudadanos, así que las posibilidades de lograr una plaza están creciendo”, señala Valiñas. Y aunque la mayor parte de las plazas suele convocarse para los cuerpos generales de la Administración, las posibilidades de crecimiento y promoción interna dentro de ella son, añade la experta, muy elevadas, hasta el cuerpo superior que la titulación de cada uno permita: “Además, estos exámenes suelen ser más sencillos, porque contienen menos materia”, indica. De acuerdo con los sindicatos, los ministerios más afectados por el déficit de personal son Defensa, Trabajo y Seguridad Social, Hacienda y Sanidad y Servicios Sociales.
Un déficit de personal con consecuencias
El impacto de la pérdida de empleo público ya señalada se hizo notar especialmente con la llegada de la pandemia, “donde se demostró la insuficiencia de plantillas en organismos como el SEPE, con la tramitación de miles de expedientes de regulación de empleo; en el funcionamiento de la Seguridad Social, que ha visto agravada su situación al tener que tramitar el Ingreso Mínimo Vital y otras prestaciones, a pesar de sufrir la pérdida del 27 % de su personal en los últimos años; y en otros servicios públicos como la Dirección General de Tráfico o las oficinas del DNI”, recuerda Montserrat Gómez, responsable de negociación colectiva del sector de la Administración General del Estado de CC OO.
Pero la ya señalada pérdida de empleo de carácter estructural no es el único reto al que ha de hacer frente la Administración en la gestión de sus recursos humanos, advierte Gómez: “Es necesaria una planificación plurianual que permita identificar las necesidades del servicio público y abordar la pérdida de plazas no cubiertas en las ofertas de empleo público (lo que sigue provocando más pérdidas), las jubilaciones previstas y el envejecimiento de las plantillas, donde ya el 20,31 % del personal ministerial tiene más de 60 años, y el 61,98 % supera los 50, y la externalización de servicio que deben ser prestados por empleados públicos”. Aunque la mayoría de los funcionarios dependen de las comunidades autónomas (1,6 millones) y corporaciones locales (579.680), la mayoría del empleo que estas han recuperado corresponde a personal interino, señala la portavoz de CC OO: “Se recupera empleo neto, pero no se alcanzan los números de plantilla necesarios”.
¿Cómo puedo prepararme estas oposiciones?
Para presentarse a una oferta de empleo público con las mayores garantías posibles, explica Valiñas, suele ser recomendable prepararlas a través de una academia especializada que ponga a disposición del estudiante los recursos didácticos necesarios y lleve a cabo una orientación y seguimiento personalizados, identificando las áreas donde necesita mejorar, que se adapte a su ritmo y les mantenga informados de cualquier cambio normativo. “La preparación en un centro especializado, con años de experiencia y docentes que, en muchos casos, son funcionarios en activo, hace que los alumnos estén siempre tutorizados y orientados por personas que saben cómo ayudarles a optimizar el estudio y entrenar sus errores, además de ofrecerles consejos que aumenten sus probabilidades de éxito”, añade. Preparar unas oposiciones por cuenta propia es posible, si bien una buena planificación, la constancia y la dedicación serán todavía más importantes.
¿Y cuánto tiempo se necesita? Más que del tipo de plazas, el tiempo de preparación dependerá de la disponibilidad de cada opositor y de las horas que diariamente le dediquen al estudio. Hay quienes pueden preparar el examen en menos de un año, pero el tiempo aumentará si se compagina con otras actividades. Cada vez son más frecuentes, por ejemplo, los candidatos que preparan una oposición mientras están trabajando. Lo importante, en cualquier caso, es realizar una buena planificación, basada en expectativas reales y plausibles. Por lo general, los exámenes a los que se enfrentan los opositores suelen ser pruebas de tipo test, en las que las preguntas falladas restan puntuación (0,33 puntos por cada error). Algunas oposiciones, además, incluyen un supuesto práctico que han de resolver en un tiempo determinado.
Importancia de las competencias digitales
Para Valiñas, es necesario recordar que las herramientas digitales no han llegado para sustituir a los funcionarios, sino más bien para ayudarles a desarrollar mejor su trabajo y mejorar la calidad del servicio a los ciudadanos. Así, el Plan de Digitalización para las Administraciones Públicas, de desarrollo gradual entre 2021 y 2025, ha mejorado aspectos como la transparencia y la eliminación de trabas administrativas, si bien su implantación no está exenta de carencias: “La parte negativa es la brecha digital, que no permite a parte de la población acceder a servicio públicos que son necesarios. Se ha producido una imposición de relacionarse con la Administración por medios telemáticos como la denominada cita previa y se han cerrado muchas de las oficinas de diversos organismos”, denuncia Gómez, que a su vez pone en duda la eficacia del servicio que llega a la ciudadanía: “En estos momentos, hay organismos como la Seguridad Social, las oficinas del DNI o las oficinas de tramitación de permisos de asilo y refugio, donde es materialmente imposible conseguir una cita para ser atendido, ni telemáticamente ni en persona”.
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