La actividad de los servicios en España se contrae después de casi un año en crecimiento

El sector de los servicios en España abandona la senda del crecimiento y se sumerge lentamente en el camino a la contracción. Por primera vez en lo que va de año, el índice PMI, que mide el estado de salud del sector privado, ha caído por debajo de la línea de expansión de los 50 puntos. Concretamente se ha situado en los 49,3, desde los 52,8 registrados en julio. El informe publicado este martes por la consultora S&P Global detalla que el descenso fue desencadenado por el retroceso en la actividad y la disminución de los pedidos, que pierden fuerza por primera vez desde el pasado octubre. El resultado se acopla al dato de la eurozona, que se hunde hasta los 46,7 puntos desde los 48,6, una cifra que no se alcanzaba en los últimos tres años.

El índice se elabora a través de encuestas a los gestores de compras de 350 compañías españolas de servicios, que deben calificar de 0 a 100 la evolución de la actividad con respecto al mes anterior. En esta última publicación, la desaceleración del sector se explica principalmente por la contracción de la demanda, que fue especialmente débil en el mercado exterior.

Como respuesta a esta reducción, las empresas contestaron haber recortado el ritmo de ampliación de las plantillas. El informe detalla que, aunque el nivel de contratación siguió aumentando, la tasa de crecimiento en agosto fue la menos pronunciada desde enero, comportamiento que calza con los últimos datos de empleo donde se evidencia una caída en las afiliaciones de agosto con 185.384 empleados menos. Para Cyrus De La Rubia, economista jefe del Hamburg Commercial Bank, la explicación reside en que el verano está llegando a su fin “y con él, termina el buen ánimo entre las empresas de servicios españolas, incluido el sector turístico”.

Las gestoras encuestadas también respondieron que la mejora de las contrataciones junto a la caída de los nuevos pedidos permitió a las plantillas disponer de exceso de capacidad para poner al día los trabajos pendientes. Estos se contrajeron por primera vez en lo que va de año y al ritmo más rápido desde septiembre de 2022. Por otro lado, los precios de los insumos no lograron escapar de la espiral inflacionaria que aún afecta a los costes de producción, aunque en menor medida. Según el informe, aumentaron por trigésimo noveno mes consecutivo.

La inflación de la eurozona se situó en agosto en el 5,3%, la misma que en julio, pese a la caída de los precios de la energía y de los alimentos. El dato aún se mantiene lejos del objetivo del Banco Central Europeo, que busca colocar los precios por debajo de la barrera del 2%. Christine Lagarde, máxima representante del organismo, admitía este lunes que la región se enfrenta a “una inflación única que ni el BCE fue capaz de valorar”.

Europa retrocede

El PMI compuesto, que combina las respuestas del sector manufacturero y de los servicios, descendió en agosto a 46,7 puntos, desde los 48,6 registrados en julio. Alemania y Francia se confirman como responsables de la caída; con un PMI de 44,6 y 46,0 respectivamente, lastrando a los socios comunitarios al punto más bajo en los últimos tres años. Berlín se aleja de los tiempos de bonanza de la pasada década con un PIB que arrastra dos trimestres en negativo y uno sin crecimiento.

El dato ponderado confirma la mala racha de la industria manufacturera, que no levanta cabeza desde enero. En ocho meses el PMI del sector ha descendido desde los 48,8 puntos básicos hasta los 43,5. La actividad se ha visto perjudicada principalmente por el retroceso de la industria germana y la incertidumbre en la eurozona ante la subida de tipos del BCE.

“El principal culpable probablemente sea el aumento en los salarios de los trabajadores, que no necesariamente están sincronizados con el ciclo económico, dada su naturaleza a menudo de más largo plazo. A juzgar por lo ocurrido en Alemania y Francia, parece que Italia y España no podrán evitar una crisis más grave en el sector servicios”, apunta De la Rubia.

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