Powell apuesta por aumentar la supervisión bancaria tras la crisis del Silicon Valley Bank

Tiempo de pausa, tiempo de hacer balance. La Reserva Federal aprovecha el parón del ciclo de subida de tipos para analizar también un episodio que puso en vilo a las principales instituciones mundiales: la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) y varios bancos regionales estadounidenses. El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha advertido que esas crisis “sugieren la necesidad de fortalecer” la “supervisión y regulación” de instituciones del tamaño del SVB. En un diálogo en el Banco de España con su homólogo Pablo Hernández de Cos, Powell ha insistido en que la mayoría de su consejo espera dos o más subidas de tipos más este año. Hernández de Cos, en cambio, ha marcado distancias respecto al discurso duro del Banco Central Europeo de esta semana y ha optado por la prudencia. “No quiero entrar en debates sobre cómo el endurecimiento [de la política monetaria] en el segundo semestre del año”.

Tras la cumbre de Sintra, Powell ha abierto este miércoles la Conferencia de Estabilidad Financiera organizada por el Banco de España y el Centro de Estudios Monetarios y Financieros. En su discurso, Powell ha resaltado que el sistema financiero de su país se ha reforzado de forma notable en los últimos años. Después de que en la crisis financiera se tuvieran que usar hasta 700.000 millones de dólares de los contribuyentes para sanear el sistema, EE UU decidió elevar las exigencias a la gran banca. “En el transcurso de la década, el capital y la liquidez en los bancos más grandes de EE UU se duplicaron con creces. Comenzamos un programa de rigurosas pruebas de estrés anuales para garantizar que el sistema bancario se capitalice frente a recesiones y turbulencias en los mercados financieros”, ha explicado Powell. Y de hecho, ha aseverado, si la gran banca hubiese estado descapitalizada o sin liquidez los acontecimientos de los últimos meses “habrían sido mucho más difíciles de gestionar”.

Los bancos pasaron con nota la extraordinaria crisis provocada por la pandemia. Sin embargo, el jefe de la Fed advirtió que es pronto para cantar victoria. “No podemos dar por sentada la resiliencia del sistema financiero. Los múltiples shocks que hemos visto en el último año más o menos, incluida la extrema volatilidad en los mercados de productos básicos tras la invasión rusa de Ucrania y, por supuesto, una inflación sorprendentemente alta y persistente, así como el aumento asociado de las tasas de interés, estresaron una gama de bancos e instituciones financieras no bancarias”, ha apuntado.

Powell razonó que en las pruebas de resistencia efectuadas a la banca se habían tenido en cuenta situaciones con “pérdidas crediticias desmesuradas”. Sin embargo, la debilidad del SVB no provino de ahí, sino de su “exposición excesiva” al riesgo derivado de los tipos de interés y de un modelo de negocio muy vulnerable. Casi tan o más importante, Powell ha añadido que la crisis del SVB deja otra lección: las fugas de capitales ya no son “cuestión de días o semanas”. “Ahora pueden ser casi instantáneas”. “Afortunadamente, en conjunto con otras partes del gobierno, pudimos actuar con decisión para satisfacer las necesidades de liquidez del sistema bancario, proteger a los depositantes y limitar el contagio”, ha agregado.

Subidas de tipos tras el verano

Hernández de Cos, a su lado, ha insistido en que los bancos europeos son resilientes. Sin embargo, les ha invitado a aprovechar sus beneficios de 2022 –cuando su rentabilidad se situó por fin por encima del coste de capital— para mejorar su situación. A la vez, el gobernador del Banco de España apostó por una supervisión fuerte, aunque puso sobre la mesa las dificultades para analizar los modelos de negocio y, si es necesario, para intervenir. “Las herramientas que tienen las autoridades son heterogéneas y no siempre son suficientes para hacer mover el banco a la dirección que queremos”, ha apuntado.

Los dos gobernadores han sido interpelados también sobre política monetaria, que esta semana se ha abordado ampliamente en la cumbre del BCE en Sintra (Portugal). “La inflación se ha moderado algo desde mediados del año pasado. No obstante, las presiones inflacionarias siguen siendo altas, y el proceso de lograr que la inflación vuelva a bajar al 2% tiene un largo camino por recorrer”, ha dicho el presidente de la Fed. Powell ha recordado que buena parte de la subida de 500 puntos básicos en lo tipos de interés se ha llevado a cabo en el último año, por lo que se necesita tiempo para ver cómo se trasladan a la economía. Aun así, ha advertido de que su consejo prevé dos o más subidas este año.

Hernández de Cos, en cambio, no se ha sumado a la línea dura que predomina estos días en el BCE. El gobernador ha afirmado que hay una “elevada incertidumbre” y que si el escenario central no cambia, en julio Fráncfort subirá el precio del dinero en un cuarto de punto. Pero no ha querido mirar más adelante, puesto que hay fuerzas que apuntan en ambas direcciones: la de seguir y la de parar. “El encuentro de septiembre está muy abierto”, ha sostenido Hernández de Cos, quien ha remachado: “No voy a entrar en debates sobre el endurecimiento en la segunda parte del año”.

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