Destinus volará en 2024 el primer dron supersónico propulsado por hidrógeno
La compañía aeronáutica dedica una inversión superior a los 50 millones de euros al desarrollo del primer avión hipersónico de Europa
La compañía aeronáutica Destinus, asentada en Europa y en España desde 2021, culminó con éxito en mayo el primer vuelo en Europa de un avión no tripulado propulsado por hidrógeno. Su próximo hito, explica Davide Bonetti, director general de Destinus Spain, cuya sede central está en Suiza y tiene filiales en Alemania, Francia y Países Bajos, será el lanzamiento de un dron que alcanzará velocidades supersónicas. Su vuelo se espera para 2024 y una maqueta del prototipo que se encuentra en fabricación se exhibió por primera vez el 19 de junio en el salón internacional de la aeronáutica y el espacio de París. “El demostrador Destinus-3 será el primer dron del mundo que utilizará el hidrógeno líquido como combustible y romperá la barrera del sonido”, asegura Bonetti a EL PAÍS.
El uso de hidrógeno como fuente de combustible representa un avance significativo en la aviación sostenible. Tiene unas propiedades que permiten una combustión limpia que minimiza las emisiones de dióxido de carbono y, además, ofrece una energía tres veces superior al combustible convencional (Jet A), lo que lo hace adecuado para largas distancias y altas velocidades en la aeronáutica. Destinus está desarrollando postquemadores de hidrógeno en prototipos de aviones no tripulados que “allanan el camino para una nueva era de sistemas de propulsión más limpios y eficientes”, afirma Bonetti.
Destinus ya ha puesto en vuelo múltiples veces sus modelos Jungfrau y Eiger, con los que ha ensayado las características de la aerodinámica hipersónica y la funcionalidad y eficiencia de los dispositivos de postcombustión de hidrógeno en condiciones reales. El demostrador Jungfrau (Destinus 1) completó un “vuelo histórico” en un aeropuerto cercano a Munich (Alemania) el pasado 24 de mayo, asegura la compañía: “Estamos emocionados con el resultado. Hemos ensayado por primera vez un avión no tripulado propulsado por combustión de hidrógeno. Esto es la primera vez que ocurre en el mundo y supone un hito en nuestra hoja de ruta”.
El nuevo sistema de propulsión que llevaba el Jungfrau consiste en “una turbina convencional a la que se le ha añadido un postcombustor de hidrógeno, íntegramente diseñado por Destinus, que se activa selectivamente durante el vuelo”. El dispositivo de postcombustión “genera más empuje mediante la inyección de combustible adicional, en este caso hidrógeno, en la corriente de escape”, asegura la firma aeronáutica. “El mayor empuje generado por los postquemadores permite que las aeronaves alcancen tasas de ascenso más altas y proporcionan la potencia necesaria para lograr velocidades supersónicas”, añade.
El próximo avance en esta “revolucionaria tecnología aeroespacial”, argumenta Bonetti, será la puesta en marcha del primer prototipo supersónico del mundo propulsado por hidrógeno. El Destinus-3, una aeronave de 10 metros de largo y cuatro de envergadura, con un peso de casi dos toneladas, empleará hidrógeno en estado criogénico (a 250 grados bajo cero) y volará a velocidades superiores a Mach 1, más allá de los 1.200 kilómetros por hora. “Destinus-3 tendrá cientos de kilómetros de alcance, no puedo precisar más”, comenta Bonetti por teléfono pocos días antes de la presentación oficial del prototipo, este lunes pasado en París.
En este prestigiosa feria de la aeronáutica se mostrará una maqueta a tamaño real con el motor y una muestra del postcombustor y del tanque de hidrógeno. Este aparato realizará en 2024 las primeras pruebas a velocidades subsónicas “para comprobar que el diseño y la tecnología cumplen los requisitos de despegue y las operaciones de vuelo”. Realizará maniobras en círculo, en elipse y en forma de ocho para comprobar su comportamiento a diferentes velocidades y altura, señala Bonetti. En una segunda fases se alcanzarán velocidades supersónicas.
El Destinus-3 permitirá realizar pruebas con piloto automático controlado desde tierra por un sistema de telemetría y control remoto mediante antenas y satélites. Destinus ha realizado una inversión superior a los 50 millones de euros en el desarrollo del primer avión hipersónico de Europa. Su objetivo es crear “el sistema más rápido del mundo para transportar pasajeros y mercancías” propulsado por hidrógeno como combustible que sustituya al queroseno.
Con una plantilla de más de 140 personas, en su sede de Tres Cantos (Madrid) cuenta con una oficina técnica de ingeniería que es responsable del diseño del Destinus-3 a nivel de sistema, misión, GNC y misión. También está trabajando en el desarrollo de un centro de pruebas de ensayos de motores alimentados por hidrógeno de características únicas en Europa y donde se van a ensayar distintos componentes y motores.
Esta compañía también está involucrada en un consorcio de empresas españolas, liderado por la aeronáutica ITP Aero, que ha iniciado el desarrollo del primer motor de avión propulsado por hidrógeno con tecnología exclusivamente nacional. La previsión es que los primeros ensayos se puedan realizar a mediados de 2025.
“Creemos que el hidrógeno tiene que ser el vector energético que permitirá revolucionar la aviación sostenible. Le toca a nuestra generación tomar la iniciativa para hacer realidad una movilidad de menor impacto ambiental. Para eso hacen falta dos ingredientes: una visión industrial moderna y el respaldo de las instituciones que permita que nuevas soluciones tecnológicas se puedan ensayar y mejoren el futuro de la aviación convencional”, afirma Bonetti a este diario.
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